Sensi Falán vuelve al Apolo con la nueva escenografía de Mujeres de La Chanca

Tras una reciente gira por Sudamérica, la cantante y actriz interpretará la obra el próximo martes, 6 de marzo, a las 21:00, en el Teatro Apolo de Almería




ALMERÍA HOY / 04·03·2018

Muy pronto se cumplirá el primer aniversario del estreno de Mujeres de La Chanca, una obra de teatro escrita por Adán Torres Colombo, María Núñez y la propia Sensi Falán, con dirección y escenografía de Torres y grafismo de Núñez. Fue el 7 de mayo en La Oficina, aunque unos días antes, el 28 de abril, tuvo lugar un preestreno en El Tintero, un bar del barrio más antiguo de Almería.

Desde entonces, una imparable gira por toda la provincia, el resto de España, algunos lugares de Europa y Uruguay, que le llevó a representar la obra durante dos días seguidos en el escenario del Teatro Solís, el más emblemático de Montevideo. “Pero también intercambiamos experiencias –afirma la actriz y cantante chanqueña- con grupos de teatro comunitario que, como ocurrió aquí con La Traíña, se ocupan de revolucionar el barrio en el que surgen y la forma de pensar de quienes lo habitan. Otra vivencia inolvidable tuvo lugar en la ciudad de Canelones, donde representamos la función en un teatro independiente regido y gestionado íntegramente por mujeres”.

Ahora, Sensi Falán y Mujeres de La Chanca vuelven a Almería, al Teatro Apolo, con nueva escenografía e iluminación con la que espera colgar de nuevo el cartel de ‘no hay billetes’ que cerró las taquillas del Cassijazz o las del recinto monumental de La Alcazaba. “Mujeres de La Chanca –explica Sensi Falán- son ese montón de espectaculares madres del barrio que no eran literatas ni científicas, pero que hicieron algo extraordinario: vivir en un momento histórico en La Chanca”.

“Si lo hubieran hecho en cualquier otro lugar de Almería –añade la protagonista de la obra- , su vida hubiera sido mucho más fácil, pero La Chanca de esos años, como bien describió Juan Goytisolo y fotografió Carlos Pérez Siquier, era un barrio abandonado que la ciudad oficial quiso incluso esconder”.

“Sin embargo, contaba con una gente valerosa, sobre todo las mujeres, porque mientras los hombres iban a buscarse la vida al mar y volvían las más de las veces sin nada, ellas tenían que sacar adelante sus familias”. “Eran solidarias –abunda-, hembras mágicas y valientes. El pilar del barrio. Se asemejan a las mujeres que en cualquier lugar del mundo tienen que sacar la vida adelante. Y lo hacen. Son las esenciales. Las imprescindibles”.

“Por vivir en un barrio marinero –asegura la polifacética artista-, tienen mucho que ver con el mar y la vida a su alrededor. El mar impregna toda la vida del barrio. Ahora quizás no tanto. La flota pesquera ha menguado y se vive más de espaldas al Mediterráneo. Antes lo era todo. Las fiestas del barrio coincidían con la vuelta de los barcos, que era cuando pagaban el salario”.

“Íbamos a la playa de la Arenica blanca cruzando la Lonja, que estaba abierta, igual que el puerto. Ya apenas si nos queda la playa de Las Olas, pero antes se extendía por lo que ahora es la Lonja y todo el muelle”. “Antes, toda nuestra vida giraba en torno al mar. Nuestras madres trabajaban en las salazones o estibando el arenque y el pescado, pero no estaban aseguradas”.

“Eran esas mujeres valientes, la semilla que, como dice el texto de Mujeres de La Chanca, al germinar ofrece su fruto, y harán que se alce la voz de sus hijas, sus nietas, la de todas las mujeres que hemos llegado a ser lo que ahora somos. Ellas no sabían qué era ser feminista, pero lo eran mucho más que otras militantes de ahora. Se ayudaban las unas a las otras. Eran como hermanas ¡Se ayudaban hasta a parir! Sabían que si no eran solidarias entre ellas, nadie lo iba a ser”.