Alcalde, Málaga no es tu aliada

Sea anuncio de Pasión o de Carnaval, lo cierto es que si a Manolo le mandaron tragar «un sapo», a la oposición el sapo le ha debido sonar a saeta o chascarrillo, aunque ni sonrieran. Los que si deben de estar contentos son los malagueños, y no porque seamos una competencia a tener en cuenta, sino porque, con ésta, pasamos a vasallos o palmeros. Quizá piensen que soy exagerado, pero hay una máxima empresarial que dice: «si cuentas tus planes estratégicos a la competencia, lo normal es que te los jodan»


Los regidores de Almería y de Málaga, en el despacho del alcalde almeriense.

JOSÉ LUIS RAYA

Lo cierto es que no lo debía tener muy claro Manuel Guzmán —concejal del Ayuntamiento de Almería— cuando un Viernes de Pasión (el anuncio fue realizado el viernes de Semana Santa) pregonó que Almería va a contratar a la fundación CIEDES para que desarrolle el Plan Estratégico de nuestra ciudad.

Nada que objetar si no fuera porque la fundación CIEDES, es una entidad que nace en Málaga para potenciar precisamente esta ciudad; así que el concejal, amparado por las fechas, soltó su pregón esperando que el ruido de tambores y cornetas disipara el anuncio. Soy de la opinión de que Manuel no debió de pasarlo bien—(siempre lo he tenido por cínico, pero inteligente— y entiendo que el anuncio debió de saberle, por la fecha, a agua y hiel, aunque no creo que le hubiera sabido mejor haberlo realizado en jueves lardero.

Sea anuncio de Pasión o de Carnaval, lo cierto es que si a Manolo le mandaron tragar «un sapo», a la oposición el sapo le ha debido sonar a saeta o chascarrillo, aunque ni sonrieran. Los que si deben de estar contentos son los malagueños, y no porque seamos una competencia a tener en cuenta, sino porque, con ésta, pasamos a vasallos o palmeros. Quizá piensen que soy exagerado, pero hay una máxima empresarial que dice: «si cuentas tus planes estratégicos a la competencia, lo normal es que te los jodan».

Pero, en realidad, la cosa es más grave, porque no contentos con contar nuestro Plan Estratégico a la 'competencia', vamos a ponerles a dirigirlo. Cualquier almeriense diría aquello de «han puesto a la zorra a guardar el gallinero», y no es para menos, porque el Gobierno y la oposición han olvidado que Málaga no es nuestra aliada, sino más bien nuestra competencia más directa; baste recordar que forma parte del eje turístico andaluz, del que los almerienses hemos quedado excluidos, tener en cuenta que competimos con el turismo de cruceros, la agricultura o las comunicaciones con el norte de África, a ellos le pondrán la agencia europea del medicamento y a nosotros... un aves-truz.

Pero si es lamentable que Gobierno y oposición callen el pregón de Manuel, no menos lamentable es que los almerienses hayamos acompañado en silencio y sin rechistar su incontinencia; pero qué decir de instituciones como el Puerto de Almería, la Cámara de Comercio, las asociaciones empresariales de nuestra ciudad y provincia, o la propia Cajamar; cómo entender su silencio ante el hecho de que el futuro de sus actividades empresariales y las de sus asociados haya quedado en manos del Ayuntamiento de Málaga, el Puerto de Málaga, los empresarios malagueños, de la Cámara de Comercio de Málaga o de Unicaja —entidades que forman el patronato de la fundación CIEDES—. Quizá aquí vendrían bien aquellas palabras de Sir W. Churchil tras el pacto de Munich firmado por Hitler y Chamberlan: «Y no supongan que aquí acaba todo. La hora de la verdad no ha hecho más que comenzar. Esto no es más que el primer sorbo, el primer anticipo de una copa amarga que nos ofrecerán año tras año...».

Obviamente, podríamos pensar que el Ayuntamiento tan sólo esta buscando asesoramiento, pero ante esto sólo preguntarse: ¿el Ayuntamiento de Almería confía en sus ciudadanos? ¿Confía en sus instituciones? ¿Sus manifestaciones apoyando y defendiendo a los almerienses son de boquilla? ¿No creen que existan personas o instituciones en la ciudad o provincia con valía suficiente para dirigir nuestro Plan Estratégico? A estas alturas de la película o de la procesión, alguien debería recordar a nuestro alcalde y concejales que «más sabe el loco en su casa, que el cuerdo en la ajena». Asumir que el futuro desarrollo de nuestra ciudad va a ser dirigido por una institución cuyo principal objetivo es el desarrollo de otra ciudad con la que compite en turismo, infraestructuras, comercio, cruceros, transportes, agricultura, agua, etc. no es sino una genuflexión que deja nuestras vergüenzas al descubierto y nuestra moral más que tocada 'jodida'.

Apelaría a nuestros concejales para que nos eviten las consecuencias que esta lamentable decisión va a traernos, pero soy un descreído de los partidos políticos, por lo que sólo puedo apelar al interés de la Cámara de Comercio, las asociaciones de empresarios, el puerto, a Cajamar, a la sociedad civil, para que hagan posible que el ayuntamiento de Almería reconsidere su decisión, porque cuando uno está ante un abismo es más cuerdo dar dos pasos hacia atrás que uno hacia delante.