Los familiares han interpuesto denuncia en el juzgado de guardia mientras la enferma es aceptada como paciente en Torrecárdenas. Al precisar de diálisis, su vida pendía de un hilo
ALMERÍA HOY / 22·06·2018
Familiares de Elodia María, una roquetera de 87 años que desde hace años viene recibiendo tratamiento de hemodiálisis en el Hospital de Poniente, han denunciado al hospital ejidense en el juzgado de guardia después de que, según trasladan a este medio, el centro decidiera terminar con el tratamiento debido, siempre según la versión del denunciante, a que «ya no tiene calidad de vida, padece demencia y arma follón cuando la tratan». Es más, uno de los médicos que los atendió les habría trasladado que Elodia María ya no es «persona».
«Es verdad que tiene sus facultades mermadas —admiten sus familiares— pero sigue siendo persona. Sigue viva, da besos, abrazos, sonríe...».
Según la denuncia presentada en el juzgado de guardia y a la que ha accedido ALMERÍA HOY, el pasado 11 de junio uno de los facultativos les informa de su «intención» de terminar con el tratamiento de Elodia María, «lo que casi inmediatamente provocaría su muerte». Ya el 15 de junio, recibe una llamada del servicio de hemodiálisis del Hospital de Poniente citándoles a una reunión al día siguiente para tratar este tema.
«En la tarde del 18 de junio recibo otra llamada comunicándome que no ha sido posible realizarle la hemodiálisis», relatan, motivo por el que se presentaron en el centro hospitalario. Una vez allí, les explican que no ha sido posible debido a que no le funciona la fístula de su brazo izquierdo.
Tras oír las motivaciones «que no resultan muy convincentes», reclaman un informe por escrito con dichas explicaciones». Ante esto, el médico que les atiende dice que va a llamar a otro facultativo, pero tras una larga espera, deciden llevarse a casa a Elodia María sin que hubiera recibido su hemodiálisis. Es entonces cuando los dos médicos habría recibido a su sobrina, que hace las veces de cuidadora; vuelve a reclamarles una explicación por escrito de por qué su tía no ha recibido su tratamiento, y entonces, explican, éstos se niegan.
«La hemodiáisis es un tratamiento que se puede considerar paliativo en la medida en que es imprescindible para la vida, tanto para mi tía como para cualquier otra persona; no sé por qué se hace una distinción entre mi tía y cualquier otro paciente que recibe la terapia, algo que, considera, puede suponer «una flagrante discriminación».
Así las cosas, piden al juzgado de guardia medidas cautelares, y mientras dicho juzgado determina, Elodia María recibe su tratamiento en el Hospital de Torrecárdenas, en la capital almeriense.
«Es verdad que tiene sus facultades mermadas —admiten sus familiares— pero sigue siendo persona. Sigue viva, da besos, abrazos, sonríe...».
Según la denuncia presentada en el juzgado de guardia y a la que ha accedido ALMERÍA HOY, el pasado 11 de junio uno de los facultativos les informa de su «intención» de terminar con el tratamiento de Elodia María, «lo que casi inmediatamente provocaría su muerte». Ya el 15 de junio, recibe una llamada del servicio de hemodiálisis del Hospital de Poniente citándoles a una reunión al día siguiente para tratar este tema.
«En la tarde del 18 de junio recibo otra llamada comunicándome que no ha sido posible realizarle la hemodiálisis», relatan, motivo por el que se presentaron en el centro hospitalario. Una vez allí, les explican que no ha sido posible debido a que no le funciona la fístula de su brazo izquierdo.
Tras oír las motivaciones «que no resultan muy convincentes», reclaman un informe por escrito con dichas explicaciones». Ante esto, el médico que les atiende dice que va a llamar a otro facultativo, pero tras una larga espera, deciden llevarse a casa a Elodia María sin que hubiera recibido su hemodiálisis. Es entonces cuando los dos médicos habría recibido a su sobrina, que hace las veces de cuidadora; vuelve a reclamarles una explicación por escrito de por qué su tía no ha recibido su tratamiento, y entonces, explican, éstos se niegan.
«La hemodiáisis es un tratamiento que se puede considerar paliativo en la medida en que es imprescindible para la vida, tanto para mi tía como para cualquier otra persona; no sé por qué se hace una distinción entre mi tía y cualquier otro paciente que recibe la terapia, algo que, considera, puede suponer «una flagrante discriminación».
Así las cosas, piden al juzgado de guardia medidas cautelares, y mientras dicho juzgado determina, Elodia María recibe su tratamiento en el Hospital de Torrecárdenas, en la capital almeriense.
