La Diada catalana

El 11 de septiembre se celebra la fiesta nacional de Cataluña conocida como la Diada -el Día-, que conmemora la capitulación de los barceloneses ante las tropas borbónicas tal día del año 1714.


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ADOLFO PÉREZ

No cabe duda que es preocupante la situación por la que atraviesa Cataluña, desde hace unos años sometida a las embestidas del frente independentista del nacionalismo. Cada año se agudiza el frentismo con el lamentable espectáculo de la fiesta de la Diada, cuyo origen y significado es objeto de polémica. Aproximarnos a la verdad histórica de lo que sucedió es la razón de este artículo para el que he procurado ser objetivo y riguroso,apoyándome en fuentes solventes.

El 11 de septiembre se celebra la fiesta nacional de Cataluña conocida como la Diada -el Día-, que conmemora la capitulación de los barceloneses ante las tropas borbónicas tal día del año 1714. Una efeméride que siempre han celebrado los barceloneses con una ofrenda floral ante la estatua del conseller en Cap, Rafael Casanova (1660-1743).

A la muerte sin descendencia del rey Carlos II (1665 - 1700) se extinguió en España la dinastía de la Casa de Austria y se instaló la de los Borbones franceses. Como el rey fallecido no había dejado hijos designó en su testamento como heredero y sucesor a su sobrino nieto Felipe de Borbón,duque de Anjou, nieto de su hermana mayor, María Teresa, yde su esposo Luis XIV de Francia. El duque de Anjou, que tomó el nombre de Felipe V, en 1701 entró en Madrid donde fue acogido con entusiasmo. Resultó, sin embargo, que también pretendió el trono español el archiduque Carlos de Austria, pariente lejano de Carlos II, pues era bisnieto de Felipe III, rey de España, apoyado por las potencias europeas guiadas por sus intereses, situación que provocó la guerra de Sucesión en España.

En un principio el rey Felipe V contaba en toda España con grandes simpatías. En su primera visita a Cataluña juró sus fueros y privilegios y convocó Cortes, además atendió las peticiones mercantiles que le hizo la burguesía catalana, de modo quela visita del rey recibió muchos elogios en Cataluña.Sin embargo, sucedió que los Estados de la Corona de Aragón (Aragón, Cataluña y Valencia), si bien en un principio optaron por el monarca Borbón como se ha visto, en 1705 se inclinaron a favor del archiduque, que tomó el nombre de Carlos III, el cual, cuandollegó a Cataluña ratificó las concesiones hechas por Felipe V y además compensó a sus partidarios con títulos nobiliarios. Se especula por las razones que tuvo buena parte de la sociedad catalana para apostar por el pretendiente austriaco (los vigatans); no obstante, muchos catalanes eran partidarios del rey Borbón, despectivamente llamadosbotifleurs (voz utilizada por los nacionalistas para llamar a los no separatistas). El profesor catalán Jordi Canalse decanta por la extendida francofobia o la opción austracista de los eclesiásticos. Mientras para el historiador francés Pierre Vilar el giro se debió a la competencia producida por la invasión de productos agrícolas franceses, así como la de tejidos y otras manufacturas de Francia. También parece que influyó la burguesía mercantil ansiosa de mejorar el comercio con las Indias.

Las potencias europeas, o sea, el Imperio alemán, Inglaterra y Holanda, después Portugal, apoyaron la pretensión del archiduque Carlos pues no consentían que se rompiera el equilibrio europeo en beneficio de los Borbones de Francia y España. Tales potencias tenían por objetivo el dominio de Europa, el comercio con las Indias y la supremacía marítima y económica, razón por la que constituyeron la Gran Alianza de la Haya, de modo que la guerra contra Francia y España se hizo inevitable, cuya declaración se produjo el 15 de mayo de 1702. La guerra europea, de Sucesión en España, tuvo alternativas, casi siempre en beneficio de los aliados de la Haya. Felipe V llegó a estar muy apurado, hasta el punto de que el pretendiente Carlos III entró en Madrid dos veces.

La ascensión del archiduque Carlos al trono del Imperio alemán en 1711 y el nuevo gobierno de Inglaterra al que ya no le interesaba colocar en el trono de España al pretendiente austriaco, más el deseo general de paz fueron las razones para que en 1713 se firmarala paz de Utrecht ente las potencias europeas en conflicto. Felipe V se asentó en el trono, pero la paz le costó a España importantes pérdidas territoriales, entre ellas Gibraltar, más la pérdida de su categoría de gran potencia. Sin embargo, la paz firmada dejó sin resolver el problema de Cataluña que quedó abandonada a su suerte al no alcanzar ninguna solución para ella.De modo quela lucha por la sucesión continuó dentro de España a pesar de que el archiduque Carlos,Carlos III, ‘reydeloscatalanes’, abandonara la corte catalana en 1711, donde dejó a su esposa, Isabel Cristina, como regente, la cual se marchó al firmarse el tratado de Utrecht. La situación se convirtió en guerra civil entre Felipe V, ayudado por Francia, y los catalanes solos. Guerra que culminó con la toma de la ciudad de Barcelona después de unsitiode catorce meses, de julio de 1713 a septiembre de 1714.

Sobre la toma de Barcelona dice la Historia de España del Marqués de Lozoya (tomo 5, pág. 113) lo siguiente: “El 7 de julio, el duque de Berwick tomó el mando de las tropas que sitiaban a Barcelona. La ciudad resistió como sólo resisten en la Historia las ciudades españolas, más de once meses de bloqueo y sesenta y cuatro días de riguroso asedio, durante el cual sufrió la presión de un ejército de 40.000 hombres y el fuego de 140 cañones. El 11 de septiembre de 1714, el mariscal de Berwick dio la orden de asalto. La lucha fue durísima y los barceloneses escribieron aquel día, con su valor en el combate y con su dignidad en la desventura, una de las más bellas páginas de la historia de España. El 12 de septiembre se firmó la capitulación, que aseguraba a los defensores vidas y haciendas. Si Felipe V hubiera tenido la grandeza de alma de su bisabuelo Felipe IV en trance semejante, hubiera asegurado para siempre, para su dinastía, el amor de los catalanes".

Referido a la caída de Barcelona, el historiador catalán Ferrán Soldevila cuenta en su “Història de Catalunya”, que el asalto a la ciudad se produjo al alba de aquel 11 de septiembre. Que las tropas se lanzaron al combate por las siete brechas abiertas en la muralla. La campana mayor de la catedral tocó a somatén y los paisanos acudieron al combate. Al poco se sacó la bandera de Santa Eulalia, de gran fervor de los barceloneses, portada por el conseller en Cap, Rafael Casanova, y rodeada por la nobleza, lo que enardeció a los sitiados. En el terraplén de la muralla cayó herido Casanova siendo preciso retirarlo. Al caer de la tarde se produjo la capitulación y entraron las tropas reales en Barcelona. La tercera parte de la ciudad quedó destruida, con 4.000 pérdidas humanas ese día.

El profesor catalán Jordi Canal dice en su “Historia mínima de Cataluña”, página 120:“Trescientos años después de 1714, el día 11 de septiembre es, en Cataluña, una jornada feriada”. “La fiesta resulta inseparable de la evolución del nacionalismo catalán”.Y añade: “En aquel día de un lejano año de 1714, según el relato nacionalista, Cataluña resultó vencida dando paso a la pérdida de sus libertades. Felipe V habría puesto fin, supuestamente, a la ‘nación catalana’ y forzado el inicio de una larga época de decadencia". (Repárese en que dice supuestamente y nación entrecomillada).

Así es el origen de la Diada, fiesta que desde entonces ha evolucionado hasta ser secuestrada por los soberanistas, que se empeñan en tratarla como guerra de secesión de Cataluña, aunque la realidad histórica es diferente. Está claro que no se trataba de tal secesión, sino la guerra de sucesión por la Corona de España entre dos dinastías: la borbónica en la persona de Felipe V, legítimo heredero de Carlos II, y la austracista en la persona del archiduque Carlos, pretendiente incitado por las potencias europeas en beneficio de sus intereses. Así, pues, cabe decir que el pueblo catalán, cogido entre los manejos de unos y de otros, fue el que perdió, igual que ahora sigue perdiendo preso del nacionalismo separatista. Cuán deseable sería que unos y otros pusieran de su parte para que el catalanismo se integre de nuevo en el proyecto de España.