Francisco Cosentino; et honoris


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JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ DE HARO

¿Puede un analista político escribir sobre los amigos desde la columna de opinión?. La respuesta es obvia, debe escribir sobre los amigos, aunque sea para bien. Incluso muy bien.

Y este es el caso de un almeriense llamado Francisco Martínez Cosentino Justo, mi amigo Paco, que ha sido nombrado Hijo Predilecto de Andalucía, un Título precioso. Buen gesto del nuevo Gobierno andaluz reconociendo en un paisano tan merecida distinción. En realidad ese trata de reconocer una realidad tan inmensa que desborda nuestras fronteras mas allá de los y océanos para hacerse grande en varios continentes y liderando ventas en los mercados internacionales. El prestigio del Grupo Cosentino hace sentirnos orgullosos a los almerienses, a los andaluces y a todos los españoles de bien.

Poco se puede añadir a lo que ya conocemos en estas tierras caldeadas por el sol y bendecidas por las brisas del poniente. La familia Martínez Cosentino ha levantado un gran complejo empresarial e industrial cuyo timonel es Paco. Macaelenses curtidos con la huella de la vida a sus espaldas, magníficos empresarios, ejemplares ciudadanos y excepcionales personas. Paco reúne en su sencillez todo este inmenso patrimonio personal y familiar. Este es otro gran Titulo, con mayúscula. Relato recuerdos de mi infancia con mi padre camino de Macael por aquellos parajes donde era un milagro sobrevivir venciendo sobre la tierra parda y el agua escasa. En aquellos cerros y llanos de las riberas del Almanzora donde pastoreaban rebaños de cabras, abundaban matorrales e higueras , pedriscos y lagartos se levantan ahora airosos edificios que dan al paisaje un aire de este siglo. Industrias de la piedra que albergan las más avanzadas instalaciones donde se afanan equipos de ingeniería de alta tecnología y ciencias aplicadas a la investigación y desarrollo. Un prodigio que da cabida a miles de puestos de trabajo y crea riqueza para esta Comarca nuestra, para Andalucía y para España entera. Riqueza que ensancha los límites y se expande como el buen viento hacia otros países y otras culturas que conocen y valoran un producto almeriense.

Decir que este Titulo que ahora le reconoce la Junta de Andalucía con incomprensible retraso es un orgullo compartido por todos nosotros, en plural, los que sentimos la tierra que nos alumbró desde la infancia. Y que como yo mismo podemos narrar la épica de un triunfo sobre tantas adversidades, narrar sobre el genio y tesón de un emprendedor que sabe perder y ganar con la misma naturalidad. Y que muestra su vocación social con generosidad alentando desde la Fundación Cosentino a jóvenes talentos en las artes y allí donde la labor de mecenazgo se hace patente en museos, en actividades sociales y populares, el deporte, la música, la pintura, la literatura, las tradiciones y el folclore y muy especialmente la más brillante iniciativa para atraer la vuelta a Andalucía de aquellos que hubieron de marcharse buscando su reinserción laboral y social en esta tierra. Y como homenaje a su madre la Fundación Eduarda Justo y su labor extraordinaria financiando iniciativas y concediendo becas para que jóvenes almerienses puedan cursar estudios internacionales en Colegios del Mundo Unido. Estas Fundaciones pioneras en muchas otras actividades de la ciencia y la investigación son las ramas del mismo árbol por donde fluye la savia de un gran hombre que ahora es nuestro Hijo Predilecto. Un macaelense que araña la tierra y aprende del cielo y las montañas para extraer lo mejor de su pureza y transformarla en progreso con la marca de Almería. Todos estos éxitos no han mermado en Paco una cualidad poco común, la humildad que trata de hacer normal la dimensión de un empresario modelo y de buena persona que ejerce de amigo y de almeriense. Tuvo el gran acierto de compartir su corazón y su vida junto a mujer extraordinaria, Pilar, infatigable apoyo en los avatares que han vivido juntos y colaboradora activa de esta historia formidable. Es comprensible que Andalucía le reconozca todo esto. Aquí nació y aquí continúa dando forma a sus ideas invirtiendo en mejorar la productividad y la calidad y desoyendo tentadoras ofertas que le invitan al traslado de su producción a otros países. 

Puedo decirlo así; en Paco late un corazón fundido con su pueblo, atrapado en sus montañas, alegre entre su gente. Y lleva Andalucía prendida en su alma, lo que nos identifica plenamente. Para que no haya dudas, esta columna es en realidad una laudatio , porque quiero y porque puedo, a mi amigo Paco. Enhorabuena.