«Es muy triste que se le dé más importancia a un pino que a un niño»

Entrevista a José Antonio Torres (93 años), primer edil de Chercos y alcalde más veterano de la provincia: «La Delegación de Medio Ambiente es el cáncer del bienestar de Andalucía»


Carretera de Chercos a Macael, una «pista de hielo» en invierno que no se arregla para conservar los pinos.

ALMERÍA HOY / 22·11·2018

José Antonio Torres (PP), alcalde de Chercos, es el regidor más mayor de los 103 pueblos de Almería. A sus 93 años de edad, contempla la política con la veteranía que otorga ser el alcalde de su muncipio desde el año 1995. Torres repasa de manera resumida cómo entró en política, cuál es el principal problema de su pueblo, cómo afrontan la amenaza de la despoblación, o incluso qué opina de los nuevos y jóvenes líderes como Sánchez, Casado, Rivera o Iglesias. «La mayoría me parecen niñatos que no saben ni a dónde van ni lo que quieren», apunta.


Cuéntenos cómo llega a la Alcaldía.


-Yo vengo de la Guardia Civil. Estaba jubilado, y como soy de Chercos, di el paso. La cuestión política entonces era diferente. Las administraciones estaban todas hechas un desastre...

¿De qué fechas estamos hablando?

-Años noventa. Allá por 1993. Yo entré de alcalde en 1995; imagínate un pueblo con 300 habitantes y con un 60% de paro, sin olvidar la friolera de 20 millones (de pesetas) de deuda municipal. Todo esto, gracias a Dios, se ha subsanado, ya que hemos hecho lo que nunca pensamos que se podría hacer, y a día de hoy Chercos tiene un superávit bastante importante. Jamás este alcalde ha cobrado un céntimo del Ayuntamiento en 24 años. Además, ayudamos muchísimo a los mayores y a los más pequeños.
Jamás este alcalde ha cobrado un céntimo del Ayuntamiento en 24 años

¿Cómo lo hacen?

-Aquí, ayudamos desde que nacen los niños, ya les ponemos el chequecito de 500 euros en su pecho a los tres días de nacer, hasta los universitarios.

Imagino que Chercos habrá cambiado bastante en ese cuarto de siglo que lleva usted en la Alcaldía...

-Ha cambiado totalmente, hay quien no la reconoce. Hemos hecho una biblioteca, un club de jubilados, una iglesia, un parque infantil, un teatro-cine, puentes, una piscina... Naturalmente, había muy poca cosa aquí antes de eso. Hoy Chercos está a la cabeza de los pueblos en servicios. Prácticamente se podría decir que no necesitamos casi nada salvo que nos atiendan los organismos oficiales, que no siempre ocurre.

¿Por qué lo dice?

-Porque siempre hay algún problema. En Chercos tenemos una problemática importante, y ya he ido a ver a delegados de Medio Ambiente y ninguno se ha hecho eco de esta necesidad. Hablo de un desvío en la carretera Chercos-Macael en el límite de los términos municipales, y que con cien metros de carretera, ¡cien metros!, que ya estaba adjudicada por la Diputación, que estaban ya las máquinas allí, y nos hicieron retirarlas. Y tenemos un kilómetro de esa carretera de cuestas y curvas horribles. Ahora están yendo 18 niños al instituto de Macael, y son cuatro meses de invierno, cuando ese kilómetro de carretera se convierte en una pista de hielo. Son muchas las veces que el autobús ha tenido problemas, llegándose a ver obligado a parar en la cuneta. Es un verdadero crimen que se le dé más importancia a que se vaya a estropear una docena de pinos que no valen nada comparados con los niños. Hombre, por favor: Medio Ambiente se está portando muy mal. Me atrevo a decir que la Delegación de Medio Ambiente de la Junta es el cáncer del bienestar andaluz. Estoy muy disgustado con esto. Llevé el asunto al penúltimo delegado que hubo, y los propios niños de aquí le suplicaron, pero no nos han atendido esta demanda. Es muy triste. No sé qué haría Susana Díaz, que es madre, si supiera de esto. Que se le dé más importancia a un pino que a un niño es, de verdad, muy triste.

En Chercos, como en casi cualquier pueblo de interior, la lenta pero imparable despoblación debe ser uno de los problemas a combatir, ¿no? ¿Cómo lo llevan en el pueblo?

-Aquí, gracias a Dios, nos vamos manteniendo en población porque, como digo, desde que nacen niños hasta que hacen el máster les estamos ayudando con cantidades importantes. Estas políticas favorecen que la gente siga en el pueblo. Y no sólo eso; incluso vienen familias a empadronarse aquí. Así que nos estamos manteniendo frente a la despoblación. Además, llegan oportunidades nuevas, como la fábrica de mermeladas que ha abierto hace poco, amén del polígono industrial que también se ha hecho en este tiempo que llevo de alcalde. No estamos sobrados, pero nos estamos manteniendo bastante bien.

La mayoría de nuevos y jóvenes líderes políticos me parecen niñatos que no saben ni a dónde van ni lo que quieren

¿Está sobrevalorada la juventud en política? Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera, Pablo Casado... ¿Ve grandes diferencias entre los líderes de antes y los que tenemos ahora?

-Antes, la política consistía en una persona que, por su sentimiento, por amor a su pueblo, iba a servir a ese pueblo. Hoy es todo lo contrario: hoy la gente viene a la política para servirse de la política, para ganar un suelo, incluso para jubilarse. Tenemos gente en todos los partidos que se jubilan en la política y no hacen nada por nadie. Yo, cuando vi ayer lo que se le llegó a decir al único ministro decente (Borrell), según mi forma de ver las cosas, fue canallesco. Que el presidente del Gobierno y sus ministros se quedaran sentados allí como si nada... Por favor, es lamentable. ¿En qué se ha convertido el Congreso de los Diputados? ¿Qué clase de política tenemos? Y hablo a todos los niveles. Es de vergüenza. Me preguntas qué me parecen esos líderes... la mayoría me parecen niñatos que no saben ni a dónde van, ni lo que quieren, que carecen de compostura y de seriedad.

Seguro que más de uno de los que leen estas líneas no ha estado jamás en Chercos. Aproveche para 'vender' su pueblo. ¿Por qué debemos visitarlo?

-Chercos es algo así como un oasis en el desierto. Son trece kilómetros y medio de superficie, y no hay un centímetro que no tenga un árbol. Aquí el aire se respira limpio, la vida es sana. Es un pueblo que se quiere, se respeta, y que merece la pena.