La Audiencia de Almería libera a un padre divorciado del pago de hipoteca y pensión a su exmujer casada en segundas nupcias

La sentencia sienta precedente y concede al progenitor la custodia compartida negada por el juez de primera instancia


Audiencia Provincial de Almeria. | Archivo.

ALMERÍA HOY / 01·11·2016

La Audiencia Provincial de Almería ha sentado un precedente de enorme trascendencia en los casos de reclamaciones entre parejas divorciadas con hijos a su cargo, al reconocer a un padre el derecho a no tener que seguir pagando la hipoteca de una casa que ya no ocupa cuando su ex mujer y el actual esposo de ésta le superan en ingresos y cuentan con medios suficientes para no precisar la ayuda del primero.

El fallo revoca un sentencia del Juzgado de Instrucción Nº 6 de Almería que condenaba al exmarido a seguir pagando la hipoteca a pesar de vivir en ella el nuevo esposo y un nuevo hijo de la pareja, así como a continuar abonando una pensión de 500 euros y denegarle la custodia compartida, por entender que una mayor estancia de los hijos del primer matrimonio con su progenitor produciría una separación de éstos con su nueva hermana, según ha explicado el despacho de abogados del exmarido en un comunicado.

De este modo, el texto de la Audiencia Provincial modifica la guardia y custodia dando al padre un mayor número de días con su hijos y declara «extinguida la atribución a la progenitora del uso y disfrute del inmueble que constituyó el domicilio familiar junto con el mobiliario, ajuar doméstico y cochera anexa a la vivienda familia, pudiendo las partes instar a la liquidación de la sociedad de gananciales».

Asimismo, establece como también extinguida la obligación de pago íntegro de la carga hipotecaria de la finca común del matrimonio por parte del primer marido, y declara que los gastos de los menores se abonarán por mitad entre ambos y de común acuerdo.


Relación a tres

La demanda de la que surge esta sentencia se produce después de la ruptura de una pareja, padres de gemelos, cuando los niños apenas tenían un año de edad. La madre de los pequeños, enfermera de profesión, entabló una relación con un compañero de trabajo con el que decidió iniciar una nueva etapa en su vida. El divorcio conllevó el abandono del hogar del primer marido, que, no obstante, siguió pagando la hipoteca pese a que el segundo esposo, que ya contaba con vivienda en propiedad, se trasladó a ésta.