Guardias civiles de la provincia participan en la mayor intervención de 'bitcoins' de toda Europa

Tras desmantelar una organización criminal dedicada a producir y distribuir nuevas drogas psicoactivas




ALMERÍA HOY / 28·06·2018

La Guardia Civil, conjuntamente con la Agencia Tributaria y la Policía de Austria, en el marco de la Operación DRYER, han desarticulado en España y Austria un entramado criminal dedicado a la producción, elaboración y distribución de NPS (New Psychoactive Substances) a nivel internacional y al blanqueo de capitales a través de la compra venta de criptomonedas, principalmente bitcoins, producto del beneficio obtenido de la venta de estas sustancias a través de internet.

La investigación se inicia en 2015, con la interceptación de un paquete en Hof (Baviera) por parte de la policía alemana, conteniendo varios tipos de estas sustancias. El envío, procedente de un apartado de correos de Ogíjares (Granada), apuntaba a la existencia de una estructura delictiva asentada en esa provincia.

De esta forma, los investigadores detectan un gran movimiento de paquetes y sobres postales, remitidos desde ese apartado de correos a más de 100 países distintos, conteniendo sustancias estupefacientes camufladas como otros productos de marcas reconocidas cuya comercialización es legal, tales como aditivos para el cemento o productos contra la humedad.

Tras esta operativa se escondía un amplio conglomerado de empresas y sociedades en varios países, algunas de ellas offshore, cuyo objeto no era otro que el de dar una apariencia de legalidad a la actividad ilícita que realizaban y blanquear los beneficios económicos obtenidos de la misma.


Laboratorios en Holanda y España

Esta organización venía operando en nuestro país desde 2012 y ha quedado constatado como la misma importaba inicialmente la materia prima para la producción de las sustancias psicoactivas desde países asiáticos, principalmente China. Sin embargo, un cambio de regulación legal y un endurecimiento de las penas en estos países supuso la modificación en la forma de proveerse de estas sustancias.

Por este motivo, la organización instaló un laboratorio en Ámsterdam, que servía de unidad productora de las NPS, contratando a dos ingenieros químicos y adquiriendo material científico por valor de más de 200.000€, tales como reactores de síntesis, cromatógrafos, máquinas trituradoras de piedra o numeroso material de análisis y de laboratorio.

Desde este laboratorio se diseñaban y producían las sustancias estupefacientes, derivadas posteriormente a otros dos laboratorios instalados en Alhendín (Granada) y La Pobla de Vallbona (Valencia), que estaban directamente gestionados por la organización y en los que se llevaba a cabo el tratamiento final al producto, envasado y distribución al consumidor final.

Entre las sustancias que desde allí se distribuían, se encontraban más de 100 tipos distintos de NPS: cannabinoides sintéticos, depresivos, disociativos, estimulantes como anfetaminas o catinonas, nootrópicos, psicodélicos y opiáceos sintéticos, suponiendo estos últimos un problema de extrema gravedad en países desarrollados como EEUU. Tal es así, que en octubre de 2017 se declara una emergencia de salud pública en ese país por las miles de muertes ocasionadas por el consumo de este tipo de sustancias, más de 64.000 en 2016, siendo considerada como la mayor epidemia de su historia.


Nuevas Sustancias Psicoactivas (NPS)

Las Nuevas Sustancias Psicoactivas (NSP) son un nuevo tipo de estupefacientes o psicofármacos, que no siempre están fiscalizadas como drogas ilícitas, pero cuyo su consumo puede plantear un problema de salud pública comparable a la que presentan las sustancias catalogadas como tales en las convenciones internacionales. Los mecanismos de fiscalización a nivel mundial, europeo (UE) y nacional son complejos y suelen prolongarse en el tiempo, por cuanto exigen de pruebas e informes técnicos exhaustivos y por ser necesario el consenso de la comunidad científica.

Los cannabinoides sintéticos producen en el consumidor efectos similares a los de la marihuana y sus derivados. Y las catinonas sintéticas son utilizadas como sustitutivos de las anfetaminas, MDMA o cocaína. La promoción, venta y adquisición de este tipo de sustancia se efectúa principalmente a través de internet y sus principales clientes son jóvenes que las consumen en entornos de ocio.

Los diferentes organismos internacionales, tales como la OMS, la ONU o la UE, o a nivel nacional la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional contra la Droga, alertan del uso creciente de estos productos y los riesgos para la salud que ello supone. En la actualidad 620 nuevas sustancias son objeto de vigilancia por parte del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA).

La operación ha sido desarrollada por el EDOA de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, Equipo Contra el Crimen Organizado de Baleares de la UCO, Agencia Tributaria y Policía de Austria, con la coordinación de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil y Europol (Sustrans y Synergy), participando unidades de la DEA (EEUU) y ZKA de Alemania, así como la Agencia Española del Medicamento.