Dos años de cárcel para la mujer que robó a los ancianos a los que cuidaba

La mujer, para quien la Fiscalía pedía cuatro años y medio de prisión, conocía que las víctimas guardaban parte de la pensión que cobraban en una caja fuerte




EUROPA PRESS / 13·05·2017

El Juzgado de lo Penal número 2 de Almería ha condenado a una mujer —que trabajaba como cuidadora en la casa de una pareja de ancianos con problemas de salud— por un delito continuado de robo con fuerza en las cosas al considerar que, entre agosto de 2014 y febrero de 2015, se habría apoderado «en múltiples ocasiones» de unos 2.000 euros de una caja fuerte que el matrimonio tenía en el cuarto en el que ella dormía, y en el que se llegó a instalar una cámara de vigilancia.

El fallo, contra el que cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial, condena a la mujer a dos años de prisión, así como al pago de una indemnización de 2.000 euros en concepto de responsabilidad civil al matrimonio afectado, más sus intereses legales.

La mujer, para quien la Fiscalía pedía cuatro años y medio de prisión, conocía que las víctimas guardaban parte de la pensión que cobraban en una caja fuerte, por lo que aprovechaba su horario de trabajo nocturno y, en ese periodo, se hacía con la llave que el hombre guardaba en el bolsillo de sus pantalones para acceder «a diversas cantidades de dinero» de entre 300 y 400 euros, según los hechos declarados probados.

Según se expone en los fundamentos de la sentencia, la propia acusada reconoció el robo, aunque no «el total de la cantidad» sustraída ya que, según su relato, se hizo con la llave en dos ocasiones «sin estar autorizada para ello» y cogió «unos 400 euros en total» porque «estaba muy necesitada por una enfermedad de su hijo», quien vive en otro país.

Para el juez Javier Fermín Villarrubia, tal declaración supone «el reconocimiento del robo continuado por el que se le acusa», y que quedó también acreditado por la declaración del sobrino de los perjudicados y denunciante, quien aseguró que aunque en un principio no tenían «intención de denunciar» a la acusada, fueron unas «presuntas amenazas» de su pareja tras el despido las que les llevaron a tomar la decisión para «evitar males mayores».

Asimismo, explicó en sala que empezó a sospechar de los robos cuando veía que sus tíos, «dos personas de avanzada edad», se gastaban «los 800 euros que todos los meses les dejaban para sus gastos», al tiempo que advirtió que le faltaban «otros productos de la casa», por lo que finalmente se decidieron a instalar una cámara de vigilancia. Asimismo, negó que su tío pudiera dejar la caja fuerte abierta o la llave descuidada, porque era un hombre «desconfiado» y «muy agarrado».

En esta línea, y aunque el juez declaró nulas las imágenes grabadas con la cámara de vigilancia por haberse instalado la habitación en la que dormía la empleada y por tanto, supone una vulneración a la intimidad de la misma, considera que existe prueba de cargo «válida y suficiente» para desvirtuar la presunción de inocencia de la acusada.

El magistrado apunta en la calificación jurídica de los hechos que no es de aplicación el subtipo agravado de robo continuado en casa habitada, toda vez que la cuidadora convivía con las víctimas y su acción no conlleva una mayor peligrosidad como si se tratara de personas que pudieran ocupar la casa en el momento del atentado a la propiedad; si bien sí observa la agravante de abuso de confianza dada la posición que ella tenía para hacerse con las llaves y cometer el robo. Igualmente, tiene en cuenta la atenuante de confesión de los hechos para fijar la pena.