Padres aguardan que la Inspección confirme caso de segregación racial en un colegio de Garrucha

Ya se han reunido con el centro y con responsables de Educación, y han comenzado a recoger firmas en internet




ALMERÍA HOY / 01·10·2018

Padres de un colegio público de Garrucha han puesto en manos de la Delegación de Educación de la Junta en Almería un presunto caso de segregación racial en dos aulas de infantil con niños de 3 años de edad. Así lo ha trasladado en una entrevista concedida a RADIO ACTUALIDAD uno de los padres afectados, indicando que «se han dado unas circunstancias que hacen ver que, si se ha hecho como indica el plan del centro, el azar ha sido bastante caprichoso».

En ese sentido, Álvaro Ramos -así se llama el padre- cuenta que «lo que denunciamos el 70% de los padres de alumnos que hemos firmado el escrito, y otros muchos que no se atreven a firmar por miedo a represalias, lo cual es una cosa que no va a ocurrir, no van a haber represalias sobre niños cuando se está luchando por evitar una segregación racial, una diferenciación, o una estratificación social, que es lo que estamos apreciando».

«Han ocurrido varias cosas relevantes. Cuando tú coges las dos listas de alumnos que pusieron el día antes de empezar el colegio, se aprecia que son unos 25 niños por clase, que es una ratio elevadísima para una profesora que tiene que estar con niños de tres años. Pero, entrando en el asunto de lo que nosotros creemos que ha sido una segregación, cuando se cogen las listas de estas dos clases, si se observan los apellidos que no tienen un origen claramente castellano, es decir, con origen de otros países, observamos que en una de las clases, esos apellidos los tienen el 52% de los niños, mientras que en la otra clase los tienen el 26%, o sea, más del doble».

Álvaro Ramos continúa su relato: «Si observamos lo que son etnias raciales dentro del aula, primero resaltar que no tenemos ningún tipo de problema de xenofobia ni racismo, queremos una integración total en el centro, pero si nos fijamos en estos parámetros vemos que en una clase hay cuatro o cinco etnias raciales, y en la otra hay una o dos. Si seguimos profundizando, vemos que una de las clases tiene el profesor que es de toda la vida de Garrucha, que vive aquí, y luego hay otro que, aunque tenga su plaza, no es de aquí. Bueno, el profesor de toda la vida de Garrucha ha caído en la clase donde el 28% tiene apellidos extranjeros, donde hay una o dos etnias, sin embargo el otro sí ha caído en la otra clase».

«Cuando nos juntamos los 25 padres -afirma- y preguntamos quién es de Garrucha, nos damos cuenta que, de los 25 alumnos, sólo dos son garrucheros de pura cepa. Y en la otra clase es completamente distinto: el 80% o el 90% son de Garrucha».

«Si analizamos más, la clase con más alumnos garrucheros, la aria garruchera, que a lo mejor es lo que pretenden buscar, a lo mejor están buscando una raza especial -bromea- de esas dos clases de niños de tres años, una de ellas tiene el baño integrado dentro del aula para que los niños no tengan que salir, y la otra no tiene baño, y los niños tiene que desplazarse varios metros hasta otro baño que utilizan otras diez o doce clases. ¿Adivina qué clase tiene el baño integrado?»

En cuanto a cómo se llega a producir esta situación, lo explica de la siguiente manera: «El plan del centro tiene herramientas para estas cosas: la reunificación de las clases se basa en tres parámetros: sexo (que haya los mismos niños que niñas), edad (no es lo mismo el que nace en enero que en noviembre), y en nacionalidad; y ahí tienen el as en la manga». Así, añade que «los niños tienen tres años, así que la mayoría ha nacido en España, sean de la raza que sean. Por tanto, tienen nacionalidad española. ¿Qué ocurre? Que muchos de estos niños ni siquiera habla el castellano; si tú los segregas a todos en la misma clase, estás frenando su desarrollo. Hay que repartirlos de manera equilibrado».

Por todo lo anterior, finaliza diciendo que «ahora mismo los padres lo que hemos solicitado a Educación es una inspección, y que ese agrupamiento se haga público tal y como especifica el plan del centro. Si coinciden los nombres y los alumnos, nos callaremos y pediremos perdón, pero que venga una inspección al centro a verificar que aquí no hay nada raro. Y sentencia: «Hay revuelo importante en Garrucha, es vox populi que esto se lleva haciendo durante décadas, entonces hay ciertas personas que se creen con el derecho a poder elegir colegio, clase o profesor. A mí me ha invitado alguna gente a que, si no me gusta este centro, me vaya a otro».


Recogida de firmas

A través de la plataforma Change.org, estos padres recogen firmas en una petición dirigida al Ministerio de Educación en la que solicitan:

«Mayor número de docentes ante una ratio tan elevada en niños de 3 años; una inspección para que valore este agrupamiento de infantil y otros que pudieran darse en el centro, donde se estudie diferenciación étnica y socio/económica; también que se simule y repita el agrupamiento según el punto M.1.1 del plan del centro con presencia de padres y que se demuestre que sale el mismo resultado, que no han existido irregularidades, en caso contrario subsanarlas depurando responsabilidades».

Asimismo, piden «la inclusión en el plan del centro de tener en cuenta la variedad étnica y no sólo la nacionalidad; la igualdad en infraestructuras del aula dentro de niveles académicos similares; evitar perpetuar los agrupamientos de infantil durante el resto de ciclos académicos, mezclando y equilibrando en cada cambio de ciclo. Del mismo modo que no siempre los mismos alumnos tengan profesores de corta continuidad en el centro. Erradicar la “supuesta estratificación económico/social" y evitar que padres/madres puedan solicitar de manera no oficial la creación de grupos con profesores concretos y crean que esta solicitud es un derecho; una respuesta a nuestras demandas por escrito, estando disponibles para cualquier tipo de reunión, diálogo y acuerdo».