Camino de la irrelevancia

¿Almería es indiferente, apática, indolente? No lo creo. La impresionante manifestación por el asesinato de Miguel Ángel Blanco sacó a toda Almería a la calle con sólo 12 horas de capacidad de reacción. Recuerden aquella masiva con el cartel de «¡Porta a la Horca!». Claro, era cosa de futbol--- ya saben eso de las prioridades. Pero Almería también se echa a la calle en Semana Santa, Noche en Blanco y en Negro... y hasta se agota la sémola cuando amenaza lluvia


Asistentes a la manifestación «Por un tren digno» el pasado jueves.

ANTONIO FELIPE RUBIO

Tras quince días de intensa promoción en medios de comunicación tradicionales y redes sociales, se celebró la concentración-manifestación inspirada por la Mesa del Tren. A la citada convocatoria se unieron los principales partidos políticos —casi todos—, sindicatos, FAAM, Murgi, Autoridad Portuaria, Consorcio de Transportes, Asociación de Periodistas, Izquierda Unida «movilizó» sus bases de El Ejido... En fin, tras la exposición cualitativa, vayamos a los números.

Según la Policía Local, 400; según los convocantes, 1.000. Ahora, apliquemos sencillas reglas aritméticas y matemáticas. Media aritmética de la disparidad de cifras= 700. Porcentaje de participación en relación a una población de doscientos mil habitantes= 0,35%.

Apliquemos asignación cuantitativa a cada uno de los agentes convocantes: PP, PSOE, C´s IUCA, Podemos, UPyD y Equo más sindicatos (como mínimo CC.OO), así como las asociaciones anteriormente citadas, arrojan una cantidad de 16 entidades convocantes que se reparten a razón de unos 43 manifestantes por agente convocante —una fiesta infantil de cumpleaños—.

Ahora practiquemos el «odioso» ejercicio de las comparaciones. Granada, 250.000 habitantes; primera convocatoria contra la reforma sanitaria del SAS auspiciada por Spiriman, 80.000; porcentaje de participación, 32%. A estas cifras hay que restar la escasa ayuda mediática —sólo redes sociales—, así como el nulo apoyo de instituciones, partidos políticos y sindicatos. Es más; en las posteriores convocatorias que alcanzaron los 100.000, la Junta de Andalucía hizo su 'trabajo' para desalentar al médico granadino y sabotear las convocatorias desde el silencio mediático impuesto. En materia sanitaria, cabe destacar el apoyo a la 'manifestación' del Partido Popular de Almería reclamando el Materno-Infantil: ocho personas. Porcentaje, 0,004%.

¿Almería es indiferente, apática, indolente? No lo creo. La impresionante manifestación por el asesinato de Miguel Ángel Blanco sacó a toda Almería a la calle con sólo 12 horas de capacidad de reacción. Recuerden aquella masiva con el cartel de «¡Porta a la Horca!». Claro, era cosa de futbol--- ya saben eso de las prioridades. Pero Almería también se echa a la calle en Semana Santa, Noche en Blanco y en Negro... y hasta se agota la sémola cuando amenaza lluvia.

El dopaje político y la escasa convicción han socavado acendradas tradiciones traicionadas por el sectarismo y el desprecio por la identidad. Da vergüenza extraer porcentajes de participación del Día del Pendón, Los Coloraos, Navidad... y cualesquiera actividades tradicionales que han sido dopadas y malparadas por el sectarismo, la ideología dominante y sus perversiones históricas. Que el PP o el PSOE (con europarlamentaria) hayan arrastrado 43 manifestantes a la concentración reivindicando las tan necesarias infraestructuras ferroviarias es, sencillamente, decepcionante.

Peor aún cuando se trata de reclamar una unidad de Talgo adaptada para discapacitados. Vergüenza les debería dar a estos gobiernos exigir con fuertes sanciones la eliminación de trabas de acceso en un restaurante de barrio y, por el contrario, impiden el acceso al único tren con Madrid a un usuario en silla de ruedas. Esto no es para una manifestación, es para llevarles a los tribunales de justicia.

Almería necesita un 'Spiriman' sin filiación política, con independencia y redaños suficientes para sortear la ley del silencio y el vasallaje impuestos a una sociedad que carece de músculo. Ese músculo social permanece atrofiado por el sectarismo que alcanza y contamina a las instituciones y organizaciones amenazadas o/y estipendiadas.

Sólo la verdad y la convicción moverán la masa civil. Hasta ahora, líderes políticos, sindicalistas, presidentes de instituciones y allegados afectos han protagonizado 'su' homenaje al protagonismo y a la hipocresía. Sigan así, y llegaremos de la anécdota a la bochornosa irrelevancia.