Andalucía quiere cambio


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EUGENIO NARBAIZA

Andalucía ha amanecido este lunes con otro olor, con otro color y otras sensaciones como consecuencia del resultado de las elecciones autonómicas celebradas el pasado domingo, mediante las cuales, los representantes del centro derecha conformado por tres partidos, lograron la mayoría absoluta de escaños que, si todo transcurre con la normalidad prevista y se atiende a la petición realizada por los electores, configurarán el nuevo gobierno que hará que la Junta de Andalucía cambie de color político, después de haber permanecido cerca de cuarenta años en manos de los socialistas, representados por Susana Díaz.

Estas elecciones autonómicas convocadas a la desesperada por Susana Díaz, a fin de evitar las consecuencias que podían derivarse del juicio de los ERE, así como de las políticas llevadas a cabo por su “enemigo íntimo”, el presidente del gobierno Pedro Sánchez, se han caracterizado desde el punto de vista socialista, con la particularidad habitual de mantener la prepotencia que han venido sosteniendo siempre.

Cabe recordar que al igual que en esta campaña electoral, Susana Díaz, mantuvo un perfil bajo en la campaña a las primarias para la secretaría general de los socialistas en Ferraz, que le hizo perder la posibilidad de ser la secretaria general de los socialistas españoles. Junto a este detalle y después de intentar provocar un cisma entre los votantes del centro derecha, fomentando la existencia de Vox, los socialistas andaluces, han hecho una campaña de perfil bajo, envolviéndose en la bandera de Andalucía como elemento de protección a su pobre gestión en cuanto a resultados favorables para su región, e intentando evitar cualquier responsabilidad derivada de los años en los que la corrupción ha imperado a sus anchas, en la comunidad autónoma. El resultado de toda esta mala estrategia, ha supuesto la disminución de la participación en sus feudos habituales de un 10% de media, tanto en las provincias de Sevilla y Jaén, que han desembocado en la pérdida de 14 escaños, pasando de los 47 obtenidos en la pasada legislatura a un total de 33.

En lo referente al PP, segunda fuerza política en las elecciones de este domingo, que ha bajado un total de 7 escaños, respecto a las pasadas elecciones, quedándose en la honrosa cifra de 26, hay que tener en cuenta que el candidato a la presidencia de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, era el candidato proclamado por Rajoy en un congreso regional, pero no muy del agrado de la nueva dirección de Pablo Casado, al ser un elemento decisivo en la candidatura sorayista al Congreso Nacional del pasado julio.

Nadie puede negar que Moreno Bonilla ha salvado los muebles por el resultado obtenido gracias a la constante presencia de su presidente nacional, además de mantenerse como segunda fuerza de la región , que únicamente ha logrado ganar en la provincia de Almería, obteniendo 70 mil votos. El PP puede salir satisfecho de estas elecciones, puesto que se jugaba demasiado, partiendo de la base que se ponía en juego el liderazgo de su nuevo presidente, su hegemonía como partido principal del centro derecha español y por si fuera poco, la posibilidad de ser un partido con fortaleza en la región que representa al 20% del total del electorado español.