ALMERÍA HOY / 05·01·2019
Cuando todavía están 'frescas' las últimas pintadas vandálicas sobre la muralla milenaria de Jayrán, en la Alcazaba de Almería, este medio ha conversado con Francisco Verdegay, portavoz de Amigos de la Alcazaba, a quien no termina de sorprender en exceso lo ocurrido. «La situación de la muralla de la Alcazaba es una metáfora del abandono de todo el patrimonio almeriense», señala.
«Obviamente, el culpable es el que hace las pintadas, que ha cometido un delito contra el patrimonio penado por ley. Dicho esto, la pregunta que nosotros nos hacemos es por qué siempre pintan en la muralla del Cerro de San Cristóbal y en La Chanca, y no en otros lados. ¿Por qué no ocurre en otros Bienes de Interés Cultural? En este caso, es clamoroso el abandono de la muralla, un monumento tan maltratado, tan descuidado, y en todos estos años, la Junta de Andalucía nunca ha abordado el problema»
Preguntado por si ese tercermundista estado de conservación de la muralla 'invita' de algún modo al vándalo a hacerse notar, contesta rotundamente «por supuesto que sí». «Ese mal estado de conservación no justifica el vandalismo, pero sí puede explicarlo de algún modo. Yo he sido profesor, y siempre he sacado la conclusión de que, cuando los chavales cometían alguna fechoría o gamberrada, en este caso pintadas, la política para evitarlo era siempre limpiar el edificio cada año, de manera que no se encontraran las huellas de sus compañeros de 30 años atrás con pintadas tipo 'Te quiero María Luisa', sino que tuvieran los pupitres, las paredes, etc. limpias. Claro que eso educa; lo que no educa es tener la muralla como la estamos viendo», lamenta.
«Esto es una historia muy larga. En 2011 ya le dimos a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía el 'chumbo verde' por el lamentable estado de la muralla, y al Ayuntamiento de Almería se lo dimos por el entorno, que está que da pena verlo. El año pasado, como Delegación provincial de la Asociación Española de Amigos de los Castillos (la segunda en número de asociados de todo el país tan sólo superada por la de Madrid), dedicamos una jornada a la muralla. También, en 2014, con el tema del Milenio de Almería, se estuvo denunciando el abandono que padece... Lo que quiero decir es que no hay un año que no denunciemos esa situación sin que ninguna institución se tome el asunto en serio».
Cambio en la Junta de Andalucía
A Francisco Verdegay también le preguntamos qué le parece que finalmente se produzca (si es que finalmente se produce) el cambio en el Gobierno de la Junta de Andalucía, y si dicho cambio puede significar, por ejemplo, la retirada del acero corten de la muralla, que se colocó «de forma provisional» (sic) en 2011 —aún gobernaba Manuel Chaves— pero que sigue afeando, aún más, lo que debería ser reclamo turístico y cultural.
«Tendrán que demostrarlo. Porque o hay una competencia para ver quién lo hace mejor, o todo el mundo se esfuerza en no hacer nada y en taparse los unos a los otros. Insisto, la responsabilidad del patrimonio es de la Junta de Andalucía, pero el Ayuntamiento tiene mucho que decir también con los entornos. ¿Qué grupo municipal se preocupa de verdad por la Alcazaba?, acaba preguntándose.
«Obviamente, el culpable es el que hace las pintadas, que ha cometido un delito contra el patrimonio penado por ley. Dicho esto, la pregunta que nosotros nos hacemos es por qué siempre pintan en la muralla del Cerro de San Cristóbal y en La Chanca, y no en otros lados. ¿Por qué no ocurre en otros Bienes de Interés Cultural? En este caso, es clamoroso el abandono de la muralla, un monumento tan maltratado, tan descuidado, y en todos estos años, la Junta de Andalucía nunca ha abordado el problema»
Preguntado por si ese tercermundista estado de conservación de la muralla 'invita' de algún modo al vándalo a hacerse notar, contesta rotundamente «por supuesto que sí». «Ese mal estado de conservación no justifica el vandalismo, pero sí puede explicarlo de algún modo. Yo he sido profesor, y siempre he sacado la conclusión de que, cuando los chavales cometían alguna fechoría o gamberrada, en este caso pintadas, la política para evitarlo era siempre limpiar el edificio cada año, de manera que no se encontraran las huellas de sus compañeros de 30 años atrás con pintadas tipo 'Te quiero María Luisa', sino que tuvieran los pupitres, las paredes, etc. limpias. Claro que eso educa; lo que no educa es tener la muralla como la estamos viendo», lamenta.
«Esto es una historia muy larga. En 2011 ya le dimos a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía el 'chumbo verde' por el lamentable estado de la muralla, y al Ayuntamiento de Almería se lo dimos por el entorno, que está que da pena verlo. El año pasado, como Delegación provincial de la Asociación Española de Amigos de los Castillos (la segunda en número de asociados de todo el país tan sólo superada por la de Madrid), dedicamos una jornada a la muralla. También, en 2014, con el tema del Milenio de Almería, se estuvo denunciando el abandono que padece... Lo que quiero decir es que no hay un año que no denunciemos esa situación sin que ninguna institución se tome el asunto en serio».
Cambio en la Junta de Andalucía
A Francisco Verdegay también le preguntamos qué le parece que finalmente se produzca (si es que finalmente se produce) el cambio en el Gobierno de la Junta de Andalucía, y si dicho cambio puede significar, por ejemplo, la retirada del acero corten de la muralla, que se colocó «de forma provisional» (sic) en 2011 —aún gobernaba Manuel Chaves— pero que sigue afeando, aún más, lo que debería ser reclamo turístico y cultural.
«Tendrán que demostrarlo. Porque o hay una competencia para ver quién lo hace mejor, o todo el mundo se esfuerza en no hacer nada y en taparse los unos a los otros. Insisto, la responsabilidad del patrimonio es de la Junta de Andalucía, pero el Ayuntamiento tiene mucho que decir también con los entornos. ¿Qué grupo municipal se preocupa de verdad por la Alcazaba?, acaba preguntándose.
