La Junta argumenta que, aunque el «centro de servicios litorales» incorporará servicios de restauración, no incorporará un bar sino un espacio de «cafetería»
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| Playa de Mónsul, en Cabo de Gata. |
EUROPA PRESS / 12·01·2016
Más de 2.700 personas han firmado una petición dirigida a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía para rechazar la licitación de un «centro de servicios litorales» en la playa de Mónsul, en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, al entender que el Gobierno andaluz trata de «camuflar bajo la pomposa denominación» un concurso público para adjudicar «un bar».
La petición señala que la presencia de un establecimiento de hostelería en esta «emblemática» playa no es «necesaria ni justificable» de ninguna de las formas, pese a que el proyecto plantee aprovechar unas instalaciones ya edificadas en las que se ofrezca información al visitante y se sostenga una tienda.
«Ya hay centros de visitantes e interpretación en los pueblos de la zona y es dónde deben estar», apuntan los peticionarios, quienes interpretan esta licitación, que aún está en fase de recepción de ofertas, como un intento para establecer un «chiringuito» en una de las «últimas playas vírgenes».
Por su parte, desde el Gobierno andaluz se ha defendido argumentando que, aunque el centro incorporará servicios de restauración, no incorporará un bar, sino un espacio de «cafetería».
En este sentido, el pliego de cláusulas técnicas y administrativa señala que el lugar destinado a este servicio es de unos 60 metros cuadrados en los que ya se dispone una barra y una cocina. En concreto, el área de restauración conlleva 42 metros cuadrados donde ubicar mesas y sillas para los usuarios, una zona de barra de aproximadamente diez metros cuadrados, y una cocina de unos ocho metros cuadrados.
El mismo pliego apunta la «situación» y las «ventajas» que el lugar ofrece «con un elevado número de visitantes, sobre todo en época estival». Así, añade que las instalaciones están diseñadas para realizar «actividades de interpretación e información ambiental y para que se pueda prestar un servicio de restauración asociado que permita cierta rentabilidad y reclamo de visita a las instalaciones».
La petición señala que la presencia de un establecimiento de hostelería en esta «emblemática» playa no es «necesaria ni justificable» de ninguna de las formas, pese a que el proyecto plantee aprovechar unas instalaciones ya edificadas en las que se ofrezca información al visitante y se sostenga una tienda.
«Ya hay centros de visitantes e interpretación en los pueblos de la zona y es dónde deben estar», apuntan los peticionarios, quienes interpretan esta licitación, que aún está en fase de recepción de ofertas, como un intento para establecer un «chiringuito» en una de las «últimas playas vírgenes».
Por su parte, desde el Gobierno andaluz se ha defendido argumentando que, aunque el centro incorporará servicios de restauración, no incorporará un bar, sino un espacio de «cafetería».
En este sentido, el pliego de cláusulas técnicas y administrativa señala que el lugar destinado a este servicio es de unos 60 metros cuadrados en los que ya se dispone una barra y una cocina. En concreto, el área de restauración conlleva 42 metros cuadrados donde ubicar mesas y sillas para los usuarios, una zona de barra de aproximadamente diez metros cuadrados, y una cocina de unos ocho metros cuadrados.
El mismo pliego apunta la «situación» y las «ventajas» que el lugar ofrece «con un elevado número de visitantes, sobre todo en época estival». Así, añade que las instalaciones están diseñadas para realizar «actividades de interpretación e información ambiental y para que se pueda prestar un servicio de restauración asociado que permita cierta rentabilidad y reclamo de visita a las instalaciones».
