Javier Bozalongo presenta en la Villaespesa su obra ‘Todas las lluvias son la misma tormenta’




ALMERÍA HOY / 20·11·2018

La Consejería de Cultura, a través del Centro Andaluz de las Letras (CAL), pre-senta la última obra del poeta Javier Bozalongo ‘Todas las lluvias son la misma tor-menta’, dentro del ciclo ‘Letras Capitales’. El acto literario tendrá lugar mañana miércoles a las 19.30 horas en la biblioteca pública provincial Francisco Villaespesa e intervendrá la profesora Carmen Canet.

Javier Bozalongo reside en Granada desde hace más de veinte años. En esta ciudad publicó sus primeros libros, ‘Líquida nostalgia’ (2001) y ‘Hasta llegar aquí’ (Cuadernos del Vigía, 2005). En 2007 obtuvo el Premio Surcos de Poesía por ‘Viaje improbable’ (Renacimiento, 2008), y al año siguiente Visor Libros publicó ‘La casa a oscuras’ (Accésit del Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma). Es asesor del Festival Internacional de Poesía de Granada desde su primera edición, en 2004. Actualmente mantiene una columna de opinión en el Diario Ideal de Granada.

'Todas las lluvias son la misma tormenta' (Libros al Aire) ha sido galardona-do con el XXVIII Premio de Poesía Blas de Otero que impulsa la Concejalía de Educación, Cultura y Juventud del Ayuntamiento madrileño de Majadahonda. Según el escritor Alejandro Pedregosa, “el poemario es una «celebración de la experiencia» no tanto por la corriente estética de la que Bozalongo participa sino también y sobre todo por lo que tiene de revisión vital y ajuste de cuentas con uno mismo. Ya en el título se advierte esa suerte de sentencia, esa deriva natural hacia el resumen de quien, como decía Cervantes, «viaja mucho y lee mucho». Sólo quien ha estado sin paraguas de-bajo de numerosos aguaceros puede saber que todas las lluvias son la misma tormenta”.

Jorge del Arco ha comentado en Granada Cultural que “desde el despertar de su escritura, Javier Bozalongo muestra su sensibilidad desde una estética de línea clara, un decir contenido y sereno que hace del intimismo y de la temporalidad núcleos argumentales básicos. Quien ocupa el mirador del poema siente la necesidad de pensarse a sí mismo y recubre los enunciados con una cálida dermis emotiva”.