Más que tres puntos

Victoria en casa ante el Granada, doblete de Juan Muñoz, tercer partido consecutivo sin encargar goles... La afición se rinde ante el último 'milagro' de Fran Fernández




ALMERÍA HOY / 14·05·2018

El Almería logró una victoria realmente importante y trascendental para sus aspiraciones en una jornada que se había complicado mucho, muchísimo, tras las victorias del Barcelona B y del Córdoba, y el empate del Alcorcón ante los tres primeros clasificados. Con este panorama los rojiblancos tenían que ganar, y lo hicieron con un par de… goles. El conjunto almeriense tenía una complicada “papeleta” frente al Granada CF, que se jugaba sus últimas opciones de intentar engancharse a la lucha por el ascenso, pero supo sacarlo adelante con un fútbol sobrio, práctico, intenso y cargado de coraje. Juan Muñoz, autor de los dos goles, se reivindicó.

Fran Fernández tuvo que hacer algunos cambios en el once, debido a las bajas de Lass y de Caballero con respecto a la jornada anterior. Juan Muñoz se situó de “9” y Fidel en la banda derecha, con lo que entraba Nano en la izquierda por delante de Pervis Estupiñán. Por lo demás, los mismos de jornadas anteriores; las cosas habían funcionado y no había que cambiarlas.

El encuentro, en el primer período, estuvo lleno de alternativas y los dos equipos, necesitados de puntos, buscaban la meta contraria; el Granada con mayor posesión y el Almería con un fútbol más directo. Los rojiblancos, prácticamente impecables en el aspecto defensivo, no sólo mantenían a raya a su rival, sino que además salían con velocidad tras robos de balón, por la anticipación o la presión como consecuencia de la intensidad y agresividad que ponían.

En el minuto 14 Rubén Alcaraz abrió el juego a la derecha para que Marco Motta centrara y después de una serie de rechaces dentro del área, Nano disparo parando el meta visitante. El Granada no ponía en demasiados apuros a nuestros representantes por el excelente trabajo de éstos, que en el minuto 41 se adelantaban en el marcador con una rápida acción. René buscó a Pozo, éste se apoyó en Rubén Alcaraz, y el malagueño abrió a la derecha para que de nuevo Motta metiera la pelota dentro del área y Juan Muñoz culminara la jugada con el 1-0 con el que se llegaba al descanso.

En el segundo tiempo el Granada apretó más aún si cabe y su posesión fue mayor, pero el Almería se hacía fuerte atrás, no daba facilidades y se entregaba sobre el campo con mucho coraje y amor propio. A los cuatro minutos de la reanudación, la presión de Rubén Alcaraz sobre Chico a punto estuvo de suponer el 2-0.

El apoyo de la afición hizo más fuerte aún al conjunto almeriense, que sabía sufrir para mantener el marcador. El Granada tuvo más sensación de peligro que ocasiones verdaderamente claras de gol porque la labor de los rojiblancos en tareas defensivas seguía siendo brillante. Lástima que no acertaran a montar varias contras que tuvieron y ello creó incertidumbre, máxime cuando el árbitro dio seis minutos de añadido. En el 93, sí llegó una contra letal en la que Nano, desde la izquierda, la puso para Juan Muñoz; éste se revolvió dentro del área y a la media vuelta remató con potencia consiguiendo el 2-0.

El Estadio de los Juegos Mediterráneos fue un delirio colectivo y hasta jugadores que estaban en el banquillo se fueron a la esquina contraria para abrazarse con sus compañeros. La victoria, que era fundamental, se quedaba en casa.