Casi el 80% de los agricultores almerienses tiene certificada la calidad de su producción

Un estudio refleja que el setenta por ciento de los productores agrícolas de la provincia utiliza el control biológico como «técnica habitual»


Las producciones agrícolas almerienses alcanzan un valor de 2.000 millones de euros.

ALMERÍA HOY / 08·07·2016

La consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Carmen Ortiz, ha presentado este viernes en la capital el estudio 'El sistema de producción hortícola protegido de la provincia de Almería', fruto de la colaboración entre el Instituto de Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) y Fundación Cajamar, y que, entre otras cuestiones, permite constatar el desarrollo de la agricultura intensiva en la provincia. Así, la responsable andaluza ha destacado que el 78,7 por ciento de los agricultores tienen certificada su producción bajo sistemas de calidad o que el 70 por ciento realizan el control biológico.

Durante su intervención, la consejera ha subrayado la «importancia económica y social indiscutible» del sector hortícola protegido almeriense, que se refleja en su contribución con más del 20 por ciento al Producto Interior Bruto —PIB— de la provincia, llegando a alcanzar los 2.000 millones de euros, que suponen el 90 por ciento del valor de la producción agraria de Almería y más del 60 por ciento de la andaluza.

Además, Ortiz ha hecho hincapié en la relevancia de este sector, al generar más de 50.000 puestos de trabajo directos e indirectos. En total, la horticultura protegida de Almería reúne un entramado de 243 empresas de manipulado y transformación, de industria auxiliar y otros sectores económicos como, por ejemplo, el transporte.

Del estudio presentado este viernes se deduce que la principal transformación en los últimos años en la horticultura almeriense se ha producido en el control biológico, ámbito en el que se ha producido un «cambio radical», ya que si hoy el 70 por ciento de los agricultores encuestados admite haber puesto en prácticas este tipo de técnicas, en la campaña 2005-2006 apenas lo hizo el 4 por ciento. El estudio atribuye este cambio radical a los problemas fitosanitarios del año 2007, «que significaron el punto de inflexión en la utilización de fauna auxiliar, tanto depredadores como parasitoides».

En cuanto a los cultivos como el pimiento tienen el 97 por ciento de su superficie bajo control biológico. Así, el informe concluye que «en la actualidad, Almería es la zona con la mayor concentración de invernaderos a nivel mundial donde se utiliza el control biológico como una técnica habitual». La adopción de esta técnicas respetuosas con el medio ambiente se ha implementado gracias al apoyo de todos los actores que componen el sistema hortícola productivo de Almería.

Entre las conclusiones que se extraen de este estudio se encuentra también la búsqueda de la excelencia y la obtención de unos productos que puedan competir en las mejores condiciones en los exigentes mercados internacionales, que ha llevado a los horticultores almerienses a preocuparse por obtener certificaciones de calidad para sus producciones. Así, el 78,7 por ciento de los agricultores de la provincia certifican su producción bajo algún sello de calidad y, más de una tercera parte de ellos, en concreto el 34,7 por ciento, cuenta además con dos o más certificaciones.


Formación de los agricultores

Ortiz ha destacado que para la redacción del estudio se ha realizado un trabajo de campo consistente en 450 encuestas a «productores con explotaciones relevantes en las diferentes comarcas», concretamente, en Campo de Dalías y Campo de Níjar-Bajo Andarax. Este trabajo, elaborado durante 2015, analiza tanto las características de las explotaciones hortícolas almerienses durante la campaña 2012- 2013, como de los productores —formación, uso de medios informáticos y asesoramiento— y las explotaciones.

Al respecto, el estudio concluye que la mayoría de los agricultores de Almería — el 81,2%— ha recibido algún tipo de formación oficial y, en comparación con la campaña 2005-2006, se observa un mayor nivel educativo, ya que se ha reducido el número de productores que no han finalizado la enseñanza obligatoria. Asimismo, la proporción de agricultores con Bachillerato o Formación Profesional ha aumentado en estos años de un 11,5 a un 20,4 por ciento.

Uno de los aspectos que ha recalcado la consejera es el alto grado de utilización que hacen los agricultores de las tecnologías de la comunicación para informarse. El informe destaca que Internet es la vía más utilizada —42,7%—, seguida de jornadas —35,1%—, revistas, radio, televisión y redes sociales. Al comparar estos datos con los obtenidos en el primero de los estudios realizados (1999-2000), destaca claramente el incremento del uso de Internet, que asciende del 0,4 al 42 por ciento y se coloca como la vía más importante de información tras la figura del asesor técnico. De hecho, el nivel de asesoramiento técnico es muy elevado, ya que casi el 100 por cien de los productores recurren a este apoyo. Entre los aspectos más abordados se encuentran los tratamientos fitosanitarios, con un 97 por ciento, seguido de cuestiones relativas a plagas, fertilización y riego.


Modernización de invernaderos

En cuanto a la radiografía actual de las explotaciones, el 89 por ciento de estas se encuentran en manos de hombres, y la media de edad de los titulares de las fincas asciende a 44,3 años para los hombres y 46,4 para las mujeres.

En cuanto a la superficie media de los invernaderos, esta ha ascendido de 6.200 metros cuadrados en la campaña 1999-2000, a 7.538,5 metros cuadrados en 2005-2006 y a 8.601,6 metros cuadrados en 2013-2014. No obstante, la antigüedad media de los invernaderos es de 16 años.

La publicación se completa con un estudio de opinión de los productores y productoras donde se recaban los principales problemas que detectan y las mejoras que se deben acometer. Entre los retos de estos productores se encuentra la pérdida de rentabilidad de las explotaciones debido al aumento de los costes de producción y la caída de los precios, una circunstancia determinada en las últimas campañas por problemas propios del sector a los que se han sumado otros ajenos, como el veto ruso a las importaciones de frutas y hortalizas frescas de la Unión Europea.