La historia del 'niño coraje' de Vera

Tiene menos de cinco años, se ha sometido a cuatro operaciones para extirparle un tumor enorme del cerebro, y ahora necesita mucha rehabilitación


Fotomontaje de con imágenes del pequeño Leo.

ALMERÍA HOY / 27·02·2017

Jorge y Kareen viven en Vera y son los padres de Leo, un niño con menos de cinco años que, desde que tenía dos y medio, ha pasado por quirófano hasta en cuatro ocasiones debido a un tumor maligno en el cerebro. La última de las operaciones fue a principios de febrero, y aunque el resultado ha sido satisfactorio, la lucha de Leo todavía no ha terminado, ya que aún tiene por delante un arduo trabajo de fisioterapia y tratamientos médicos.

Jorge, el padre de Leo, ha explicado a ALMERÍA HOY cómo comenzó todo. «Leo era un niño sin ningún problema en el mundo. Durante el verano de 2015 empezó a vomitar y a estar muy cansado todos los días. Los médicos nos decían que todo estaba bien, que tenía un simple virus de estómago y le recetaban algo para los vómitos, pero nosotros sabíamos que algo no andaba bien».

Así, el 2 de septiembre de 2015, Leo perdió un poco de movilidad en su mano derecha. Tras someterse a distintas pruebas, los médicos detectaron un tumor de unos 9,5 centímetros en el lado izquierdo del cerebro.

«Los médicos nos dijeron que debía de ser intervenido inmediatamente. Cuatro días después, Leo sufrió un paro cerebral y convulsiones, por lo
que fue operado de urgencia para extirparle el tumor. Fue tratado adecuadamente. El tumor fue diagnosticado como un teratoma inmaduro y no requeriría de tratamiento adicional», nos cuenta Jorge.

Sin embargo, diez días después de la operación, el pequeño Leo empezó a tener problemas respiratorios. «Los médicos nos dijeron que moriría en unas pocas horas, ya que había sufrido bastante daño en el esófago debido al tumor. Estábamos preparados para despedirnos de él. Fue el peor día de nuestras vidas, hasta que de repente Leo sorprendió a todos los médicos con su lucha por sobrevivir».

Poco a poco, Leo fue recuperando fuerzas, y a pesar de padecer una hemiplagia —tenía paralizado el lado derecho, perdió el habla y la vista—, sus padres demostraban el origen genético del coraje de su hijo, pues tampoco ellos se han rendido nunca. «Nosotros sabíamos que Leo no estaba para nada ciego. Teníamos que creer en lo que veíamos y no en lo que decían las pruebas. Empezó a recuperar el habla poco a poco ya que la parte izquierda del cerebro podría reemplazar a la zona derecha y hacer sus funciones. Leo mejoraba gradualmente y finalmente nos dejaron marcharnos a casa».

Unas cinco o seis semanas después de la operación, le realizaron otro escáner que reveló otro tumor de 4,5 centímetros, «por lo que calculamos que había crecido un centímetro por semana». «Los médicos en España nos ofrecieron cuidados paliativos, con lo que más o menos habían tirado la toalla. Nos dijeron que no sobreviviría a otra operación. Empezé a buscar desesperadamente en internet, me agregué a unos cuantos grupos de tumores cerebrales. Una enfermera del hospital Alder Hey (Reino Unido) se puso en contacto conmigo y me dijo que lo llevara allí lo antes posible. Ella nos puso en contacto con un renombrado neurocirujano, y nos dijo que él podría operarlo. Dos días después, nos fuimos a Liverpool, donde fue operado de su segundo tumor cerebral».

En Inglaterra, la biopsia del tumor reveló que Leo tenía un tumor muy raro y agresivo llamado sPNET. El grado de supervivencia de este tipo de tumores es del 20%, según indicaron los doctores a los padres de Leo. Pero ellos siguieron firmes: «Sabíamos que tenía que haber alguien en ese 20% y no nos íbamos a rendir en ese momento».

Leo se sometió a quimioterapia y a trasplantes de células madres. «No sería el cáncer lo que lo mataría, sino la quimio dada la toxicidad de la misma», explica Jorge refiriéndose a la cantidad y la intensidad del tratamiento. Y, una vez más, el tenaz Leo logró superar los agoreros pronósticos.

No obstante, debido al tamaño del tumor y a la presión que sufrió el cerebro, Leo tiene bastante daño cerebral. Los médicos creen que con el tiempo será capaz de recuperarse, ya que es muy pequeño y el cerebro puede encontrar otras formas de regenerarse.


Otras dos operaciones

Así, en noviembre de 2016 hubiera hecho un año de escáneres sin incidencias, pero había crecido otro tumor en la misma zona que los otros dos anteriores. «Desafortunadamente, el hospital de España no tenía ninguna opción para nosotros. El hospital de Alder Hey nos dijo que necesitaría radioterapia en todo el cerebro y en la espina. Esto garantizaría que Leo tendría una vida llena de discapacidades y enfermedades. Él no podría vivir nunca de forma independiente, tendría problemas de corazón, en el futuro... No podía hacerle eso; él es tan fuerte y decidido que no sería justo», comentan los padres.

En interntet localizaron otra opciones. «Encontré un ensayo clínico de inmunoterapia en Pamplona, en un hospital privado. Viajamos allí y
Leo fue intervenido por tercera vez. Una vez más, se portó increíblemente bien y fue dado de alta en 24 horas, sonriendo de nuevo».

Y, sin embargo, a finales de enero, otro escáner revelaba dos nuevos tumores. La operación, a priori, no parecía tan complicada como las anteriores, si bien se hacía necesaria la terapia de protones para la incrementar las opciones de supervivencia y calidad de vida de Leo.

Leo se sometió a la cuarta operación el 8 de Febrero de 2017. La intervención fue, una vez más, exitosa. «Leo necesitará empezar la terapia en caso de que aparezca otro tumor. Si esto pasara, la terapia de protones podría llevarse a cabo, lo único que habría que aumentar la dosis para
disolver el tumor», indica Jorge.

Con la terapia de protones, Leo no tendrá los efectos secundarios que la radioterapia convencional le daría. No tendrá ningún problema con sus
órganos, el crecimiento de su columna no se verá afectado tanto como con la radioterapia convencional, pero es un tratamiento muy costoso para esa familia afincada en Vera.

«No quiero tener ningún arrepentimiento, o pensar debería haber hecho esto o aquello: está es su última oportunidad. Alder Hey nos dijo que pensáramos en unos 150.000 euros, pero el médico de Oklahoma nos dijo que mejor pensáramos en 175.000 euros. Leo ha sufrido demasiado, ha perdido un montón de su infancia ya que a sus cuator años de edad ya lleva 17 meses luchando con esta enfermedad horrible, pero su historia no está escrita aún, sonríe cada día, atrapa los corazones de miles de personas, quiere aprender, le costó casi diez meses volver a decir mamá y mi corazón se derritió al escucharlo, y cada día, cada semana el progresa más y más. El no volverá a estar al 100% de nuevo, pero su carácter juguetón y coqueto está ahí todavía».

Para colaborar económicamente con los padres de Leo, se pueden realizar ingresos a través de esta página web: https://www.gofundme.com/leothelion3

Además, se puede visitar en Facebook la página 'Leo the lions fight for survival'.