Mi nombre entre ateos, creyentes y filosofías


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ADOLFO PÉREZ

Mi artículo titulado: “A favor de la enseñanza de la religión en la escuela”, publicado en este medio,era la réplica al de Juan Luis Pérez Tornellsobre el suyo en que se declaraba contrario a dicha enseñanza en la escuela pública. Como es sabido, en el Congreso de los Diputados se ha aprobado que la asignatura de filosofía sea obligatoria al final de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) y en los dos cursos de Bachillerato. Pues bien, a raíz de lo aprobado Juan Luis Pérez Tornell publica en este medio su artículo, titulado: “Para qué la Filosofía”, cuyo enunciado lo dice todo respecto al acuerdo parlamentario. Lógicamente cada uno opina sobre cualquier asunto lo que le place, como es el caso.

Sin embargo, Juan Luis introduce en su artículoun párrafo que literalmente dice así: “El origen de la filosofía es cierto y conocido: antes del siglo V a.C., no había filosofía propiamente dicha, sino balbuceos poéticos y mitologías, y muchas teologías y rituales religiosos, unos sangrientos y otros menos, de esos que siguen siendo parte de los planes de estudio, con la complaciente indulgencia de ateos y creyentes, y de Adolfo Pérez, entre otras materias perfectamente prescindibles, como la Gimnasia y la Formación del Espíritu Nacional".

Como se ve, sin venir a cuento, el amigo Juan Luis incrusta mi nombre a martillazos en el batiburrillo de dicho párrafo. Seguramente, pienso, que tendrá algo que ver con que yo esté claramente a favor de que se enseñe en los centros públicos la religión católica y él no. Del párrafo en cuestión se desprende que no es partidario de que la actual filosofía forme parte de los planes de estudio, de cuyo inicio, siglo V antes de Cristo, ya vemos lo que dice.

En su enfoque creo advertir una incongruencia, pues si él se declara contrario a que sea obligatoria la enseñanza de la filosofía, con lo que eso conlleva de estudio de sus principios, historia y sistemas filosóficos, no se comprende que en su artículo anterior, contrario a la enseñanza de la religión en las escuelas,diga ser partidario de que se instruya a los niños en los centros públicos sobre la “historia de las religiones, su extensión en el espacio y en el tiempo.”, que como se observa ambas disciplinas guardan cierta similitud.

Si la opinión de Juan Luis es que la enseñanza de la filosofía es perfectamente prescindible, como la Gimnasia y la Formación del Espíritu Nacional, según dice, entiendo que lo mismo debería opinar sobre la enseñanza de la historia de las religiones, ¿o no?

Ahora que la asignatura de filosofía está sobre el tapete, recuerdo con agrado las doctas y amenas clases de filosofía que nos impartía en bachillerato el catedrático don Juan Carlos García Borrón en el instituto de enseñanza media de Lorca, hace ya muchos años. De todas formas sigo sin entender qué pinta mi nombre en ese párrafo.