La grandeza de España

La grandeza de España en el mundo alcanzó su máximo esplendor con los reyes Carlos I y su hijo Felipe II, nieto uno y bisnieto el otro de los Reyes Católicos


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ADOLFO PÉREZ LÓPEZ

Desconozco hasta qué punto los españoles estamos enterados de la realidad de España, tanto la referida a su historia como a la de los tiempos modernos. Durante los años de democracia el sentimiento patriótico español ha estado aletargado, hasta que en el año 2010 se ganó la copa del mundo de fútbol en que, profusamente, apareció la bandera nacional en balcones y coches. Sin embargo, ha sido estallar la crisis catalana cuando el patriotismo español ha despertado con viveza en grandes manifestaciones atiborradas de banderas rojigualdas, banderas que, en gran cantidad, también han ondeado en balcones de pueblos y ciudades. Y es que no me cabe duda de que España es una gran nación a pesar de algunos españoles (los de siempre) que se empeñan en dañar su imagen.

Grande es la nación que tiene una historia tan larga y bella como la de España, civilizada en la antigüedad por Roma a la que dio tres emperadores: Trajano, Adriano y Teodosio I, así como al gran filósoso Séneca. Ningún país europeo puede presumir de una gesta como la nuestra de la Reconquista del suelo hispano invadido por los musulmanes (711 - 1492). Con grandes reyes de la España cristiana como Fernando III el Santo, mientras que en el fascinante mundo de la España musulmana destacó el esplendor del califato de Córdoba con el gran califa Abderrahman III. Y por encima de todos, la grandeza de los Reyes Católicos en cuyo reinado se acabó la Reconquista y se descubrió América, uno de los hitos más importantes de la historia de la humanidad.

La grandeza de España en el mundo alcanzó su máximo esplendor con los reyes Carlos I y su hijo Felipe II, nieto uno y bisnieto el otro de los Reyes Católicos. El reinado de Carlos I fue la época de las grandes conquistas españolas en América con Hernán Cortés en México, Francisco Pizarro en Perú y otros grandes conquistadores. Tiempo en que Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano dieron la primera vuelta al mundo. Tierras de conquista a las que los españoles aportaron su lengua, la religión católica, su cultura y sus costumbres, uniéndose con los nativos, lo que dio lugar a un fecundo mestizaje racial.

Cuando hace poco tiempo el papa Francisco (argentino) visitó Chile y Perú una gran satisfacción me embargaba al verlo hablar español sin intérpretes con los gobernantes de ambas naciones. Igual sucedía cuando las muchedumbres católicas, chilenas y peruanas, rezaban alrededor del papa en la misma lengua, lengua española que hoy hablan 570 millones de personas. Religión católica y lengua castellana que los españoles enseñaron y extendieron por todas las naciones hispanoamericanas. No cabe duda que era la proeza de una gran nación.

Con Felipe II el imperio español era impresionante, casi planetario, que no me resisto a detallar: En Europa: toda la Península Ibérica, islas Baleares, Rosellón, Cerdaña, Franco Condado, Países Bajos, Milanesado, Nápoles, Sicilia, Cerdeña y Toscana. En África: Orán, Mazalquivir, Melilla, Ceuta, Tánger, Arcila, Mazagán, islas Canarias, Madera, Azores, Cabo Verde, parte del golfo de Guinea, islas Santo Tomé, Príncipe, Fernando Poo, Annobon y Santa Elena, Congo, Angola, Mozambique, Sofala y Zambeze. En Asia: los establecimientos de Portugal del golfo Pérsico (Ormuz), de la India (Goa, Angediva, Cananor y Cochín), Malaca y Macao (China). En Oceanía: las colonias portuguesas de las Molucas y Timor y la española de Filipinas. En América: la posesión portuguesa de Brasil y el inmenso dominio hispánico desde el estrecho de Magallanes hasta California, Florida y las dos Antillas. Dominios que se fueron perdiendo hasta llegar al año 1898 en que no quedó nada.

Grandeza de un país es padecer una cruenta guerra civil (1936 - 1939), superar un régimen dictatorial y haber instaurado después una democracia parlamentaria promovida por un rey constitucional. Democracia que ha conducido a España a su modernización y pertenencia a la Unión Europea y a la OTAN. Lo mismo que haber superado con brillantez una profunda crisis económica que nos tuvo al borde del abismo, con un rescate que en el año 2012 se cernía sobre nuestra economía, lo que hubiera supuesto un desastre nacional. Ahora, España ocupa el puesto nº 14 en el ranking mundial de potencias económicas.

Grandeza de España es tener un sistema público de sanidad de primer nivel dotado de una amplia red de modernos hospitales y ser vanguardia en trasplantes de órganos humanos. Además, presume de dos premios Nobel de Medicina: los doctores Santiago Ramón y Cajal (1906) y Severo Ochoa (1959).

En el campo de la literatura disfrutamos de una envidiable pléyade de escritores de categoría universal: Cervantes, Santa Teresa de Jesús (doctora de la Iglesia), Lope de Vega, Calderón de la Barca, Pérez Galdós. Literatura española laureada con cinco premios Nobel: José Echegaray (1904), Jacinto Benavente (1922), Juan Ramón Jiménez (1956), Vicente Aleixandre (1977) y Camilo José Cela (1989). A un altísimo nivel ha sobresalido la pintura española con artistas tan grandes como Velázquez, Goya y otros. También ha destacado España con compositores musicales tales como Albéniz, Falla y Rodrigo.

En el campo del deporte España ocupa un lugar preeminente en el mundo en bastantes disciplinas: fútbol, balonmano, tenis, golf, motociclismo, ciclismo, patinaje artístico, natación, etc. En fútbol la selección española ha sido campeona del mundo (2010) y tres veces ha ganado la copa de Europa de naciones. Entre el Real Madrid (12) y el Barcelona (5) han conseguido 17 copas de Europa de clubes. Gran aporte para la marca España es el Real Madrid, considerado por la FIFA el mejor club del siglo XX. En tenis, un nº 1 mundial: Rafa Nadal. En ciclismo un gran campeón: Induráin (5 tours consecutivos). En natación, la gran campeona Mireia Belmonte.

España se distingue por su protección a la naturaleza para lo que dispone de grandes superficies protegidas que conforman una importante red de parques naturales, entre los que destacan el de Doñana al sur y Picos de Europa al norte. Gran importancia tiene su riqueza agrícola como así lo acredita su exportación por toda Europa de sus frtuos hortofrutícolas y su gran variedad de vinos.

Las grandes ciudades españolas, Madrid y Barcelona, junto a las de Valencia, Sevilla y Bilbao ocupan un lugar relevante en el concierto de ciudades europeas, las cinco muy visitadas por los turistas. Con sus prestigiosas universidades en las que estudian muchos jóvenes de otros países.

No cabe duda de que nuestro país es una potencia turística de primer orden, pues son muchos los millones de turistas que nos visitan cada año, cuyo desplazamiento se les facilita con buenos aeropuertos, una moderna y extensa red de autovías e igual otra de trenes de alta velocidad. Redes que acercan a los turistas a las distintas playas, tanto a las brumosas y frescas del norte como a las cálidas y soleadas del sur y el este. Y lo mismo para visitar los monumentos nacionales y las bellas catedrales: Sagrada Familia en Barcelona, palacio real y museo del Prado en Madrid, Alhambra de Granada, mezquita de Córdoba, Giralda de Sevilla o la imponente catedral románica de Santiago de Compostela, así como la gótica de Burgos.

A grandes trazos dejo expuesto lo que considero que es la grandeza de España, a la que tanto queremos y tanto nos duele. Y aquí me quedo. Ahora que sea el lector el que juzgue sobre lo que ha leído, que casi seguro su opinión será muy cercana a la mía.