El Juzgado vuelve a dar calabazas a la alcaldesa de Mojácar en su pretensión de cerrar el Maui

El Ayuntamiento alegó sin aportar pruebas que el establecimiento lleva “más de cuarenta años” desarrollando "una actividad clandestina sin autorizaciones y licencias".


ALMERÍA HOY / 13·03·2019

El Juzgado de lo Contencioso número 4 de Almería ha rechazado las alegaciones presentadas por el Ayuntamiento de Mojácar contra su resolución de suspender la orden de la alcaldesa de cerrar el conocido establecimiento de la playa Maui.

Los abogados del Consistorio alegaron que el chiringuito realiza "una actividad clandestina que se desarrolla sin las preceptivas autorizaciones y licencias".

Sin embargo, la juez indica en su auto que los propietarios del Maui acreditaron que se trata de "un negocio que viene desarrollando su actividad desde hace más de cuarenta años", mientras que el Ayuntamiento "no menciona las licencias de las que carece" supuestamente, y advierte a los letrados del Consistorio que deben "motivar sus resoluciones".

Además, la juez insiste en que, mientras el gobierno de Rosa María Cano fundaba su resolución de cerrar el chiringuito en "evitar posibles perturbaciones de la normal tranquilidad de las personas o vecinos", la Secretaría General del Ayuntamiento había emitido el 31 de octubre de 2018, es decir, menos de un mes antes de la decisión de cerrar el Maui de manera "preventiva", un informe en el que señalaba "que no constan acreditados incumplimientos relacionados con los horarios de apertura y cierre del local ni con la superación de los niveles de ruido permitidos, con molestias graves para los vecinos".

Es conocida la animadversión de la alcaldesa de Moja´car, Rosa María cano, con la propiedad del conocido establecimiento, que se ha convertido en todo un icono y marca del ocio de la localidad.

Así, el proyecto de Paseo Marítimo a su paso por la playa de El Cantal ha sido paralizado en dos ocasiones por acciones administrativas emprendidas por el Maui, cuyos propietarios veían cómo el trazado ocupaba la mayor parte de su establecimiento, con el consiguiente perjuicio, debido al empecinamiento de la regidora en pasar por la propiedad el carril bici, que en el resto del paseo transcurre junto a la carretera, o la ubicación de una extraña rotonda peatonal ocupando la esquina norte del bar de playa.