La larga y bella historia de España (1)

Las palabras del obispo me llevaron al recuerdo de que cuando ejercía en mi escuela, siendo maestro de ciencias sociales, los niños se embelesaban cuando les contaba algún episodio de la historia de España. Ese recuerdo me anima a escribir este artículo para tres entregas


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ADOLFO PÉREZ / 12·02·2018

Cuando en diciembre último el presidente del Gobierno, don Mariano Rajoy, visitó Caravaca de la Cruz y cumplió con el jubileo del Año Santo, en la ceremonia el obispo de la diócesis le dijo al presidente que tuviera «sabiduría y acierto» en su gestión para mantener la unidad de la nación, «y para que España siga con una historia larga y bella».

Las palabras del obispo me llevaron al recuerdo de que cuando ejercía en mi escuela, siendo maestro de ciencias sociales, los niños se embelesaban cuando les contaba algún episodio de la historia de España. Ese recuerdo me anima a escribir este artículo para tres entregas.

Un somero repaso de la historia de España nos da cuenta de que rezuma grandeza, en contra de lo que babean sobre ella españoles sin autoridad historiográfica, que intentan desacreditar el pasado y atizar la leyenda negra. Leyenda negra que comienza en el siglo XVI alrededor del rey Felipe II, avivada por el odio de los protestantes y activada por la venganza de Antonio Pérez, secretario de Estado de Felipe II, huido a raíz de lo sucedido por sus ilícitos amores con la princesa de Éboli. Claro que, aparte del contexto de cada época, no todo es puro y santo en la historia de las naciones dada la condición humana de sus protagonistas.

Más allá de los primeros pobladores de la península ibérica (iberos y celtas) y colonizadores de la España primitiva, capítulo importante son los más de 600 años de dominación romana (218 a. C. a 409 d. C.) de la península convertida en provincia de la República y del Imperio romano, que se enriqueció con los efectos de la romanización. La península se benefició del arte, la cultura, las obras públicas, etc. de Roma, con la lengua latina matriz de la castellana. Aquí nacieron los emperadores Trajano, Adriano y Teodosio I, así como Lucio Anneo Séneca, gran figura de la filosofía, junto con otros personajes importantes. Al principio de la dominación romana tuvieron lugar los hechos admirables y heroicos del levantamiento de Viriato y el sitio de Numancia de los que todos hemos oído hablar.

A partir del año 409 los bárbaros acabaron con el dominio de Roma en la península, siendo los primeros invasores los suevos, vándalos y alanos, que dieron paso a los visigodos, los cuales se enseñorearon del territorio hispano hasta el año 711, año en que debido a sus luchas intestinas propiciaron la invasión árabe de la península gracias a su triunfo contra el rey godo don Rodrigo en la batalla del río Guadalete, librándose de la conquista musulmana pequeños núcleos montañosos del norte. La corriente de aproximación de los hisparromanos y visigodos culmina con la adopción del catolicismo por parte del rey Recaredo. En la época visigoda brota una cultura, cuya figura central y eminente es San Isidoro, y se dibuja una monarquía nacional hispanogoda, junto con la influencia civilizadora de los Concilios de Toledo. De la época visigoda perduran nombres de persona (Alfonso, Ramiro, Raimundo, Elvira, etc.), y palabras incorporadas a nuestro idioma: ganso, espuela, tregua, adobar, ataviar, etc.

El fascinante mundo de la España musulmana se extendió durante 781 años, desde el 711 hasta 1492, periodo que abarcó toda la Edad Media. En ese tiempo se sucedieron distintas vicisitudes en su forma de gobierno (dependiendo o no del califato de Damasco), hasta que Abderrahman III se proclamó califa omeya de Córdoba (912 - 961). Figura eminente del califato fue el general y político Almanzor (939 - 1002), que se distinguió por sus conquistas en el campo cristiano y por sus dotes de gobierno. A partir del año 1031 el califato se descompuso en los reinos de taifas, lo que facilitó la reconquista cristiana. Es tan importante el legado musulmán en España que resulta imposible resumirlo en este artículo. No obstante cabe recordar el famoso pasaje de la monja alemana Hroswitta que llamaba a Córdoba ornamento del mundo, cuyo artífice fue el gran Abderrahman III. Se deja constancia de la belleza sin par de la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba y la Giralda de Sevilla.

Si fascinante fue el mundo de la España musulmana, apasionante fue el de la España cristiana medieval (718 - 1492). Sabido es que de la invasión árabe se libraron pequeños núcleos montañosos del norte, originarios de los reinos y condados cristianos de la España del medievo (Asturias, León, Castilla, Navarra, Aragón y Cataluña). Como es imposible hacer una breve sinopsis de cada uno de ellos vale con mencionar algunos episodios como la derrota de los musulmanes por el rey don Pelayo (718 - 737) en la batalla de Covadonga (Asturias), inicio de la Reconquista. Decisiva fue también la de las Navas de Tolosa en tiempos del rey castellano Alfonso VIII (1158 - 1214), así como brillantes fueron las campañas en Andalucía del rey de Castilla y León, Fernando III el Santo (1217 - 1252); igual que las del rey de Aragón, Jaime I el Conquistador (1213 - 1276), que completó la Reconquista en el levante. Gran rey de Navarra fue Sancho Garcés III el Mayor (1000 - 1035).

Mención especial merecen dos héroes de leyenda castellanos, en primer lugar el conde autónomo de Castilla, Fernán González (n. 930 - d. 970) cuyas hazañas dieron lugar al Poema de Fernán González, escrito por un monje hacía 1250. Igual mención merece Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador (1040 - 1099), caballero de gran nobleza y lealtad hacia su rey. Su figura dio lugar al Poema del Cid, escrito hacia 1140, que narra las hazañas del héroe castellano. Es el tiempo de la localización del sepulcro del apóstol Santiago, según piadosas tradiciones, que dio lugar a las peregrinaciones y al Camino de Santiago. El dialecto castellano, con su vigor, se impone a los demás dialectos y se convierte en la lengua castellana. En la segunda parte de la Edad Media se crearon las universidades y fue la época del románico y del gótico, con sus bellas catedrales repartidas por ciudades españolas.

Y llegamos a la Edad Moderna, siglo XV, cuyo comienzo coincide con los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla (1474 - 1504) y Fernando II de Aragón (1479 - 1516), de cuyo reinado afirma Menéndez Pelayo que el sentir de nuestro pueblo es que en tiempo de los Reyes Católicos fue en España la mayor empinación, triunfo, honra y prosperidad que nunca España tuvo. Tres grandes hechos jalonan su fructífero reinado: la unión personal y dinástica de Castilla y la Corona de Aragón, conservando cada reino sus instituciones propias, pero ambos gobernados por una sola voz y una sola voluntad; asimismo, se produjo el fin de la Reconquista con la toma de Granada y el hecho relevante del descubrimiento de América. En su buen gobierno destacan sus leyes en beneficio de los indios americanos a pesar de la leyenda negra difundida principalmente por fray Bartolomé de las Casas.

Hasta aquí llegamos con esta primera entrega del artículo a la que seguirá una segunda en la que se abordará la España de los Austrias y primeros Borbones.