Banderas de inconveniencia

La incongruente mezcla de partidos que forma el gobierno italiano, sigue aplicándose en extender la insolidaridad y el odio al diferente, al pobre y al necesitado


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MARIO SANZ CRUZ

Con el verano dilatado, en nuestro Mediterráneo, sigue el intenso tránsito de inmigrantes por mar. Unos llegando por sus medios, otro siendo interceptados o rescatados y algunos muriendo en el intento; ahogados o a tiros de la Marina marroquí, muy delicada a la hora de tratar a las mafias y bastante menos suave a la hora de tener en cuenta los derechos de las personas.

La gente sigue llegando a las playas y los puertos viva o muerta, mientras los gobiernos europeos se niegan a poner medios para atender y controlar este éxodo, y extienden sus teorías fascistas de que nos están invadiendo, que vienen a robar, a quitarnos el trabajo y el pan. Pero eso ya lo sabemos, y cada vez que hay elecciones, los votos de nuestros inteligentes y libres ciudadanos, añaden nuevos gobiernos de extrema derecha a la vieja y desmemoriada Europa, que parece empeñada en repetir su trágica historia, si sigue por este camino.

La incongruente mezcla de partidos que forma el gobierno italiano, sigue aplicándose en extender la insolidaridad y el odio al diferente, al pobre y al necesitado. Para eso, además de ordenar a los barcos de su Armada que incumplan las normativas sobre salvamento de náufragos y las mínimas reglas de la humanidad y la solidaridad; lleva mucho tiempo negando el atraque de barcos que hayan rescatado presuntos inmigrantes, acusándolos de actuar "como taxis del Mediterráneo para inmigrantes".

Pero ahora da un paso más y se empeña en presionar a Panamá para que le retire la bandera al“Aquarius”, el barco de Médicos sin Fronteras y SOS Mediterranéeque trata de que los náufragos de África y Asia no se ahoguen en el mar.

Panamá, por su parte, ya se está planteando la retirada del abanderamiento, aunque niega presiones de Italia. Seguramente lo hace porque su gobierno ve que la labor del “Aquiarius” está creando un problema muy importante para la humanidad y alguien tiene que tomar medidas.
Es curiosa la sensibilidad del pequeño país centroamericano respecto a este tema de los inmigrantes,en un mar muy alejado de sus costas, y los pocos escrúpulos que ha tenido siempre, abanderando a miles de buques de medio mundo y permitiendo que se pasen las normativas de seguridad, los derechos de los trabajadores y hasta el sentido común, por el forro.

Solo tenemos que ir a la hemeroteca para encontrar que la falta de rigor en la seguridad de los buques,abanderados por conveniencia en el país del canal, ha dejado accidentes en todos los mares, que han provocado muchos muertos y han jodido el medio ambiente sin ninguna contemplación. En nuestra costa, podemos recordar el caso del “Casson”,en 1987, que se incendióy embarrancó, con una misteriosa carga tóxica a bordo, cerca de Finisterre, dejando veintitrés fallecidos y uno de los mayores desastres ecológicos vividos en la costa gallega, que no han sido pocos.

Una bandera que tiene entre sus amparados a buena parte de los piratas mercantesque en el mundo navegan, se dispone a quitarse de en medio a uno de los pocos barcos que hacen una buena labor en este planeta azul. Pero, para Panamá es un grano en el culo, una oveja negra que le puede traer dificultades, y no están las cosas para pijoterías de rescates ni ayudas humanitarias. Así de injusta es esta tierra cubierta de agua en su mayor parte.

Si esperamos que la justicia y la solidaridad vengan de nuestros dirigentes, que los mercados se regulen y que la Tierra aguante con todo lo que le estamos haciendo, estamos aviados.