¿Podemos comprar un chalé?

Es muy curioso lo que sucede con Podemos. Aparte de que no sea muy coherente criticar a los ricos para hacer lo mismo que ellos a la menor oportunidad, tengo que decir que sus dirigentes tienen el mismo derecho que los demás a gastarse el dinero, que ganan legalmente, en lo que quieran y a embargarse en una enorme hipoteca si lo consideran conveniente, como han hecho los dirigentes de los demás partidos sin que a nadie le extrañe


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MARIO SANZ CRUZ

Este farero, siempre sorprendido por la actualidad, no deja de alucinar con las noticias que ocupan las primeras páginas de los medios de comunicación. Hace unos días, como si no hubiese otras cosas más importantes, las pantallas y los periódicos se han llenado de comentarios sobre si los principales dirigentes de Podemos pueden o no comprarse un chalé.

Es muy curioso lo que sucede con Podemos. Aparte de que no sea muy coherente criticar a los ricos para hacer lo mismo que ellos a la menor oportunidad, tengo que decir que sus dirigentes tienen el mismo derecho que los demás a gastarse el dinero, que ganan legalmente, en lo que quieran y a embargarse en una enorme hipoteca si lo consideran conveniente, como han hecho los dirigentes de los demás partidos sin que a nadie le extrañe. Otra cosa es que a las variadas bases de su partido les haga poca gracia descubrir que, en el fondo, todos queremos vivir lo mejor posible, y que la longitud del pelo no es más que una elección estética, mucha coleta pero de hippie o perro flauta nada de nada.

Dicho eso, tampoco dejo de alucinar con el seguimiento con lupa que se hace de un partido como Podemos, buscando cualquier discusión entre sus miembros, cualquier mínima metedura de pata que cometan sus dirigentes, para compararles con el resto de partidos y equipararles al PP, al PSOE, a CIU, etc.; inmersos, unos más que otros, en enormes casos de corrupción, en supermillonarios desfalcos a las arcas públicas, en amplísimas redes mafiosas, en vergonzosos casos de enchufismo, etc., para tratar de aplicar la máxima de que todos son iguales y vale más lo malo conocido…
La presión mediática, promovida por los partidos predominantes, hace que mucha gente odie a esta nueva formación, que los ancianos crean que si salen ellos van a quitarles la pensión, que España se va a convertir en otra Venezuela y otro montón de chorradas.

Como casi siempre, brilla por su ausencia nuestra inteligencia y criticamos ferozmente a los que no han hecho nada malo, entre otras cosas porque aún no han tenido la oportunidad de gobernarnos, por consejo de los que, desde las instituciones públicas, nos roban todos los días, de los que nos quitan las casas, nos recortan las pensiones, nos destrozan las condiciones laborales, se cargan la educación y la sanidad pública, etc.
A Podemos, que solo gobierna algunas ciudades, se le critica con saña cosas tan importantes como vestir de fucsia a los Reyes Magos o se le magnifican los problemas en barrios donde siempre los ha habido, pero se evita poner de manifiesto las muchas cosas buenas que han conseguido hacer por el ciudadano. Ciertamente, los principales medios sirven a los que mandan y están para lo que están. Y la insistencia acaba por calar, la gente de izquierdas es muy crítica y acaba por retirar su apoyo a quienes no han llegado a gobernar, sin darse cuenta de que la división hace que continúen gobernándonos los mismos.

No quiero que este artículo parezca una defensa a ultranza de Podemos, que tiene muchas incongruencias y muchos problemas internos, que está compuesto de gente muy diversa y donde se han colado advenedizos bastante dañinos. Ni siquiera me cae bien Pablo Iglesias y considero que se está haciendo un flaco favor con el referéndum que se ha montado, pero hay cosas que no se pueden comparar. No se puede culpar de los problemas del país al que no ha hecho nada y defender a los que han demostrado ampliamente que son un peligro social. Un poquito de congruencia.