El dueño del Cortijo del Fraile espera la concesión de la licencia de obras

Ya la ha solicitado al Ayuntamiento de Níjar, desde donde aseguran que se tramitará «por la vía de urgencia» porque están «deseando que comience la rehabilitación



EUROPA PRESS / 03·07·2015

La mercantil propietaria del Cortijo del Fraile, ubicado en el parque natural de Cabo de Gata-Níjar y escenario de los hechos que inspiraron a Federico García Lorca su obra teatral 'Bodas de Sangre', ha solicitado ante el Ayuntamiento de Níjar licencia de obra mayor para ejecutar las obras de consolidación del campanario de este inmueble, declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

La empresa 'Agrícola Mar Menor' pidió el permiso el 19 de junio para acometer una actuación que el proyecto propio que encargó a 'Rehabitec SL' cuantificada en 140.000 euros. Esta cifra hace referencia al total de las intervenciones previstas sobre el inmueble, entre ellas la del campanario, y con las que pretende frenar el grave deterioro de la edificación, que llegó a estar declarada en ruina, si bien el Ayuntamiento nijareño revocó tal resolución y archivó el procedimiento.

El primer teniente de Alcalde de Níjar y concejal de Urbanismo, Alexis Pineda (IU), ha indicado que la intención municipal pasa por «tramitar por la vía de urgencia» la solicitud de licencia de obra mayor y porque esté «informada» para la semana que viene si bien, según ha matizado, el informe preceptivo que, por ser BIC, debe emitir la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía podría «demorar» la concesión.

«Estamos deseando que comiencen las obras en un emplazamiento tan emblemático y vamos a realizar los requerimientos tanto a Cultura como a la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de manera inmediata para intentar acortar los plazos», ha asegurado Pineda.

La Junta de Andalucía, a través de la Delegación Territorial de Educación, Cultura y Deporte en Almería, emitió a finales de mayo una resolución por la que autorizaba a la empresa 'Agrícola Mar Menor', con sede en Murcia, la ejecución de obras de consolidación en la fachada principal y la torre de la capilla del edificio, entre otros espacios como el campanario, a fin de frenar su deterioro.

La actuación sobre el BIC, testigo de unos hechos que también inspiraron obras como 'Puñal de Claveles', de la escritora Carmen de Burgos, es objeto de litigio entre la propiedad y la Junta andaluza, ya que la primera entiende que la ejecución y la financiación del coste corresponde al Gobierno autonómico.

Por otra parte, la propietaria mantiene su interés en que la Administración autonómica responda a la propuesta de cesión de uso gratuita que lanzó ya hace más de un año y sobre la que el Gobierno andaluz no se ha pronunciado de manera oficial.

El informe de los técnicos del Ayuntamiento de Níjar que justificó la apertura del procedimiento de declaración legal de ruina del BIC subrayaba que es «notorio» que el conjunto, que abarca casi 2.000 metros cuadrados, requiere obras de conservación y rehabilitación, e indicaba que el importe estimado del presupuesto de ejecución material de las obras de conservación y reparación ascendería a 520.000 euros, sin gastos generales, beneficio industrial e IVA, lo que hacía que la cifra se elevase a 748.748 euros.


«PELIGRO DE COLAPSO PARCIAL»

Según ese mismo informe —elaborado en 2013— el estado la edificación es «muy heterogéneo» ya que existen construcciones «parcialmente derruidas junto a otras aún en pie y otras al borde del colapso». Así, detallaba que las zonas con una mayor degradación corresponden a la vivienda del pastor, el bebedero y pajar y la vivienda del cortijero, «con toda la estructura horizontal y parte de la vertical derruida».

Aún en pie pero en «grave estado de conservación y con peligro de colapso parcial», según subrayaba, están la vivienda principal, establos y capilla. Con respecto a esta última, apuntaba que tiene un sistema estructural «muy diferente» con una bóveda, arcos y contrafuertes «que le han permitido mantenerse algo mejor que el resto». No obstante, avisaba de que se aprecia «un importante deterioro de los muros y movimiento del campanario, con desplome hacía poniente».

Concluía que, con carácter general, existe «agrietamiento y disgregación» de los muros, podredumbre en forjados de madera, síntomas «evidentes» de agotamiento en las vigas, carencia de impermeabilización en las cubiertas, fisuras en las particiones interiores «que aún no han colapsado» y desprendimiento de pinturas.