Tres años de cárcel por perseguir con una motosierra al abogado de su exmujer

La víctima pudo salvar la vida corriendo y arrojándole a su agresor cajas de pepinos


Fotograma de la película La matanza de Texas.

EUROPA PRESS / 11·10·2016

La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a tres años de prisión a S.G.G., de 53 años, por un delito de homicidio en grado de tentativa después de que se persiguiera al abogado que representó a su exmujer durante su proceso de divorcio con una motosierra en marcha en un almacén hortofrutícola de Matagorda, en El Ejido.

La sentencia considera probado que el acusado irrumpió en la alhóndiga y se dirigió hacia la víctima gritándole «te voy a matar», al tiempo que «aumentó» la potencia del aparato, «abalanzándose» sobre la misma «con el evidente ánimo de acabar con su vida, sin llegar a conseguirlo» porque ésta «echó a correr».

El juez señala que el acusado, para el que el la Fiscalía solicitaba ocho años de prisión, tenía sus facultades cognitivas y volitivas «afectadas de forma importante, pero no anuladas», según se desprende de los informes elaborados por los médicos forenses que testificaron en sala, quienes señalaron que el hombre sufría «un trastorno mental transitorio», experimentando un «estado de plena inconsciencia con una visión torcida y equivocada de la realidad».

Pese a esto, el magistrado Jesús Martínez Abad considera que la víctima «evitó su fatal desenlace dándose a la fuga corriendo», según corroboran además las grabaciones en las que se ve al condenado entrando con la máquina arrancada en el almacén, de lo que se deriva «un indubitado animo necandi», esto es, su intención de matar a la víctima.

Incide así en la «peligrosidad del medio de agresión empleado, una motosierra, sobre la que todos los testigos coinciden en que estaba arrancada y en funcionamiento», oyendo cómo el acusado aceleraba el aparato antes de salir corriendo en un intento de ataque, en el que subió la máquina «a la altura de la cabeza». «El medio empleado es de gran capacidad lesiva y de haber alcanzado al perjudicado, sin duda hubiera acabado con la vida de este», explica el juez.

En esta línea, recalca el carácter «claro, coherente y tajante» de la víctima en su declaración, en la que especificó que tuvo que «tirar cajas» de pepinos para «frenar a su agresor», lo que fue corroborado por los demás testigos, quienes vieron al acusado entrar con la máquina arrancada y correr tras el amenazado.

Además de la pena privativa de libertad, el juez también impone el cumplimiento posterior —una vez en libertad— de una condena de cinco años de libertad vigilada con la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 500 metros y la obligación de someterse a seguimiento y tratamiento médico periódico.