Jesús Muñoz: «Oponerse al andalucismo no te convierte en alguien de derechas»

Entrevista al presidente de la asociación cultural y regionalista 'Acción por Almería




ALMERÍA HOY / 20·05·2018

Jesús Muñoz es economista, tiene 36 años y es un enamorado de su tierra. Conocido por ser autor de los libros 'Almería con otra mirada' o 'Almería para niños', también por ser la voz visible del movimiento regionalista almeriense con 'Acción por Almería', asociación que preside desde su fundación, si bien nos confiesa que su 'retirada' de la primera línea de 'Acción por Almería' está al caer.


Para el que todavía no sepa de 'Acción por Almería', ¿qué es y por qué se crea?

-Es una asociación cultural y reivindicativa que surgió en 2013 como colectivo regionalista almeriense para reivindicar distintas facetas de nuestra provincia, de su cultura y tradiciones, y por supuesto de su situación actual en el tema económico, infraestructuras, el gran olvido de la Administración autonómica con respecto a nuestra provincia... Surge para dar voz a todos esos almerienses que, quizá, tenían estas inquietudes en el ámbito personal, o familiar, pero que no estaban con un colectivo algo más público que los representase. Así, para salir de lo que eran las redes sociales, surge 'Acción por Almería'.

Habla de marginación de la Junta de Andalucía. ¿Almería está más marginada que el resto de provincias de la comunidad autónoma?

-Almería es una provincia que está marginada con respecto al centralismo atroz que hay en la autonomía actual; eso no quita que haya otras provincias también marginadas. Sin datos tampoco se puede decir si estamos igual, peor o mejor; sería demagógico. Pero sí es verdad que hay otras provincias que sufren este centralismo. Pero entendemos que Almería, que a fin de cuentas es nuestra tierra y la que nos escuece, lo está y de manera bastante notable y reconocible por unos partidos y por otros, por colectivos, por sindicatos, etc.

¿Hay también discriminación a Almería por parte del Gobierno central?

Por supuesto que somos una provincia muy periférica, y nosotros pensamos que no tiene la voz que merece. De hecho, es muy típico hablar de que Almería es tierra de políticos 'cuneros', y por supuesto a nivel central, el Gobierno de Madrid, gobierne quien gobierne, tampoco ha tenido muy en cuenta a nuestra provincia. Una muestra de ello son los presupuestos de este año, que nos ponían en los últimos puestos de la tabla de una forma lamentable, y no es la primera vez: es una tónica general. Sí, realmente parece que Almería no le importa ni a unos ni a otros, ni a Madrid ni a Sevilla.

¿No sería esto motivo suficiente para, a parte de esa vertiente cultural de 'Acción por Almería', dar el salto a la política para que haya, de nuevo, un partido regionalista almeriense?

Estoy convencido de que Almería necesita un partido almeriense. Creo que es la única forma de que un territorio como el nuestro consiga esa voz de la que hablamos. Pero 'Acción por Almería' no es un partido político, de hecho uno de nuestros puntos del decálogo fundacional lo que hace precisamente es afirmar que se va a instar a los partidos existentes a que sean ellos los que cojan la bandera de Almería y luchen por ella. 'Acción por Almería' no nace como plataforma previa a la constitución de un partido político. ¿Que hay interés de parte de nuestros socios? Sí, y es normal y lógico. ¿Podremos hablar en un futuro de un partido regionalista? No lo sé. Lo que sí sé es que 'Acción por Almería' no nace para eso. Puede que haya gente que acabe haciéndolo, quién sabe. No sería ningún disparate, pero nuestro colectivo nace para visibilizar el almeriensismo, nuestra cultura, nuestras tradiciones y símbolos identitarios, y que la gente recupere el orgullo de ser almeriense.

Pero, una vez que instáis a los partidos políticos a manifestarse al respecto y no les hacen el caso que ustedes deseaban, ¿no habría que dar un paso más?

Creo que todavía, quizá, es algo pronto para planteárselo. Somos un colectivo relativamente joven. Nacimos en 2013 y estamos en 2018, son cinco años de vida, y más en un movimiento como el regionalista, que en los tiempos que corren te intentan etiquetar, primero de un lado, luego de otro. Después es verdad que empiezan a conocerte, el trabajo que realizamos, nuestra seriedad, la ausencia de intereses partidistas en nuestra asociación... Le hemos dado caña a unos y a otros, y tenemos gente de todo tipo de ideología. Pero claro, lleva su tiempo también asentarse en la sociedad y que la gente pierda un poco el miedo a pronunciarse. Creo que todavía es pronto.

Habla de simpatizantes de 'Acción por Almería' de distintas ideologías, pero es verdad que ciertos sectores les acusan a ustedes moverse en la extrema-derecha. ¿Qué les diría a los que así opinan?

Que nos conozcan mejor. ¿Por qué pasa esto? La única explicación es que el andalucismo es una corriente netamente de izquierdas, y por tanto, para estas corrientes, todo lo que sea oponerse al andalucismo tiene que ser lo contrario. Entiendo que es por ese motivo, pero oponerse al andalucismo no te convierte en alguien de derechas sólo por eso. Luego, historias peregrinas se pueden inventar todas las que quieran. A nosotros se nos ha relacionado con colectivos que tenemos bloqueados en redes sociales. En cualquier caso, creo que la gente nos conoce y habla con nosotros, y así se pierden esas tonterías. Y, sinceramente, quien no lo vea así es problema de intransigencia es suyo, sobre todo cuando no se molestan en conocer lo que critican o atacan. De hecho, este 28F hubo dos chavales, aunque apenas se enteró nadie, que se asomaron al salón donde organizábamos nuestro desayuno, gritaron consignas nacionalistas andaluzas y salieron corriendo. A la gente que nos dice que no está de acuerdo con nosotros les pediría que se molestaran en escucharnos al menos.

También les han tratado de comparar a ustedes con los independentistas catalanes...

Volvemos a lo mismo. Eso parte del desconocimiento. Primero, el regionalismo, per se, no cuestiona la pertenencia a España. Nosotros no somos nacionalistas independentistas, ni queremos independizarnos de nada. Andalucía es la unión de varias provincias que comparten un gobierno autónomo, y Almería tiene todo el derecho a formar una autonomía que concede Madrid, el Gobierno central. No cuestionamos esa pertenencia al Gobierno central, ni creemos que exista ese sentimiento en Almería. Los nacionalismos como el catalán o el vasco están por promover ese independentismo que nosotros no promovemos. El almeriense no tiene problemas con su sentimiento de españolidad.

Uno de los actos principales que venís organizando cada año es el del 28 de febrero. Los últimos años se realizaban concentraciones en puntos céntricos de la ciudad, pero este año parece que habéis cambiado este acto.

--Hemos modificado el formato. Este año se hizo una charla, un desayuno informativo, para agradecer a la gente que nos acompaña esa fecha. El cambio de formato viene porque creímos que debíamos dar un cambio a todo el tema reivindicativo del 28F, el explicar por qué no hay nada que celebrar. A veces, cuando son manifestaciones en la calle, hay gente que no se queda mucho con el por qué estamos allí, con los motivos. La gente ve una pancarta o una bandera, y parece que, en algunos casos, no quieran ahondar más. Nosotros tenemos carácter divulgativo, no queremos engañar a nadie, sólo que se conozcan las razones de por qué el 28 de febrero fue un pucherazo, y por qué nadie con conciencia democrática puede defender lo que en aquellos días se hizo.

¿Qué pasó realmente el 28 de febrero de 1980?


Hubo ocho provincias españolas que votaron el unirse en una autonomía conjunta a través del artículo 151, y tenía que ser aprobado según marcaban los requisitos de la Constitución Española. Tenía que votar afirmativamente más del 50% del censo electoral. Se hicieron las votaciones, y Almería rechazó el referéndum. En principio también lo hizo Jaén, aunque luego hubo recuentos, denuncias de un tipo y de otro, y finalmente en Jaén se superó por muy poquito ese 50%, pero en Almería no. Aquí nos quedamos muy lejos, en torno al 42%, por lo que no se cumplía con los requisitos para acceder, junto al resto de provincias, a esa autonomía andaluza. Ante eso, las opciones pasaban por repetir el referéndum a los cinco años, o que las siete provincias restantes continuaran el procedimiento sin Almería. Igual que en otros territorios; en Castilla y León, la provincia de León se juntó con Castilla la Vieja; por otro lado, en cambio, Santander pasó a ser Cantabria, La Rioja también fue autonomía uniprovincial, Madrid se separó de lo que era Castilla la Nueva... Y Almería quizá podría haber tomado otro rumbo. Se planteó la opción de autonomía uniprovincial, hubo gente que hablaba de juntarse con Murcia... La decisión fue una decisión política, se sacaron de la manga una norma de rango inferior a la Constitución, pero que se podía sustituir la votación ya efectuada por la votación de los representantes políticos, quienes mantuvieron la disciplina de partido y votaron lo que les dijo Madrid y Sevilla, y por tanto se ninguneó el resultado de una votación a posteriori porque no había salido lo que ellos esperaban, y por eso hablamos de pucherazo.

Usted preside 'Acción por Almería' desde su fundación. ¿Se plantea dejar la presidencia?

En principio, creo que ya, con estos dos años, probablemente acabe mi tiempo. Serían seis años como presidente, seis años duros de trabajo en los que hemos visibilizado el movimiento, en los que nos han atacado, tildado de unas cuantas cosas... Eso es duro, sobre todo porque no estamos hablando de política. Yo no soy político; soy un ciudadano cualquiera con su trabajo y su familia, y recibir ataques muy duros como si fuera un cargo político, pues la verdad es que a veces duele. Pero esto se hace por gusto, porque se quiere. Además, en todos los movimientos es necesaria la renovación del poder, y al final, sino, se acabaría confundiendo el movimiento con la persona, y eso no sería bueno para nadie. Después de seis años, creo que sería conveniente que alguien cogiera el timón. Por supuesto, yo seguiría siendo socio, porque 'Acción por Almería' es algo que tengo muy dentro de mi.

Existen plataformas como el PRAO, que pide la autonomía para Andalucía oriental —Granada, Almería y Jaén—. También hay asociaciones similares a la vuestra en Granada o Málaga. ¿Tenéis contacto con ellas?


Sí. En principio siempre hemos ido un poco por libre. Con nosotros han contactado, como dices, asociaciones de ámbito granadino, malagueño, incluso de Cartagena también. Obviamente, estamos encantados de tratar con ellos, pero es cierto que nosotros vamos de forma individual, y que no queremos confederarnos con nadie, ni nos metemos en los asuntos territoriales de nadie de fuera de las fronteras almerienses. Cada uno que luche por lo que entienda que debe de luchar. Lo respetamos. Pero nosotros no defendemos la unión ni con Granada ni con Murcia; siempre hemos defendido la autonomía uniprovincial.

Sobre la polémica del pingurucho y los árboles de la Plaza Vieja no se les ha visto un posicionamiento oficial, aunque usted si acudió a la manifestación de este viernes.

-La asociación no se ha pronunciado porque, como en la propia sociedad almeriense, existe una discrepancia; tenemos socios que están a favor del proyecto de obra, y también otros que se oponen diamentralmente. Otros que cambiarían pequeñas cosas, otros que no... No había una posición clara ni mayoritaria, y no sería justo para ningún socio que una postura se impusiera a otra.

Precisamente, las horas posteriores a esa concentración se ha originado otro agrio debate sobre si fueron muchos o pocos los manifestantes. ¿Usted cómo vio la plaza? ¿Medio vacía o medio llena?

Te diría que vi la tónica habitual de Almería. Aquí mucha gente se moviliza casi exclusivamente y por desgracia, por temas más sentimentales, como el caso del crimen tan horrible del pequeño Gabriel, u otros ejemplos, como con el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Sin embargo, para los temas reivindicativos, suele ser todo más tenue. Hablo de reivindicar el ferrocarril, el agua, infraestructuras, patrimonio histórico... Es la tónica de Almería; no fue especialmente multitudinaria, tampoco especialmente escasa. Si hubiera sido al revés, es decir, una concentración para defender el proyecto del Ayuntamiento, ¿cuánta gente habría ido? ¿Cuántos suelen pronunciarse por otros temas de la ciudad? Al final, la estadística cada uno la toma como quiere.

Como defensores del patrimonio cultural almeriense, ¿qué sienten al ver a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento de Almería echarse la pelota de la responsabilidad sobre el lamentable estado de conservación de casi todos los monumentos almerienses?

Da mucha rabia. Al final, el problema es eso de «tuya mía, tuya mía» y se acaba derrumbando el monumento. También pasa con el patrimonio natural. Con tantas dilaciones termina pasando lo que pasa. Tenemos el castillo de San Pedro ya medio derrumbado; tenemos casos como el convento de San Pascual, que cualquier invierno de estos se viene abajo con un aguacero; al final, es lamentable que se prioricen las batallas políticas a los bienes que son de todos. Tiene que ser el ciudadano el que castigue ese tipo de cosas con su voto.