Muchos temas candentes y pocas soluciones


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MARIO SANZ CRUZ

Hace unos cuantos días se celebró el Día Internacional Contra la Violencia de Género, con muchas declaraciones, muchas concentraciones y mucha buena voluntad; pero los inhumanos machistas siguieron matando incluso ese día tan señalado, evidenciando que algo estamos haciendo mal.

El mismo día se acordaban los términos del brexit, sin que nos haya quedado claro el tema de Gibraltar, ni las consecuencias que este divorcio europeo pueda traer para la gente que vive en las zonas limítrofes.

Al día siguiente, a pesar de las declaraciones del Gobierno sobre las emisiones y la caducidad de los coches contaminantes, Greenpeace realizó una acción en la entrada del Puerto de Endesa, colocando kayaks en la bocana, para reivindicar que se acabe también con la quema de carbón, evidente fuente de contaminación que no parece preocupar tanto a los gobiernos. El viernes 30 también se realizó una concentración anticarbón ante las puertas de la central de Endesa en Carboneras.

El domingo 2 de diciembre se celebraron las elecciones autonómicas, con sorpresa incluida de la irrupción de VOX en el parlamento andaluz, con doce escaños.

La presidenta de la Junta de Andalucía se ha dado un buen batacazo, lo que evidencia su falta de previsión al adelantar las elecciones.
Con estos resultados nos damos cuenta de la prepotencia, la poca vista y poco contacto con la realidad de quienes nos han estado gobernando, del hartazgo de los votantes por los recortes y la mala gestión. También nos damos cuenta del peligroso camino que puede iniciarse al dar alas a un partido que está en contra de la propia autonomía andaluza, lo que resulta bastante contradictorio con presentarse a estas elecciones. Dando la llave del gobierno a este nuevo partido, puede comenzar un camino que lleve a situaciones similares a las que están sucediendo en Cataluña, aunque los que las provoquen sean de diferente signo.

Como siempre, me maravilla que, sean cual sean los resultados, nadie reconozca que ha perdido las elecciones, que nadie dimita por sacar un resultado pésimo, que se eche la culpa a los votantes por no acudir a las urnas. Así, mal se van a recuperar los partidos tradicionales, o cambian mucho para conseguir ilusionar a los votantes, lo que no es fácil, o están condenados a una caída continua y acabar siendo sustituidos por otros partidos, que no quiere decir que sean mejores, pero tienen menos historia y menos hemeroteca a sus espaldas.

No sé qué pasará a partir de ahora, porque nuestro futuro gobierno andaluz no está ni mucho menos decidido, pero, pase lo que pase, tendremos que seguir en la brecha, tratando de ir cubriendo las carencias, que seguirá habiendo, y reivindicando los derechos de las personas, los animales y el planeta, que suelen olvidarse entre la maraña de discusiones políticas, intereses de las multinacionales, influencias religiosas, pagos de favores y otras muchas cosas, que, a la larga, pesan más que nuestros votos.

De todas formas, tengo gran curiosidad por ver qué sucede, cómo se negocia y qué plantea cada grupo político de los cinco que hay en liza, porque no es lo mismo hacer campaña que tener que tomar responsabilidades. Es muy fácil hablar y muy complicado gobernar. El tiempo nos traerá el resultado y nos hará ver las consecuencias. Pero,seguramente, tampoco nos servirá para aprender nada, porque volveremos a equivocarnos, una y otra vez.