Un soplo de aire fresco en el Urbanismo


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MAURA HILLEN

Cuando miro a los ojos de los afectados por las casas ilegales, la gran mayoría cercanos a los 80 años, pienso que ya está bien, que hay que poner fin a este inútil sufrimiento. Pienso asimismo que las leyes bizantinas, engorrosas, que no sirven, hay que descartarlas, y cuanto antes mejor.

Es evidente que el urbanismo andaluz ha fracasado, prueba de ello son las 300.000 viviendas ilegales que hay en Andalucía, un problema que podría afectar a un millón de personas, y que podría representar una inversión de decenas de miles de millones de Euros. Para cualquier persona sensata también es evidente que es inútil tirar estas viviendas, como tanto es inútil e injusto tirar sólo algunas, salvo casos de riesgo evidente. Lo que hay que hacer es prevenir y obviamente la prevención ha fallado. Que haya fallado no es culpa de los afectados, es de la administración. Y lo que no se puede hacer es mantener a unos pobres jubilados como una especie de rehenes urbanísticos hasta que actúe el planeamiento, un planeamiento que no actúa.

Los 16.000 afectados en Chiclana en Cádiz llevando esperando 30 años que actúe el planeamiento, los de Carmona en Sevilla igual, los que están en asentamientos en el Valle del Almanzora en Almería más de una de una década. Ya esta bien. Muchos de los afectados en Chiclana y Carmona tienen el servicio de agua a pie de la parcela o de la urbanización, y nuevamente, como si de rehenes se tratase, no se les permite conectar, puramente por razones de dogma urbanístico, para no “premiarles” se les dice. La verdad es que los “premiados” están tomando el sol en la playa mientras los afectados viven inadecuadamente y sin seguridad jurídica.

Es desafortunado que el urbanismo se haya convertido en una religión, o más bien en una secta, y esto no puede ser. Lo que hace falta es una nueva filosofía urbanística, una que vaya de la mano con los ciudadanos y sus necesidades; una nueva filosofía que resuelva sus problemas y que no sólo mire la paja en el ojo ajeno.

Por ello, los anuncios del nuevo gobierno andaluz de que van a tomar rápidas medidas son un soplo de aire fresco para decenas de miles personas. Son declaraciones que dan esperanza a los afectados. Ya no se les dice “todo es muy complicado” y “hay que estudiarlo”. Se les dice “vamos a resolverlo”, “vamos a tomar medidas”, y “vamos a trabajar con los ciudadanos”.

Los afectados no sólo se encuentran esperanzados, sino que esperan que este nuevo espíritu resolutivo se extienda, no sólo al resto de los partidos políticos, sino también a otras ramas de la Administración y del Estado. Creo que ya está bien de demoler las casas de unas pobres familias, echando gente humilde a la calle, y ya está bien de tener a las personas sin servicios básicos y sin seguridad jurídica. De hecho, ya está bien de dañar el medioambiente por no querer regular estas casas, cómo ya está bien de tratar de resolver un problema por planeamiento, a veces como coartada para construir más casas.

Por ello, agradecemos al PP el hecho de que vaya a empezar a cumplir con lo que habían prometido y estoy segura de que van a empezar a tomar medidas rápidamente. Esperamos que cuenten con el apoyo de todas las fuerzas sociales y políticas. Desde luego voy a luchar por ello a nivel personal y como Presidenta de AUAN. Lucharé con un espíritu constructivo y conciliador, pues los ciudadanos merecen que los políticos se concentren en resolver sus problemas en vez de malgastar tanta energía luchando entre ellos. Mientras mis fuerzas aguanten aquí me tendréis luchando para avanzar en el camino de la sensatez urbanística, un camino que me alegra ver que se empieza a despejar.