La advertencia del gerente puso sobre la mesa de Aureliano el Caso Facturas

«A partir de ahí empecé a mirar expedientes, antiguo y nuevos», ha detallado el actual vicepresidente de la Diputación de Almería




EUROPA PRESS / 08·01·2018

El vicepresidente de la Diputación Provincial de Almería, Javier Aureliano García (PP), ha manifestado este lunes que como responsable del Patronato de Turismo después de tomar posesión de su cargo en 2011 y haber comenzado a «sospechar» de posibles irregularidades en el seno del órgano autónomo, «todo» su «empeño» fue hacer que el Patronato «desapareciera» al entender que «se podía controlar desde la Diputación» de una manera más estrecha y sin necesidad de contar con dos órganos administrativos distintos.

Así lo ha señalado García durante su comparecencia en calidad de testigo en el juicio del caso 'Facturas' que investiga un presunto saqueo de las arcas públicas del Patronato Provincial de Turismo entre los años 2009 y 2010 y que se inició tras la denuncia del propio vicepresidente después de detectar seis facturas relativas a viajes con «cierta evidencia de irregularidades», según ha comentado.

El vicepresidente ha explicado que las primeras sospechas sobre la existencia de posibles facturas falsas le llegaron después de que el exgerente del Patronato Francisco Iglesias le manifestara a finales de 2011 que estaba «molesto» porque algunos trabajadores del área le habían informado de que le habían imputado «una serie de comidas a las que no había ido».

«A partir de ahí empecé a mirar expedientes, antiguo y nuevos», ha detallado García, quien ha explicado que tuvo ciertas dificultades para examinar expedientes antiguos hasta que en la primavera de 2012, cuando «ya no estaba la jefa de servicio» tuvo «más comodidad para investigar».

«Llegamos hasta donde llegamos, seis facturas con las que descubrimos un viaje a Edimburgo o noches de hotel en Jaén, en las que quienes apuntaban esos viajes, no habían viajado», ha precisado García, quien según su relato, comprobó con los trabajadores del Patronato cuyos nombres figuraban en las facturas si realmente habían efectuado las expediciones o no antes de elevar una denuncia ante la Fiscalía.

Preguntado en concreto por la Fiscalía por dos facturas emitidas por Publifiestas Conde sobre el montaje de expositores en ferias de Valladolid y Valencia que fueron incluidas en una remesa de 170 facturas abonadas mediante aprobación de expediente de reconocimiento extrajudicial de crédito el 5 de agosto de 2011, García ha asegurado que desconocía los pormenores, así como el importe y el concepto de estas facturas en concreto dado que pertenecían a la corporación anterior y estaban bajo el control de la Tesorería.

«El expediente jamás pasó por mis manos», ha apostillado antes de precisar que las facturas se pagaban «conforme la Diputación pagaba al Patronato y la tesorería daba la orden de pago».

En esta línea, García ha reconocido que Conde acudió días antes a las dependencias del Palacio Provincial donde mantuvo un breve encuentro con él, en el que le explicó que el patronato «le debía facturas» con el fin de «acelerar el pago». «Fue una conversación de un minuto y medio», ha aclarado García, quien ha señalado que «jamás» había dado el visto bueno a una factura de tener sospecha o conocimiento de que hubiera podido ser modificada, de manera que la «habría entregado también» con el resto de apuntes sospechosos al Ministerio Fiscal.

El vicepresidente también ha dado cuenta de los cambios introducidos durante el anterior mandato en el que desapareció el Patronato de Turismo a favor del Servicio Provincial de Turismo, que forma parte de la estructura propia de la Diputación, así como del seguimiento que tiene una factura desde que se presenta como pago de un servicio encargado previamente hasta su abono, para lo que sigue un procedimiento «reglado» y que cuenta con la fiscalización de funcionarios y jefes de servicio.

Con ello, ha precisado que desde su puesto conoce «dónde está cada trabajador» cuando realiza un viaje para hacer «promoción turística» o acudir a una feria porque es su «obligación», aunque ha reconocido que desde su posición no puede conocer exactamente en qué hoteles se alojan más allá del que figura en las facturas.