"Mi bisabuelo no participó en el golpe del 36"

Fascinada por la figura de su bisabuelo Juan de la Cierva, Laura ha emprendido la tarea de reivindicar su figura

Laura de la Cierva junto a un busto en honor de su bisabuelo

ALMERÍA HOY / 21·07·2019

- ¿Cómo es posible que un personaje tan relevante como el inventor del autogiro haya sido prácticamente borrado de la Historia de España?
- Porque a mi bisabuelo quisieron achacarle que fue colaborador de Franco. Concretamente, le acusan de haberle mandado el Dragón Rapide para trasladarlo a Marruecos con el fin de iniciar la rebelión en el 36.
- ¿Y no lo hizo?
- En absoluto. Fueron los March, que pusieron 2.000 libras, y Luca de Tena, quien a través de Luis Bolín se dirigió a mi bisabuelo para pedirle consejo sobre algún avión para alquilar. Juan De la Cierva se limitó a informarles sobre los que había disponibles, pero sin saber que las intenciones que tenían, como después se ha conocido, eran las de recoger a Franco en Canarias para llevarlo a Tetuán el 16 de julio de 1936 y emprender desde allí el levantamiento contra el gobierno de la República.
- Entonces, según usted, con su bisabuelo alguien se ha pasado de frenada en el asunto de la memoria histórica.
- Y no es el único caso. Al capitán Haya también le han quitado calles en Madrid porque dicen que abrió el espacio aéreo al Dragon Rapide. No tiene sentido borrar a dos grandes nombres de la aviación española por ‘desmemoria’. Ellos eran muy trabajadores y hoy les acusan de colaborar con un golpe de estado en el que no participaron. ¡Cómo iba a ser un golpista Juan de la Cierva, que construyó un montón de autogiros para la República! Él nunca quiso entrar en política.
- Y usted sostiene que no participó en la rebelión militar de 1936.
- Sin datos no hay Historia, y en ese sentido tengo que decir que no existe ningún documento o papel firmado por mi bisabuelo ni por nadie que pueda probar su implicación en el golpe del general Franco, y no es justo que quieran ensañarse con él por algo que no hizo.
- ¿Por qué ese empeño que usted asegura ver en manchar y ocultar figuras como la de su bisabuelo?
- Porque quieren destrozar una Historia de la que nos sentimos orgullosos y dilapidar un legado. A nivel internacional no dan crédito a que se quite el nombre de uno de los más importantes pioneros de la aviación de las calles de ciertos municipios. Primero fue en Coslada, y luego han seguido el ejemplo otras ciudades como Barcelona. Mientras tanto, yo he recibido mensajes de apoyo desde todas partes. La figura de mi bisabuelo es muy valorada, por ejemplo, en Washington, donde existe un espacio dedicado a él en el Museo de la Aviación, y ya me han encargado una réplica del C-30, el autogiro que estoy construyendo.
- ¿En qué radica la importancia de Juan de la Cierva para la Historia de la Aviación?
- En que inventó la nave más segura que se ha construido jamás. Su obsesión era evitar a toda costa cualquier posibilidad de pérdida de vidas humanas.
- Y, paradójicamente, murió en un avión.
- En efecto. La aviación era su vida, sin embargo, una ironía del destino quiso que su muerte se produjera al estrellarse el DC-2 de línea regular en el que viajaba, un aparato de ala fija. Juan de la Cierva nació ingeniero. Estudió Caminos porque en aquella época no existía la especialidad de Aeronáutica, pero a él siempre le interesó construir aviones, como el carguero trimotor más grande de su tiempo.
- El autogiro inventado por su bisabuelo comenzó a fabricarse en el Reino Unido, ¿es que no despertó interés en España?
- El primer modelo se fabricó en Londres porque los inversores eran de allí. En España sí encontró apoyo, pero la inversión llegó desde el Reino Unido, y allí se fabricaron una serie de autogiros para la Royal Air Force [RAF, división aérea del ejército británico].
- Y, ahora, es usted quien se interesa por fabricar de nuevo el autogiro De la Cierva ¿lo hace por convicción o como reivindicación de la figura de su bisabuelo?
- Por ambos motivos. Yo me metí en el mundo del autogiro, que me había interesado mucho desde niña. Quise entrar en la cabeza de mi bisabuelo. Después, he tenido la suerte de encontrarme con grandes profesionales que me han formado y llevado a conocer los entresijos de la pasión de Juan de la Cierva. Por otra parte, es cierto que ha existido un desinterés generalizado. Sin embargo, el proyecto ha despertado una gran expectación, sobre todo en el Reino Unido y EEUU, y lo vamos a llevar a cabo.
- ¿En pleno siglo XXI hay un espacio para el autogiro?
- Por supuesto que sí. El autogiro que vamos a fabricar presenta grandes ventajas. Su coste es cinco veces menor al de cualquier aeronave y, sin embargo, es cinco veces más seguro; tiene una autonomía de entre 2 y 3 horas y sólo necesita 20 metros para aterrizar. Es una alternativa al helicóptero muy atractiva en tareas de rescate, control de tráfico, fumigación… Para mí supone un orgullo que el invento de mi bisabuelo aún siga teniendo un espacio en el mundo de la aviación.
- Si continúa siendo una idea actual, ¿qué supuso cuando lo ideó, hace ya casi cien años?
- A Juan de la Cierva le dijeron que sus ideas habían supuesto un avance de 60 años en el mundo de la aviación. Murió demasiado joven, con apenas 41 años. De haber vivido 20 más, seguro que estaríamos hablando de otros logros y avances que no somos capaces ni tan siquiera de imaginar.