Astronautas en Moncloa y políticos en la Luna

Dice el satírico 'El Mundo Today' que Pedro Sánchez va a crear el Ministerio de Dimisiones. La «dignidad» era esto, supongo; llevar presentadores de TV y astronautas a la Moncloa, al tiempo que no cesan de comercializarse viajes a la Luna pensados para políticos en apuros


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PABLO REQUENA

Qué pena que Berlanga no viva todavía. El célebre cineasta supo deleitarnos en vida con obras, entre otras, como 'Bienvenido Mr. Marshall' (1953), 'Plácido' (1961), 'La escopeta nacional' (1978) o 'Todos a la cárcel' (estrenada en 1993 pero cuyo título bien valdría también para nuestros gobernantes actuales), y no me cabe duda de que el director valenciano bien podría rodar su gran obra maestra, una mejor que todas las anteriores, en estos días de gobiernos melifluos y excesivamente zotes.

Berlanga nos dejó en el año 2010. Entonces gobernaba Zapatero, un político hecho a sí mismo que, todavía hoy, ofrece inspiración a espuertas para los guionistas más avezados gracias a su discutido y discutible papel de 'mediador' en Venezuela. La oposición venezolana y buena parte del arco parlamentario español, el mismo que siempre ha señalado al expresidente como un cero a la izquierda -«cero Zapatero»- bien podrían calificar a Zp como a un político que vive en la Luna, o quizá como a un dirigente empadronado más lejos aún; así se explicaría que, todavía en 2011, nuestro querido expresidente siguiera negando la crisis económica que acabaría con su gobierno y con millones de empleos en toda España.

Luego vino Rajoy, a quien Berlanga no llegó a conocer en Moncloa, pero sí como líder de la oposición, con lo cual bien podría haber rodado algo así como 'El aspirante', 'El español impasible' o 'El don Tancredo gallego' antes incluso de que se convirtiera en presidente del Gobierno. Sin entrar en lo que viene siendo gestión política o corrupción -que daría para una tesis doctoral cien por cien original-, fíjense si hay material para redactar un buen guión basado en ese cuajo mariano para decir cosas como (sic):

-«Una cosa es ser solidario y otra es serlo a cambio de nada».
-«Es el vecino el que elige al alcalde, y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde»
-«Los españoles son muy españoles y mucho españoles»
-«¿Ustedes piensan antes de hablar o hablan tras pensar?»
-«Un vaso es un vaso y un plato es un plato»
-«Como decía Galileo, el movimiento siempre se acelera cuando se va a detener».
-«La cerámica de Talavera no es cosa menor, o dicho de otra manera, es cosa mayor».
-«La segunda ya tal»
-«¡Viva el vino!»
-Etc. Etc. Etc.

Con ese percal, llega Pedro Sánchez y nos libera de M. Rajoy moción de censura en mano y anunciando un «Gobierno de la dignidad» (sic), eso sí, también «transitorio», ya que prometía no hace tanto convocar elecciones «a la mayor brevedad posible». Oye, ha sido llegar a la Moncloa y olvidarse de aquella promesa, como también se olvidó de aquello de «si una persona de mi ejecutiva tributara menos con una sociedad instrumental...» nada más explotar el 'caso Pedro Duque'.

Algo más de imaginación se requiere para ser testigo de cómo alguien de izquierdas hace un comentario machista u homófobo y que se genere el mismo terremoto político que si lo dijera el pepero de turno. No digamos ya que una fiscal socialista, la misma que insulta a su homólogo de Interior por su orientación sexual sin que pase absolutamente nada, reconvertida en ministra de Justicia y, por ende, en notario mayor del Reino, se quede igual cuando descubre a sus compis del Tribunal Supremo de juerga con niñas menores de edad. Pues nada, oye; que ya van dos ministros dimitidos, y el cupo de dimisiones deber ir va sobrado ya.

¿Hubiera imaginado Berlanga un gobierno con tres o cuatro ministros dimitidos -ya hay dos confirmados y otros dos en la cuerda floja- en los primeros cien días de Gobierno? Lo dudo, y no por falta de imaginación, sino porque, en aquellos tiempos, lo de dimitir era más un nombre ruso que un verbo de la tercera declinación. Ojo; actualmente sigue siéndolo en más de una administración pública, pero hoy hablamos del Gobierno, y nos centramos en La Moncloa.

Dice el satírico 'El Mundo Today' que Pedro Sánchez va a crear el Ministerio de Dimisiones. La «dignidad» era esto, supongo; llevar presentadores de TV y astronautas a la Moncloa, al tiempo que no cesan de comercializarse viajes a la Luna pensados para políticos en apuros. El negocio del siglo, sin duda.