Desgobierno en la Galaxia

Todo parece haberse derrumbado. Hasta lo más increíble resulta ya creíble por la crudeza de los hechos. Hechos que se suceden y en la mayoría de los casos se aceptan como parte inevitable de un guión maldito escrito por fagocitos, amebas y parásitos incrustados en el sistema


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JOSÉ Mª MARTÍNEZ DE HARO

Desde hace años este país (llamémosle Decrèpitus) vive en permanente excitación. La normalidad apenas existe y la vida cotidiana se alimenta de espectáculo cómico y dramático a cargo de los principales partidos políticos que rigen el planeta. Quienes pudieran trasmitir sosiego no se muestran capaces y en lugar del aburrimiento que caracteriza las democracias galácticas, ofrecen un estado de perturbación social impropio de un régimen plenamente asentado en la Galaxia exterior (la UE).

Nada ni nadie pudo imaginar esta deriva. Ni la degeneración de las bases mismas del sistema de partidos súper galácticos. No sólo la corrupción abrumadora, que es un síntoma grave, pero sólo síntoma. Y así un país galáctico, (España) que emergió de las sombras de un régimen autoritario vuelve a la carcoma que ha corroído los últimos siglos con nuevas muestras de los episodios nacionales que reflejaron los peores vicios en el siglo XIX. Aquel fue un fracaso colectivo por la vergonzosa clase política, incapaz de elevar una sociedad empobrecida e inculta, un ejército en permanente sublevación, una Iglesia fanatizada y una monarquía corrupta.

Aumentó la degradación secular que nos llevó a la tragedia de mediados del siglo XX. Está claro que los políticos profesionales, casta endogámica que antes como ahora pretende perpetuarse, rebajará a anécdota la realidad que nos aqueja por los cuatro costados. Habrán de rebajarla porque en ellos está el comienzo de los muchos problemas, no la solución, como se viene probando durante estos últimos dieciséis años desde el necio de la mirada azul que rompió el esquema de convivencia que con luces y sombras superaba los viejos mitos y abrió horizontes de esperanzas galácticas.

Todo parece haberse derrumbado. Hasta lo más increíble resulta ya creíble por la crudeza de los hechos. Hechos que se suceden y en la mayoría de los casos se aceptan como parte inevitable de un guión maldito escrito por fagocitos, amebas y parásitos incrustados en el sistema.

La lista de asombros y desgarros sería interminable. Así los guardianes del Orden de la Galaxia y de las Leyes que rigen este espacio son apaleados con saña entre jaranas y ánimos de una comparsa encendida de odio que se extiende a la Galaxia. Las Instituciones que la integran; Ayuntamiento, Parlamento y Gobierno de ese burgo podrido (Navarra y Alsasua) se muestran sin pudor manifestando públicamente su apoyo a «los chavales» que, alegres, se enzarzaron en «una pequeña gresca de taberna». Una burla en el proceso penal contra estos presuntos y agresivos delincuentes.

En otro punto periférico de esta Galaxia, los golpistas ya no esconden su propósito, se saben impunes, dominadores del espacio social y político. Los gestos son inauditos; la alcaldesa de la más grande urbe de ese meteorito llamado Barcelona, muestra públicamente su inabarcable incultura, su desprecio y su odio sin fin. Un compendio peligroso de ignorancia y revanchismo para desgracia de tres millones de administrados. Así coloca una placa para dedicar una calle un cómico gallego trasvestido en catalán cuyo único y vulgarísimo mérito consistió en vida en lanzar gruesos insultos a millones y millones de españoles entre las risas, aplausos y balidos de ovejas adictas a TV3 (Cuartel de propaganda efectivo y ahora mismo a pleno rendimiento).

Para ello esta alcaldesa no dudó en escupir sobre la honra de un héroe español respetado por los vencedores en Cuba como Almirante de la Escuadra que defendió España en condiciones dramáticas. Le llamó «facha», el almirante falleció en 1909, el fascismo comenzó en 1.920. O sea, le quiso llamar maldito héroe español, o franquista, y le salió la palabra «facha», palabra que llena la boca de lagarto de esta agitadora. Para culminar sus jornada de odio en plena campaña contra España, la verdulera exitosa se ha negado a conmemorar en una placa las victimas catalanas del terrorismo. !Naturalmente!, si le hubieran dado tiempo a explicarse tal vez hubiera dicho que no merecen placas por «fachas». Sin embargo, no parece que los naturales de Barcelona se hayan rasgado las vestiduras por estar representados por semejante aberración política incomparable en su bajeza en toda la historia de esta ciudad. Y así prosiguen a diario acosos, amenazas, agresiones físicas y actos de declarada insubordinación a las leyes que rigen en esta Galaxia. Las fuerzas del Orden Galáctico en estado de reposo, inactivas ante los desórdenes por la inercia barrigona de los responsables políticos en activo con el 155 escondido entre los pliegues de su absoluta inoperancia. Sería interminable este relato galáctico, y diariamente agrandado por nuevos episodios que emulan la deflagración lenta de una estrella, la atomización de cualquier esperanza razonable de futuro, sin que nadie parezca dispuesto a evitarlo.

Y como colofón, el ridículo galáctico ante los demás Estados planetarios. Un fugado de la Justicia se pasea alegremente haciendo pedorretas al Magno Tribunal de esta Galaxia. Y sus actos de clara rebeldía son aminorados por la impasible indolencia del Máximo Órgano Galáctico que gobierna en este planeta, España. Su líder Supremo ha resultado una frustración que pasará a la Historia por inacción, por indolencia y por cobardía muy propia de los humanos amedrentados y encogidos en su propensión hacia el cero absoluto.

Para colmo de todo esto, un Ministro de este Órgano de mini cruasanes, abre la boca a destiempo para dejar en evidencia al Magistrado que lleva la causa de Defensa de la Legalidad en esta Galaxia. Y lo hace sin sonrojo propio, para quedar en el más espantoso ridículo ante los galácticos, ya rematados sobre cualquier expectativa de una solución razonable que no altere el orden aceptado y establecido como Norma Suprema. En castellano antiguo, lengua en desuso, la han jodido bien jodida alimentando con sus torpezas, sus acojonamientos y sus silencios la sensación creciente de desgobierno y de impunidad que alienta la rebelión y enardece sus filas.

Les sonarán los nombres galácticos del muy digno ciudadano Llarena, estrella que brilla en el firmamento galáctico. El ciudadano Rajoy, el ciudadano Puigedmont, el ciudadano Montoro, la ciudadana Colau y otros enanos y minicruasanes.Y como no, la ciudadana Cifuentes. Pues este relato no va con ellos. Estamos ya en Decrèpitus en otra Galaxia y aún no hemos aterrizado tras la explosión.