Un padre de El Ejido se ve obligado a subir las escaleras con su hija de 19 años en brazos por falta de accesibilidad para discapacitados en pabellones municipales
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| Pedro y su hija subiendo las escaleras del pabellón municipal de El Ejido. |
ALMERÍA HOY / 05·03·2018
«No voy a pasar ni una ya, estoy muy harto». Pedro Luque es un vecino de El Ejido que ha contado su caso a ALMERÍA HOY denunciando la falta de accesos para minusválidos en el pabellón municipal de deportes ejidense, algo que le obliga a ayudar a su hija minusválida de 19 años cogiéndola en brazos para subir el «montón de escaleras».
Según explica, hace unos cuatro meses se reunió con el alcalde de El Ejido, Francisco Góngora (PP), para exigir soluciones inmediatas. «Me ofrecían que me quedara con la niña en las pistas, pero mi niña tiene el mismo derecho a estar con sus compañeros, y no a estar apartada del resto». En cualquier caso, el regidor le habría trasladado que el Ayuntamiento aguarda unos fondos europeos para acometer actuaciones que solventen el problema, una respuesta que no convence a Pedro. «Tanto presumir de lo hecho por el pueblo, y luego pasa esto», se queja.
La cosa no quedaría ahí, ya que este padre ejidense afirma que ocurre lo mismo en otros pabellones públicos de la localidad, como en Las Norias o en Balerma. «Esta situación no es justa. Es vergonzoso y tercermundista», sentencia.
Según explica, hace unos cuatro meses se reunió con el alcalde de El Ejido, Francisco Góngora (PP), para exigir soluciones inmediatas. «Me ofrecían que me quedara con la niña en las pistas, pero mi niña tiene el mismo derecho a estar con sus compañeros, y no a estar apartada del resto». En cualquier caso, el regidor le habría trasladado que el Ayuntamiento aguarda unos fondos europeos para acometer actuaciones que solventen el problema, una respuesta que no convence a Pedro. «Tanto presumir de lo hecho por el pueblo, y luego pasa esto», se queja.
La cosa no quedaría ahí, ya que este padre ejidense afirma que ocurre lo mismo en otros pabellones públicos de la localidad, como en Las Norias o en Balerma. «Esta situación no es justa. Es vergonzoso y tercermundista», sentencia.
