"It Follows", buen intento de volver al terror clásico

Un film interesante que podría haber dado bastante más de sí si Mitchel se hubiera atrevido a ir más allá en la resolución de algunas escenas


Maika Monroe en una de las escenas del filme.
ALEJANDRO TIELAS / 02·09·2015

Siempre he creído que no hay nada que cause mayor temor que lo que desconocemos. De ahí que los grandes filmes de terror siempre partan de un elemento desconocido, no necesariamente sobrenatural, para causar auténtico temor en el espectador.

A este recurso se agarra It Follows. Nada de imágenes gore, nada se sobresaltos absurdos por súbitas subidas de volumen... nada de recursos facilones de los que está plagado el cine de terror de hoy en día. Es una cinta que muchos ya se han aventurado a calificar como «la mejor película de terror de 2015», algo que se me antoja un tanto atrevido teniendo en cuenta que apenas hemos rebasado el ecuador del año y que quedan por delante algunos estrenos del género que prometen bastante, como es el caso de La Visita, retorno de M. Night Shyamalan al cine de terror.

La verdad es que la película cuenta con unos mimbres bastante sólidos, y es de lo mejor que he podido ver de este tipo de cine en mucho tiempo. El problema es que, para mi gusto, se ha quedado demasiado sobria, su ritmo es lento y pausado, le falta un plus de tensión y me ha resultado una película de intriga o suspense más que de terror.

Y es una verdadera lástima, pues la naturaleza desconocida y misteriosa del ente al que hace referencia el nombre del film, hace que estemos continuamente pendientes de todo lo que sucede alrededor de los protagonistas. Sin embargo, cada vez que algo sucede, se nota una carencia de intensidad en las situaciones que hace que no nos acabemos de creer lo que está pasando.

Los actores no desentonan en ningún momento, aunque referirse a actores, en plural, no acaba de ser del todo justo pues casi la totalidad del metraje y el peso de la cinta recaen sobre Maika Monroe, la rubia protagonista, que transmite a la perfección el terror que ella está sufriendo, aunque nosotros no lo sintamos igual.

Las fuentes de las que bebe el guionista y director David Robert Mitchel son evidentes: el cine de terror de los 80, especialmente de sagas como Pesadilla en Elm Street o Viernes 13, con una trama que gira en torno a los adolescentes, el sexo y los peligros de éste, tratando sin pudor al ente misterioso de la película como si de una ETS se tratara.

Un film interesante que podría haber dado bastante más de sí si Mitchel se hubiera atrevido a ir más allá en la resolución de algunas escenas.

A pesar de su orientación juvenil, se trata de una obra sobria y seria, lo que en mi opinión constituye un acierto, al igual que la elección de Maika Monroe. La interesante propuesta de la naturaleza del ente o maldición, y el hecho de que no intente dar más explicaciones sobre el mismo, concentrándose en los sucesos, también son de agradecer, así como la notable calidad de su fotografía.


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