Los anillos ‘ojo’ nazarís del Hisn Serena

El castillo roquero nazarí de la pedanía bedarense de Serena (Hisn Serena) sigue reportando sorpresas


Últimas piezas rescatadas del Castillo de Serena.

JUAN ANTONIO SOLER JÓDAR* / 23·01·2018

El castillo roquero nazarí de la pedanía bedarense de Serena (Hisn Serena) sigue reportando sorpresas. Ya son bastantes los restos metálicos procedentes de este castillo, incluyendo una punta de flecha, un virote de ballesta, una contera de estilete y varias dirhenes de plata y un felus de época nazarí.

El felus, una moneda fraccionaria de bronce, tenía el interés añadido de poder llevar una fecha. Es el caso del felus procedente del castillo, en su único lado visible se lee parte de la fecha “nueve setenta y ochocientos”, es decir, el 897 de la Hégira, o lo que es lo mismo, el año 1474 d. C., año en el que reinaba en Granada Abū al-Hasan ‘Ali ben Saad, más conocido como Mulhacén. El resto de restos se corresponde con lo que se espera entre los restos de un castillo: clavos y diferentes fragmentos de hierro, incluyendo lo que parece una aguja y dos fragmentos de herraduras.

Sin embargo destacan algunos elementos algo inusuales, un clavo decorativo, un botón… y varios anillos. Los anillos, dos de bronce y uno de plata, no parecen especialmente de lujo ni están muy elaborados. Precisamente uno de estos anillos, el segundo de bronce, es una de las últimas piezas de las que hemos tenido conocimiento, y presenta un gran parecido con el otro anillo, siendo incluso más pequeño que éste (1,9 x 1,3 cm el primero y 1,7 x 1,3 cm el segundo). Su pequeño tamaño parece indicar que se trataba de anillos de mujeres o incluso niños. El anillo de plata, que se encuentra deformado, es más grande, de 2,2 cm de ancho.

Es muy significativo que ambos presenten esta representación de un ojo. El ojo ha tenido un significado muy especial desde la antigüedad, desde un amuleto protector hasta el «ojo que todo lo ve». En el sufismo existe una expresión, el «ayn al-qalb», el «ojo del corazón», una alusión simbólica a la cualidad de la intuición, a la comprensión.

El anillo de plata, con una decoración muy tosca, presenta un disco decorado con líneas onduladas, que parecía en un primer momento una escritura. Los restos metálicos procedentes de otro castillo de Bédar, el Hisn Bédar, son mucho menos numerosos, pero incluyen algunos elementos muy interesantes. Por ejemplo un fragmento de herradura, un clavo de herradura y varios fragmentos de plomo. No tenemos conocimiento de fragmentos de plomo en el Hisn Serena, sin embargo cuatro de los fragmentos del Hisn Bédar son de este metal. Se encuentra también una punta de flecha de hierro.

Pero lo más interesante son, sin duda, unas pinzas de médico, utilizadas para pequeñas intervenciones en la piel y una moneda un tanto extraña.
Pero la palma se la lleva sin duda la moneda procedente del Hisn Bédar. Se trata de una pequeña pieza de cobre de cospel rectangular de 20×22 mm y 1,2 grs. de peso. La característica principal es que lleva un muy inusual resello árabe sobre una moneda que podría haber sido bizantina o visigoda. A parte de la rareza intrínseca de dicha moneda, este hallazgo pone en duda lo que pensábamos sobre este castillo roquero.

Esta moneda nos retrotrae, de hecho, al inicio de la dominación musulmana de la península, en el siglo VIII d.C. Lo que pone en duda la suposición de que el castillo de Bédar fuera edificado, como otras fortificaciones, durante el periodo del reino de Granada. Es muy posible que este castillo sea mucho más antiguo de lo que se cree, castillo que sin duda sufriría modificaciones cuando la frontera con los reinos cristianos se instaló cerca de Bédar.

* Juan Antonio Soler Jódar es editor de elfarodebedar.com