La prostitución en el Poniente en 'prime time'

'La Sexta' emite en horario de máxima audiencia un reportaje denunciando la existencia de «50 ó 60» cortijos en Roquetas en los que se ejerce




ALMERÍA HOY / 03·02·2018

Los cortijos-protíbulo del Poniente almeriense han vuelto a ser protagonistas en un programa de televisión, y en horario de prime time. En la madrugada del viernes al sábado, La Sexta emitía un especial sobre explotación sexual, buena parte del cuál estaba rodado en Roquetas de Mar. Allí, los reporteros indagaban en solitario por el pueblo para, después, acompañar a la Guardia Civil en distintas redadas.

Cabe recordar que, el pasado mes de septiembre, 'El programa de Ana Rosa' (Telecinco) también emitía un documental con idéntica temática y similares localizaciones.

Dos reporteras se bajan de un coche apresuradas para tratar de hablar con una mujer que, asustada, logra entrar en un cortijo. Las periodistas le inquieren desde el exterior si en ese cortijo se ejerce la prostitución, y sólo se oye silencio.

Más tarde, preguntan por el centro de Roquetas a vecinos de la localidad. Uno de ellos explica que «por lo menos puede haber 50 ó 60» cortijos en los que se ejerce la prostitución en zonas del Poniente, y que la clientela es de lo más variada en cuanto a edad y nacionalidades, incluyendo la española. En cuanto a las tarifas de las prostitutas —más del 90% extranjeras—, detalla que oscilan entre los 10 y los 15 euros el servicio.

En el especial emitido por La Sexta en su programa 'Equipo de Investigación', también acompañan a la Benemérita en un par de redadas en sendos cortijos, para los que participan 13 agentes. En uno de ellos, hay hasta 70 hombres y una quincena de mujeres.

El reportaje avanza y los reporteros acuden a la Diputación Provincial de Almería para preguntar por la situación de explotación sexual que existe en estos cortijos, y son recibidos por la delegada de Igualdad, la recientemente dimitida Dolores Martínez (PP). Cuestionada por si las prostitutas ejercen libremente, contesta que «nadie lo hace porque le guste», y cuando le preguntan cómo se les puede ayudar desde las administraciones públicas, responde que la clave es «sensibilizar».