«La puesta en valor del patrimonio de Villaricos es cuestión de remangarse la camisa y trabajar»

Arturo Ruiz: «Conseguimos saber por dónde fue el ejército romano porque los legionarios iban perdiendo las tachuelas de sus sandalias»


El alcalde de Cuevas del Almanzora, Antonio Fernández, firma la adhesión a la Carta de Jaén ante el profesor Arturo Ruiz (izda).

ALMERÍA HOY / 24·01·2018

Lo asegura Arturo Ruiz, profesor de la Universidad jiennense y responsable en España del itinerario cultural conocido como Ruta de los Fenicios, al que se adhirió el pasado 30 de marzo el Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora al firmar la Carta de Jaén. El potencial de Villaricos es óptimo –afirmaba categórico el arqueólogo—. No sólo tiene los hipogeos, cinco tumbas fenicias de las quince que hay en toda España de similares características. Aunque no se ven, hay muchos otros elementos enterrados que la investigación tiene que aflorar. Si tenemos las ideas claras y la estrategia definida, es cuestión de subirse las mangas de la camisa y ponerse a trabajar. Las condiciones existen y la Ruta de los fenicios está en disposición de colaborar a su puesta en valor».

Se refería el profesor a un itinerario cultural plasmado en la Carta de Jaén, un documento redactado en 2014 suscrito por el alcalde Cuevas del Almanzora el pasado 30 de marzo. La adhesión de la ciudad supone la inmediata integración dentro de una red que tiene un reconocimiento por parte del Consejo de Europa igual al del legado andalusí, el Camino de Santiago o la ruta de los franciscanos.

Sostenía Ruiz que la Ruta fenicia, a diferencia de las demás mencionadas, tiene una peculiaridad muy especial: «Se trata de un compendio de caminos. Por una parte, está el formado por los puertos y factorías fundados en la costa durante el primer milenio anterior a nuestra era, a los que llegaron los fenicios desde el otro extremo del Mediterráneo, comerciaron y, sobre todo, trajeron consigo una serie de elementos culturales como la escritura, el urbanismo o la producción de vino, aceite y salazones, así como todo un nuevo mundo aparejado al hierro y la cerámica a torno».

«Otro es el correspondiente a los iberos, pues entendemos que aquí, la cultura de entonces fue, en realidad, un diálogo entre una población que vino de fuera y otra que ya existía. En España fueron los iberos, en Italia los etruscos y en Túnez los númidas. Tratamos de articular todo el Mediterráneo y sus culturas autóctonas con los fenicios como nexo de unión de todas ellas».

«Por último —añadía el profesor—, hay una tercera pata, que es la correspondiente al camino de Aníbal que, en realidad, consistió en un enfrentamiento bélico entre romanos y cartagineses que marcó el futuro del Mediterráneo porque, al final, Roma venció y destruyó el imperio cartaginés».

Explicaba Arturo Ruiz que la Ruta es «un proyecto abierto que estará muchos años funcionando e incorporando nuevos municipios, diputaciones, comunidades autónomas y grupos que comienzan a descubrir que tienen restos fenicios en su entorno».

Además, señalaba la importancia de «la presencia de la Universidad, porque nuestro objetivo está ligado a la investigación, que va abriendo nuevos puntos de referencia para conformar el mapa de la presencia fenicia en la Península Ibérica, Italia, Túnez y en Líbano. Conforme esa investigación vaya avanzando, habrá una transferencia de resultados que aumentará el contenido del itinerario cultural. En España hay ya una veintena de entidades, asociaciones y universidades trabajando de manera conjunta en su construcción, con el objetivo de investigar, transferir y poner en valor los lugares a su paso por medio del turismo cultural». No obstante, el investigador advierte que «la Ruta no es una panacea, sino lo que quieran sus socios».

Sin embargo, admite que la adhesión a ella «ofrece, de entrada, el reconocimiento por el Consejo de Europa de la importancia que tiene Villaricos en el mapa del ámbito fenicio. A partir de ahí, asegura una red que organiza, desde congresos hasta una feria turística y la articulación de grupos de trabajo e investigación que soliciten proyectos europeos para poner en valor los yacimientos existentes en los municipios socios, lo que abre muchas posibilidades, por ejemplo, a los hipogeos, así como a otros ámbitos de actuación en su entorno».

Afirmaba Ruiz que «Villaricos tiene una enorme importancia para comprender el mundo de la muerte en la cultura fenicia y fue uno de los puntos claves durante la II Guerra púnica, al ser atacada y conquistada por el ejército romano con Escipión al frente. La Ruta no traerá una lluvia de dinero, pero sí un instrumento que, bien utilizado, puede ser fundamental para el desarrollo del patrimonio y los lugares ligados al mundo fenicio, su protección, conservación y valorización».

Como ejemplo, aportó lo conseguido por un equipo bajo su dirección en la provincia de Jaén. «Hace diez años comenzamos a investigar la batalla de Baecula, que fue muy similar a la de Baria. Tuvo lugar en las proximidades de la actual Bailén entre ejércitos dirigidos por Asdrúbal Barca y Escipión el Africano».

«Conseguimos saber incluso por dónde fue andando el ejército romano porque, durante la marcha, los legionarios iban perdiendo las tachuelas de sus sandalias. Hoy podemos pasar por los mismos sitios que recorrió Escipión. Hemos localizado las armas, las puntas de flecha, los proyectiles que lanzaron los honderos baleáricos. Tenemos una información que ahora estamos en disposición de transferir a la sociedad. Ya no es sólo que las fuentes históricas digan que allí estuvo Escipión, es que cualquier persona puede andar exactamente el mismo camino que recorrieron sus soldados, llegar al campamento de Asdrúbal y moverse por todo ese espacio, un campo de batalla terrible en el que murieron 8.000 personas».

El profesor apuntaba la clave: «Está en conectar la investigación con la transferencia de resultados y su puesta en valor. Ahí es donde nosotros podemos colaborar. La Ruta puede facilitar condiciones para que se puedan desarrollar proyectos de este tipo». Los fondos con los que se financió el proyecto puesto como ejemplo los consiguieron del Gobierno de España, la Junta de Andalucía y la Unión Europea.

«Elaboramos un proyecto –explicaba- y concursamos con otros equipos. Hemos ido ganando esos concursos y, de esa manera, nos hemos ido financiando. Eso nos ha posibilitado investigar. Se trata de crear equipos y redes de investigación. Las ideas las tenemos y las podemos construir. El potencial de Villaricos es óptimo. No sólo tiene los hipogeos. Aunque no se ven, hay muchos otros elementos enterrados que la investigación arqueológica tiene que aflorar. Si tenemos las ideas claras y la estrategia definida, únicamente falta empezar a trabajar. La Ruta estará encantada de facilitar el camino para que quien llegue a Villaricos no se encuentre el centro de recepción cerrado y pueda visitar los yacimientos con que cuenta sin problema alguno. Hoy existen tecnologías que permiten mostrar al visitante las condiciones del lugar y nosotros podemos enseñar el camino para conseguir los fondos».