Cataluña en la encrucijada

El resumen de todo esto es que se hace inevitable la apertura de una vía de entendimiento por muy enfrentadas que se encuentren ahora las posiciones de todos. Puigdemont deberá bajar de su montaña mágica y mojarse los calcetines ante el Juez del Tribunal Supremo. Y seguramente podrá ser investido Presidente evitando el ingreso en prisión como medida cautelar, aunque haya dudas de esto


El escritor y periodista José María Martínez de Haro.

JOSÉ Mª MARTÍNEZ DE HARO

Hablaron las urnas y ladró Puigdemont. Nada más conocerse los resultados electorales desde su madriguera de Bruselas lanzaba tremendas proclamas de encendida revancha contra el Gobierno de España, contra el Estado y contra el Rey. Muy mal comienzo en esta etapa necesitada de sensatez y generosidad política. Una parte considerable de la sociedad catalana ha manifestado una delirante entrega a los mismos autores que han llevado a la actual situación de empobrecimiento de Cataluña. Si bien es cierto que los partidos independentistas logran una mayoría absoluta, han perdido escaños de 72 a 70 y votos populares y por ello necesitarán de la CUPs para una mínima estabilidad gubernamental y parlamentaria. Y eso junto a la actitud de barricada de Puigdemont es muy mala noticia. Los peores augurios se han hecho realidad y está por ver qué camino emprenden para recuperar la normalización institucional rota ahora por la aventura secesionista y que culminó en un acto ilegal con declaración de la República Independiente.

El nuevo Gobierno habrá de restañar con urgencia la convivencia herida en los sentimientos de unos y otros enfrentados en bandos al parecer irreconciliables, y para ello será obligado reconocer la realidad que rodea este escenario convulso que gravita sobre el presente y el futuro de Cataluña y por extensión de España misma. Reconocer y actuar en consecuencia para recuperar las 3.120 empresas que han huido de Cataluña. Para devolver la confianza a los mercados y a los inversores cuyas operaciones han bajado el 75% en Cataluña. Para recuperar el turismo y las empresas que huyen en el sector inmobiliario. Para frenar la salida de las principales industrias productoras que sostienen una cuota importante de empleo directo e indirecto que trasladarían sus factorías fuera de Cataluña de no asegurar el nuevo Gobierno una estabilidad Institucional y la necesaria seguridad jurídica dentro de la UE. Garantizar la continuidad europeista dentro de la UE y en el marco del euro. Y reconocer el aislamiento internacional de esa imaginaria República declarada unilateralmente contra la Constitución española y la legalidad vigente.

Todo lo anterior lo conocen perfectamente los votantes que han dado paso a este complejo escenario donde un puzzle de partidos independentistas se hará con el poder sin haber manifestado la mínima autocrítica en relación a sus actos. Lo que tristemente significa que una parte considerable de la sociedad catalana sigue presa de un delirio enfermizo que les atrapa hasta negar la evidencia incluso votando contra sus propios intereses y sobre un incierto y preocupante futuro. !¡Enhorabuena a los ingenieros sociales del Pujolismo¡! y sucedáneos que han logrado envenenar las mentes con mentiras, fábulas y odio a una parte significativa de la sociedad catalana.

Pese a lo anterior, ganó claramente las elecciones Ciudadanos porque su candidata, Inés Arrimadas, ha logrado atraer el voto moderado del centro con un mensaje conciliador cargado de prudencia y estímulos sociales. Por vez primera un partido no independentista ha logrado 1.110.000 votos y 37 escaños, si bien la absurda Ley D`Hont no le permitirá formar gobierno siendo el partido más votado en todas las grandes ciudades de Cataluña, singularmente Barcelona. Ha perdido con una derrota clamorosa el PP, que pasa a la irrelevancia política en Cataluña. Ha perdido Mariano Rajoy abducido por su consejero áulico, Pedro Arriola, la cúpula del PP nacional, todos ellos responsables de este fracaso. La falta de decisión, la ausencia de un análisis sobre Cataluña que llevara a una salida medianamente aceptable, el quietismo sobrado de prudencia que ha mostrado el Presidente del Gobierno en estos últimos cinco años, el voluntarismo y dejadez pasando bola a los Tribunales de Justicia, todo ello añadido a una torpeza política sin precedentes han fraguado este fracaso en Cataluña del principal partido nacional. Peso a todo, sería imaginable que el PP continuara en la imperturbabilidad marinista/ arriólica sin acometer la urgente renovación de la cúpula dirigente y con nuevo discurso claramente situado en el centro derecha. El fracaso en Cataluña podría ser un revulsivo, pero es posible que no ocurra nada según las últimas declaraciones de Mariano Rajoy.

Y fracasó también Miquel Iceta, anunciándose casi como Presidente de la Generalitat. Iceta ha hecho una campaña singular en el centro, en la derecha y en la izquierda, además de algunos bailes. Pero su más arriesgada promesa fue que, caso de ganar las elecciones, tramitaría el indulto a los políticos golpistas encarcelados por orden del Juez. Esto y otras dudas le han costado decenas de miles de votos y por consiguiente ha pasado de los peores resultados del PSC, a los nuevos peores resultados del PSC . Los demás suben o bajan en virtud de aquellas promesas de los anti sistema de las CPUs sobre continuar con la obsesión secesionista hacia la República, o como Jordi Doménech anunciando desde la izquierda radical que no apoyaría otra declaración de independencia.

El resumen de todo esto es que se hace inevitable la apertura de una vía de entendimiento por muy enfrentadas que se encuentren ahora las posiciones de todos. Puigdemont deberá bajar de su montaña mágica y mojarse los calcetines ante el Juez del Tribunal Supremo. Y seguramente podrá ser investido Presidente evitando el ingreso en prisión como medida cautelar, aunque haya dudas de esto. ERC habrá de digerir que no resultó tan bonito el paseo electoral y queda atrapada en segunda línea como aliada forzada de Junts Per Cataluña. En Comú Podems no habrá de definirse votando a dejando de votar a esta coalición que formará gobierno sin ellos. EL PSOE no moverá ficha dejando la partidas en el mismo lugar del tablero y en expectativa de poder responsabilizar a Rajoy de todo lo que acontezca. Ciudadanos queda con la amarga victoria y la miel en los labios de Arrimadas que no podrá ser Presidenta siendo la ganadora de estas elecciones. Y el PP y singularmente Rajoy deberá corregir el rumbo de su política obligado ahora a un diálogo, dentro de la Ley, pero con margen de negociación capaz de devolver la normalidad y estabilidad institucional en Cataluña.

Por último decir que la independencia y la República en Cataluña están muertas, pero no enterradas.