Alcalde de Benitagla, el pueblo con menos habitantes: «Aquí no hay medios de vida, falta que las administraciones se mojen»




ALMERÍA HOY / 11·10·2018

La costa española cada vez está más poblada, y el interior menos. En la provincia de Almería ocurre exactamente igual; con alguna que otra excepción, los grandes núcleos de población se concentran en el área metropolitana, el Poniente y el Levante, mientras que La Alpujarra, Los Filabres, el Nacimiento, el Almanzora y Los Vélez ven cómo sus pueblos cada vez están más vacíos.

Entre esos municipios, el que menos habitantes tiene de todos ellos es Benitagla, donde el censo, a fecha 31 de diciembre de 2017, indica que hay sólo 66 habitantes censados. Su alcalde, Juan Padilla (PP), nos cuenta que a día de hoy hay alguno que otro más: «Ahora estamos rondando los ochenta o noventa habitantes, pero no llegamos a cien».

Y es que el primer edil de Benitagla, cuando le preguntan por los motivos para que su pueblo esté 'en peligro de extinción', lo tiene claro: «Aquí no hay medios de vida, sólo está prácticamente la agricultura, y actualmente está más que difícil el poder vivir de ella. Faltan oportunidades, falta algo para que la gente no se vaya de los pueblos, y que los que hay se queden; que las administraciones se mojen y den subvenciones para proyectos interesantes que animen a la gente a quedarse, como hacer alguna granja, o alguna cosa que dé puestos trabajo».

El alcalde de Benitagla admite que «los jóvenes no quieren trabajar en el campo», lo cual no hace sino complicarlo todo un poco más. Hay pocos jóvenes, y los que hay suelen emigrar a la ciudad. De hecho, calcula que de esos noventa vecinos, sólo un 10% tiene menos de 30 años.

Preguntamos a Juan Padilla si recuerda cuándo nació el último niño en Benitagla, y contesta que «hace once o doce años». De hecho, este pequeño municipio de Los Filabres es uno de los 13 pueblos almerienses donde ya no nacen niños.

En realidad, si nos fijamos en la evolución demográfica de Benitagla, comprobamos que su padrón de habitantes tampoco ha variado excesivamente en lo que llevamos de siglo XXI. Así, en el año 2000 se contaban 92 vecinos censados: como decimos, al cierre de 2017, sumaban 66.

«Yo estuve en Cataluña -relata el alcalde-, me vine hace 20 años, y entonces decía: esto se acaba, porque es verdad que veía que el pueblo se quedaba vacío. Pero lo cierto es que está casi igual de gente que entonces. No sé cómo cogerlo; hay días en los que creo que a esto le quedan dos días, y luego vienen familias jóvenes con niños. Ahora tenemos tres o cuatro niños, necesitaríamos dos o tres más para poder reabrir el colegio, aunque es cierto que eso costaría mucho y la Administración no está por la labor».