La Audiencia enjuiciará a Jonathan Moya por agresión sexual

El presunto asesino de la bebé Miriam se enfrenta a una petición de 26 años de prisión, que la acusación particular eleva a 29 años de cárcel



EUROPA PRESS / 09·09·2015

La Audiencia Provincial de Almería ha acordado enjuiciar a Jonathan Moya —presunto asesino de la bebé Míríam— acusado de agredir sexualmente a la madre de la pequeña, Gema Cuerda, la misma noche en la que supuestamente la secuestró.

El auto de apertura de juicio oral da por concluido el sumario y da traslado al Ministerio Fiscal, acusación particular y defensa para que formulen escritos de calificación, según han informado fuentes jurídicas.

Este procedimiento deriva de la causa principal por presuntos delitos de detención ilegal y asesinato de la menor, que deberá dirimir un jurado popular a partir del 16 de noviembre y por el que Moya González, de 28 años, se enfrenta a una petición por parte del Ministerio Fiscal de 26 años de prisión, que la acusación particular eleva a 29 años de cárcel.

El juez instructor dio por concluida la investigación con el procesamiento de Jonathan Moya en un auto de 13 de mayo, elevando la causa a la Audiencia Provincial. La Sección Tercera dio inicio al trámite de instrucción y designó como ponente al magistrado Jesús Martínez Abad.

El auto de procesamiento señala a Moya González como supuesto responsable de un delito de agresión sexual, y le impone una fianza civil de 12.000 euros para asegurar las posibles responsabilidades pecuniarias que se pudieran establecer tras el acto de juicio. Posteriormente se declaró la insolvencia del acusado.

Según recoge, en un relato fáctico que coincide en lo esencial con el que hace el fiscal en la causa principal por el rapto y muerte de la bebé Míriam, Moya habría «conseguido convencer» a Gema Cuerda, gracias a la confianza ganada y a que habían mantenido una relación sentimental, para que viniese a Almería desde su residencia, en el municipio de Palma del Condado (Huelva).

Así, la víctima y su hija se desplazaron en tren hasta la provincia y arribaron a la estación de Guadix (Granada) en la noche del 20 de diciembre de 2012. Una vez allí, el procesado las recogió en un vehículo «en que comenzaron a desplazarse por lugares no conocidos de la Comarca de Fiñana, Alboloduy y Nacimiento, sin llegar a encontrar albergue en el que pernoctar esa noche».

El auto apunta que Jonathan Moya «dio excusas de no encontrar ni disponer» de las llaves del cortijo en el que le había dicho a Gema Cuerda que «permanecerían unos días» y que, en un momento dado, «la obligó a mantener relaciones sexuales contra su voluntad».

El instructor remarca en su conclusión que la víctima «accedió a las mismas, cohibida por la presencia de la menor y temor a que él le hiciera algo» y que, a continuación, la habría «dejado abandonada, llevándose contra la voluntad de la madre a la niña», quien fue hallada muerta ocho días después en el interior de una bolsa, arrojada a una balsa de riego.

En una diligencia de ordenación, de 17 de junio, la Audiencia acordó, antes de dar inicio al trámite de instrucción a las partes, reclamar al Juzgado de Instrucción 2 de Almería testimonio del cotejo de la transcripción de las declaraciones que prestaron tanto el procesado como la víctima en el marco del procedimiento que se sigue por la Ley del Jurado, así como el duplicado de las grabaciones para completar el sumario.


Causa principal

La Fiscalía va a solicitar penas que suman 26 años de prisión, que la acusación particular eleva a 29 años, para Moya, quien presuntamente golpeó a la pequeña Míriam con «gran fuerza y en repetidas ocasiones» con un objeto contundente en la cabeza para «hacerla callar porque lloraba» y a quien envolvió cuando «estaba todavía con vida» en film transparente, provocando su muerte por asfixia.

El procesado, quien tiene varias condenas en firme por delitos contra el patrimonio, introdujo supuestamente a continuación el cuerpo sin vida de la pequeña en una bolsa de viaje, «junto a su ropita y 15 piedras», para después «arrojarla a una balsa de riego tras anudarle por fuera un bloque de cemento de grandes dimensiones» con el que se «aseguraba» de esta forma de que el cadáver «no saldría a flote», según indica el auto.

El escrito de acusación recoge que Moya tuvo retenida a la pequeña con vida desde el 20 al 24 de diciembre de 2012 en el interior del cortijo familiar donde se «escondió» tras raptarla y abandonar a su madre, con quien había mantenido una relación sentimental, «en un paraje deshabitado» de Fiñana, y que lo hizo pese a «los intentos reiterados de los agentes de la autoridad y los desesperados de la familia de la niña para que la entregase».