Justicia y caridad


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JUAN LUIS PÉREZ TORNELL

Deprisa don Amancio!,.. tome su caballo o su mercedes más rápido, y huya de este país cuanto antes.

Eso de la caridad está socialmente muy mal visto aquí. No es país para Hermanas de la Caridad.

Un gran número de compatriotas, encabezados por Pablo Iglesias y sus secuaces, no soporta que los ricos sean solidarios ni caritativos ni que blanqueen sus negras y turbias conciencias con miserables donativos que no le hayan sido exigidos “manu militari” por la policía fiscal del “estao”, acompañadas de esa correspondiente multa por defraudador que la escandalosa exhibición de dinero presume.

Si se instala usted en Marruecos calcule si tendrá que pagar a la Hacienda española los once mil millones de euros que pagó usted el año pasado a nuestro Estado del Bienestar… a lo mejor le sale más barato y ayuda a nuestros vecinos y amigos creando su riqueza explotadora allí, en lugar de aquí.

Tome sus ciento sesenta mil trabajadores y lléveselos enhoramala a cualquier país tercermundista, cree usted la riqueza allí, como hizo la Madre Teresa de Calcuta y así será usted santificado, o como un nuevo Vicente Ferrer será admirado como benefactor de la humanidad, y le darán el premio Princesa de Asturias, porque aquí no soportamos a los empresarios de éxito. Así como odiamos a los ricos, en directa proporción a su riqueza, amamos tanto a los pobres que queremos que haya muchos.

Según el razonamiento podemita, si da usted trescientos millones voluntariamente, ¡¡Cuánto habrá robado antes ese miserable explotando a niños de Bangladesh!!.

Olvídese de Galicia y de España y eso mismo pueden hacer , de paso y siguiendo la misma lógica, todas la empresa del IBEX, los Bancos que nos chupan la sangre y las eléctricas que nos roban desvergonzadamente.

Yo seguiré el ejemplo de coherencia y virtud de ese genio de la política, especie de reencarnación de Evita Perón, que desde su humilde morada de Galpagar, nos abre los ojos cada día con su ejemplo, y nos señala el paraíso prometido de Venezuela, país en que los empresarios son tan honestos que venden sus productos por debajo de coste. Eso si que es solidaridad y no su asquerosa, su ridícula, caridad cristiana. Yo por mi parte dejaré de marcar la X en mi declaración de la Renta a ver si conseguimos cerrar Caritas, porque lo que hace falta es la justicia de repartir la tarta, que usted entre otros canallas, se ha dedicado a construir. La caridad es cosa de viejas y de capitalistas egoístas. Además de que se está usted significando y dejando en evidencia a tantos empresarios: es usted el único ricachón que nos ofende con sus donativos ¿Por qué no toma ejemplo de Florentino Pérez, que solo da dinero a los futbolistas, esos atletas de la nación a los que tanta felicidad debemos?.

Por mi parte la próxima vez que vea un pobre, de esos que hacen guardia en las puertas de Mercadona, le diré que deje de arrastrarse indignamente, solicitando la compasión pordiosera de los burgueses y la repulsiva caridad de las malas conciencias, y se sume a nuestra cruzada para que exija junto a nosotros – los justos- la justicia que solo puede traer esa revolución que tenemos pendiente y que nos permitirá la extinción de los empresarios vampíricos y la santa pobreza de los primeros cristianos.

La única alternativa a su fuga es que usted se muera pronto, como Rubalcaba, y pasará, solo entonces, a tener otra consideración en el efímero altarcillo de nuestro noble pueblo.