Un año y medio de cárcel por intentar besar y ofrecer sexo a un comercial de la compañía eléctrica

El condenado, de 76 años, puede recurrir el fallo ante la Audiencia Provincial, mientras que la víctima tenía 17 años cuando ocurrieron los hechos


Juzgados de lo Penal en Almería.

EUROPA PRESS / 08·04·2017

El Juzgado de lo Penal número 2 de Almería ha condenado a un hombre de 76 años de edad por un delito de abuso sexual después de que intentara besar a un joven comercial de una compañía eléctrica que acudió a su domicilio para hacerle una oferta, de forma que el acusado llegó ofrecerle dinero a cambio de sexo antes de que la víctima lograra con alguna dificultad salir de la vivienda.

El fallo, contra el que cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial, condena al acusado a un año y medio de prisión por un delito de abuso sexual así como a la prohibición de comunicarse y acercarse a la víctima, a la que tendrá que indemnizar con 2.000 euros, a menos de 200 metros por un periodo de tres años.

Según el texto, los hechos tuvieron lugar a principios de junio de 2014 cuando la víctima, que por entonces contaba con 17 años, se personó en casa del acusado para hacerle una oferta comercial con cargo a la compañía eléctrica para la que trabajaba, de forma que el dueño de la vivienda le invitó a pasar a su domicilio.

Una vez dentro, el acusado cambió el tema de conversación al cabo de un rato y «guiado por un ánimo libinidoso», comenzó a decirle al comercial que «era muy guapo», a la vez que le preguntaba «si le gustaban las mujeres o los hombres». Así, aunque la víctima aseguró que le gustaban las mujeres, el acusado insistía «diciéndole cómo sabía eso si no lo había probado», con lo que llegó a «abalanzarse» sobre él para intentar besarle.

Con esto, la víctima evitó el acercamiento echándose para atrás, si bien el agresor «con clara intención sexual» empezó a «tocarle» por encima del pantalón «llegando a ofrecerle dinero» a cambio de sexo, ante lo cual, la víctima tuvo que pegar un empujón al acusado para poder abandonar la vivienda, pues éste le cerraba el paso hacia la salida. La víctima, que alertó a su jefe de lo sucedido, quien a su vez llamó a la Guardia Civil, tuvo que acudir al médico por su «estado de ansiedad y nerviosismo».