A veces es malo que los casos sean mediáticos, porque se prejuzga en la calle, pero lo que no es de recibo es que las leyes tengan tantas interpretaciones como ideologías existan en el mundo
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MARIO SANZ CRUZ
No sé quién es más peligroso, si las manadas de depredadores que actúan por las fiestas de nuestra geografía o lo mastines que debían cuidar el rebaño y no lo hacen. Los perros pastores de verdad no se preguntan si las redondeces de sus ovejas o carneros provocan el hambre de los lobos, las defienden porque están para eso.
Sé que no es fácil aplicar justicia en un país que no pone a su disposición los medios necesarios, y muchos jueces se juegan, literalmente, la vida enfrentándose a casos muy complicados. Pero lo que más resuena en la opinión pública, provocando indignación, son las salidas de pata de banco que, demasiadas veces, dictan personajes anclados en el pasado, que nos traen a la memoria actitudes franquistas, ultrareligiosas y machistas, propias de otro tiempo que, ilusamente, creíamos superado. La judicatura está muy falta de recursos para que pueda ser más ágil y dinámica, pero también necesita una urgente regeneración, que la saque de su anquilosamiento y vaya jubilando, lo antes posible,a los dinosaurios de su parque jurásico.
A veces es malo que los casos sean mediáticos, porque se prejuzga en la calle, pero lo que no es de recibo es que las leyes tengan tantas interpretaciones como ideologías existan en el mundo.
Yo no sé si legalmente lo que ocurrió con el caso de la manada es abuso o violación, porque no soy jurista, pero lo que se percibe desde fuera es un mal ejemplo, un “los chicos se han pasado un poquito porque son muy machos, pero qué le vamos a hacer, ellas les provocan y no son de piedra”. Si damos estos ejemplos, lo que conseguimos es que las manadas de homínidos proliferen, violen y abusen sin temor de ser censurados. Entre tanto, las mujeres se sienten cada vez más inseguras y la moraleja es: no salgas de noche, viste como una monja, no te diviertas, no sonrías, no bailes, que puede venir el lobo. Así no se puede conseguir ningún tipo de igualdad.
Estoy hasta las narices de tanta regresión y de que los animales campen a sus anchas. Pero, qué podemos esperar de una sociedad que tiene tanta tolerancia con los violentos ultras del fútbol, que hasta les subvenciona; una sociedad que permite partidos y asociaciones que tratan de obstaculizar la ley de Memoria Histórica y también les subvenciona; una sociedad que sigue manteniendo un ambiente facha, retrógrado y machista en parte del Ejército, Guardia Civil y otras fuerzas de seguridad y no hace nada por evitarlo.
Entre tanto, las personas que sí nos protegen, desde la Guardia Civil, Policía Nacional y demás fuerzas de seguridad, tratan de ayudar a las mujeres violadas y acosadas, persiguen a los delincuentes y se parten la cara en las calles; deben sentirse muy frustrados teniendo que soltar y volver a detener decenas de veces a los mismos personajes, que encima se ríen en su cara.
Por favor, un poco de cabeza, un poco de sentido común, un mucho de apoyo para la policía y los jueces, y un muchísimo de severidad para no aceptar personas inadecuadas en puestos tan importantes, para tratar de evitar que se cuelen lobos entre los encargados de cuidar a las ovejas.
Sé que no es fácil aplicar justicia en un país que no pone a su disposición los medios necesarios, y muchos jueces se juegan, literalmente, la vida enfrentándose a casos muy complicados. Pero lo que más resuena en la opinión pública, provocando indignación, son las salidas de pata de banco que, demasiadas veces, dictan personajes anclados en el pasado, que nos traen a la memoria actitudes franquistas, ultrareligiosas y machistas, propias de otro tiempo que, ilusamente, creíamos superado. La judicatura está muy falta de recursos para que pueda ser más ágil y dinámica, pero también necesita una urgente regeneración, que la saque de su anquilosamiento y vaya jubilando, lo antes posible,a los dinosaurios de su parque jurásico.
A veces es malo que los casos sean mediáticos, porque se prejuzga en la calle, pero lo que no es de recibo es que las leyes tengan tantas interpretaciones como ideologías existan en el mundo.
Yo no sé si legalmente lo que ocurrió con el caso de la manada es abuso o violación, porque no soy jurista, pero lo que se percibe desde fuera es un mal ejemplo, un “los chicos se han pasado un poquito porque son muy machos, pero qué le vamos a hacer, ellas les provocan y no son de piedra”. Si damos estos ejemplos, lo que conseguimos es que las manadas de homínidos proliferen, violen y abusen sin temor de ser censurados. Entre tanto, las mujeres se sienten cada vez más inseguras y la moraleja es: no salgas de noche, viste como una monja, no te diviertas, no sonrías, no bailes, que puede venir el lobo. Así no se puede conseguir ningún tipo de igualdad.
Estoy hasta las narices de tanta regresión y de que los animales campen a sus anchas. Pero, qué podemos esperar de una sociedad que tiene tanta tolerancia con los violentos ultras del fútbol, que hasta les subvenciona; una sociedad que permite partidos y asociaciones que tratan de obstaculizar la ley de Memoria Histórica y también les subvenciona; una sociedad que sigue manteniendo un ambiente facha, retrógrado y machista en parte del Ejército, Guardia Civil y otras fuerzas de seguridad y no hace nada por evitarlo.
Entre tanto, las personas que sí nos protegen, desde la Guardia Civil, Policía Nacional y demás fuerzas de seguridad, tratan de ayudar a las mujeres violadas y acosadas, persiguen a los delincuentes y se parten la cara en las calles; deben sentirse muy frustrados teniendo que soltar y volver a detener decenas de veces a los mismos personajes, que encima se ríen en su cara.
Por favor, un poco de cabeza, un poco de sentido común, un mucho de apoyo para la policía y los jueces, y un muchísimo de severidad para no aceptar personas inadecuadas en puestos tan importantes, para tratar de evitar que se cuelen lobos entre los encargados de cuidar a las ovejas.
