«Las grandes superficies se comprometen a comprar al productor y luego no cumplen»

Entrevista a Pascual Soler, recientemente elegido como presidente provincial de ASAJA-Almería




ALMERÍA HOY / 30·07·2018

Pascual Soler acaba de ser elegido como presidente provincial de ASAJA-Almería, un cargo que venía ejerciendo en funciones desde el inesperado fallecimiento de su antecesor, Francisco Vargas, el pasado mes de mayo. En esta entrevista, repasa la actualidad del campo almeriense y los principales retos que tiene por delante.

Señalar que Pascual Soleres un agricultor con una larga trayectoria en la organización, formando parte de ella casi desde su nacimiento en el año 1991. Delegado además de ASAJA en la comarca del Levante, cuenta en su trayectoria profesional con experiencia tanto en el sector ganadero (gestionando la empresa familiar dedicada a la producción de carne y leche) como en el agrícola, dedicado al cultivo de hortalizas y frutas principalmente al aire libre en Palomares (Cuevas del Almanzora).


Está usted recién elegido en el cargo. ¿Cómo ha sido ese proceso y cuáles son sus principales retos como presidente provincial de ASAJA?

-Ha ido muy bien. La verdad es que no se había presentado ninguna otra candidatura, por lo que el comité ejecutivo y yo salimos elegidos sin ningún problema. Nuestra idea es seguir adelante con el proyecto de Paco Vargas, pero eso no quita que nosotros podamos mejorar algunas cosas. Como digo, la intención es seguir con el proyecto de Paco, que ha ido extraordinariamente bien. ASAJA ha venido creciendo en los últimos años entre un 12% y un 15%, y eso quiere decir que es ese proyecto ha dado frutos, y otra cosa importante es que ASAJA está hoy muy bien considerada en la provincia de Almería. Tenemos muy buena relación con todas las organizaciones, y también con todas las administraciones, y esto lo vamos a seguir manteniendo. En definitiva, nuestro objetivo siempre es trabajar por los agricultores y el desarrollo económico de la provincia.


El valor de las hortalizas creció un 5% en 2017, pero parece que el dato no será tan positivo este año...

-Está clarísimo que el año pasado fue mucho mejor en precios que este año, y casi a todos los niveles. Sobre todo en pimiento y berenjena, también en calabacín. Sin embargo, este año los precios han sido más flojos. Esto no es tan fácil de evaluar. Ahí está el ejemplo de la sandía, que en la primera parte de la campaña tenía unos precios estupendos. Mirando también que, de la parte de Almería y Níjar, los precios vienen altos, y las grandes superficies tenían muchas ganas de echar los precios abajo. Lo intentaron en los meses de abril y mayo, pero como no había excesiva sandía, los agricultores consiguieron que esos meses hubiera buenos precios. Pero tenían muchas ganas de echar los precios abajo, de manera que, terminada la campaña, por lo menos la parte fuerte de campaña en Campohermoso, pues los precios cayeron en toda la zona del Levante, y lo hicieron exageradamente. Se veían precios de salida de almacén de entre 20 y 25 céntimos.


¿Quién sale ganado con todo esto?

-Las grandes superficies comerciales. Son las que marcan los precios, y es por ahí por dónde hay que regirse. Si nosotros pudiéramos poner los precios, esto no sucedería. Había, como digo, ganas de las grandes superficies de echar los precios abajo. Ellos hacen sus reclamos con las hortalizas, y lo que quieren es tener mercancía muy barata. Son precios que no cubren ni de cerca los costos de producción, y la verdad es que hemos tenido una campaña que todavía no ha remontado. Es algo que siempre ha pasado en la agricultura...


Siempre ha pasado y nadie termina de ponerle remedio. La campaña que viene volveremos a ver crisis de precios...

-Desde luego, nosotros tenemos que trabajar en organizarnos un poco mejor. También es verdad que si nos pasa esto es porque la climatología no siempre responde como nosotros querríamos. Pero tenemos que trabajar más, tener reuniones con las grandes superficies para informarles bien de lo que son los costes de producción, y habrá que mediar para que la Administración intervenga también, y a ver si entre todos podemos hacer que la agricultura sea viable. Con precios temerarios no podemos tener ni sueldos en condiciones para los obreros. Para que todo funcione, los precios tienen que ir mejor.


Fue un invierno muy caluroso; el verano, de momento, pasa con récord de temperaturas bajas en las últimas décadas... ¿Les preocupa especialmente lo cambiante y extraño del comportamiento del tiempo estos últimos años?

-Es cierto. Está claro que lo que viene a llamarse 'cambio climático', aunque hay mucha gente que no quiere entenderlo, es un hecho. Este año sí es verdad que vemos temperaturas más suaves, pero llevamos tres o cuatro años atrás con temperaturas muy elevadas. Esto lo que provoca también es que las producciones se adelantan, y entonces nos salimos de lo que tenemos planificado. Y también hay otro asunto; las grandes superficies vienen y apalabran, porque nadie hace ningún contrato firme diciendo que se va a llevar cuatro camiones de sandías cada semana. No. Ellos van recorriendo todas las empresas que cultivan sandías, hacen los compromisos, pero luego, por acaparar para que no les falten, a lo mejor hay empresas que tienen comprometidos cuatro camiones diarios, y hay momentos en los que sí se han llevado los cuatro, pero luego se llevan sólo dos, uno o medio. No se cumplen los compromisos con las empresas. Las grandes superficies se comprometen a comprar al productor y luego no cumplen.


Sequía. ¿Está garantizada el agua para la campaña que viene?

-Sí. Para la campaña que viene sí.


¿A un precio asumible?

-Bueno, el precio es alto. Nosotros, aquí en el Levante, estamos pagando el agua en torno a 55-60 céntimos. Eso es caro.


Más caro, por ejemplo, que en la vecina Murcia.

-Sí. Ese precio es muy caro. El agua no debería valer más de 30 céntimos. Seguimos luchando por este tema. La cosa es que, mezclando el agua que podamos tener, sea de trasvase, sea de desaladora, de pozo o de dónde sea, se pueda obtener un agua en torno a los 30 céntimos, que es lo que nos daría estabilidad, y que, con los precios que estamos viendo, sería una cosa asumible por los agricultores.


Pero, insisto. ¿Por qué es más cara el agua en Murcia que en el Levante almeriense?

-Ahí lo que pasa es que la Comunidad de Murcia hizo un decreto de sequía, y entonces le concedieron unas ayudas, y sí, es cierto que tiene el agua más barata que Andalucía. Eso es así. Creo que el agua, sea en Sevilla o en Almería, tiene que tener un precio unitario para el agricultor. La procedencia sería lo menos importante, da igual desalada que de trasvase. Vamos a ver si esto se culmina ahora con el cambio de Gobierno. Confiamos en que, esto que ya estaba planificado, y que creíamos que iba a salir adelante, vamos a ver si este gobierno lo mantiene.


Y luego está la desaladora del Bajo Almanzora...

-Se apostó en su día por las desaladoras, y nos parece muy bien. Estamos de acuerdo en que haya desaladoras. Pero claro, aquí lo que pasó es que se llevaron el dinero, nos dejaron sin agua, y aquí estamos, seis años después, con la desaladora parada. Aquí ya tuvimos una manifestación en octubre del año pasado pidiendo que se arregle. A día de hoy, todavía no se ha hecho nada de nada. Eso está ahí abandonado, nadie se ha puesto en marcha, y esto es increíble. Acuamed, que decían que ya estaba trabajando para ponerla en marcha, yo lo último que sé es que no se ha puesto en marcha, y no sabemos cuándo se va a poder empezar a hacer algo para que esa desaladola pueda funcionar, que buena falta nos hace.


¿Por qué hay incendios cada dos por tres en las plantas de tratamiento de residuos agrícolas?

-Todos sospechamos lo mismo: que hay algún pirómano por ahí que está metiendo la mano, porque es mucha casualidad que haya tantos incendios donde se almacenan los residuos agrícolas. Es gente que no quiere la agricultura, porque esto no es forma de defenderla, y creo que las autoridades deberían tomárselo más en serio. Y si hay un pirómano que está haciendo esto, lo que tenía que estar es a la sombra de donde no pueda hacer este tipo de barbaridades.


¿A qué se debe que no funcione tomate como era lo esperado? Hay menos superficie cultivada, ¿no?

-Una de las razones de que haya tanta sandía es por el tomate. Porque, entre Murcia y Almería, se han dejado de plantar unas dos mil hectáreas aproximadamente, y esas hectáreas se están dedicando a cultivar sandía. Estamos ante lo mismo que hablábamos; por bajo rendimiento, que no hay precios buenos, y la gran masa de tomates, sobre todo tomate liso, eso está en manos de Marruecos. Yo hago una reflexión; cuando nosotros estábamos hace doce o quince años hablando de estos temas y manifestándonos por los bajos precios del tomate, aquí el Gobierno, y no sólo el español, también el europeo, miraron para otro lado. Si no hay rendimiento de un cultivo, no se puede mantener, y eso crea un desconcierto enorme. Te voy a dar datos; aquí, en Tomasol, nuestra base era el tomate, y te puedo decir que para esta campaña no tenemos planificada ni una planta. Cero. Y como a Tomasol le está pasando a una gran mayoría de empresas. Se está produciendo ese cambio, que es negativo para nuestra agricultura.