Rafael Esteban: «El PSOE tiene muy poca vergüenza, llega la campaña y se pone la chaqueta de progresista»

El candidato de IU a la Alcaldía de Almería recuerda que Pérez Navas votó a favor de privatizar servicios que ahora promete remunicipalizar


Rafael Esteban, candidato de IU a la Alcaldía de Almería
Rafael Esteban, candidato de IU a la Alcaldía de Almería
ALMERÍA HOY / 22·05·2015

Es más de la una y media de la tarde cuando vemos a Rafael Esteban cruzar con paso vivo el vestíbulo y desaparecer escaleras arriba. Hemos quedado con él en las dependencias del Grupo Municipal de Izquierda Unida, situado en un edificio aledaño a la Plaza Vieja de la capital. Todos llegamos con algo de retraso. Ya arriba, nos recibe amablemente. Saluda. Sonríe con facilidad, de un modo natural. Tomamos asiento a ambos lados de una mesa de escritorio de color gris. Sorprende descubrir cierto aire de timidez en su mirada, así como en el modo de dejar las manos, lacias, sobre la mesa.


Dígame, ¿por qué cree que está capacitado para ser alcalde de Almería?

— Bueno, eso lo tendrán que decir los ciudadanos, ¿no? Yo tengo la suficiente humildad... Pero, ¿por qué lo digo? Lo digo porque si yo me atrevo a presentarme a la Alcaldía es porque, primero, conozco el Ayuntamiento. Tengo experiencia y hay un trabajo hecho. Conocemos profundamente la ciudad, conocemos los problemas que tiene la ciudad y tenemos un programa, una propuesta que trasladar a los ciudadanos muy pragmática y asentada en la realidad. Y porque, además, proponemos otra forma de gobernar el Ayuntamiento, que es la búsqueda de un gobierno justo, gobernar justamente para los ciudadanos. Eso hasta ahora no se ha hecho, o por lo menos yo percibo que no se ha hecho.

Es usted comunista. De hecho, es miembro del Partido Comunista de España... ¿Cree en la propiedad privada o la libertad de empresa? ¿Y en la libertad de prensa?

El capitalismo ya no satisface las necesidades mínimas y básicas de los ciudadanos.
— Así es, con 17 años ingresé en las juventudes y ahora soy miembro y militante del Partido Comunista, de lo que me siento muy orgulloso. En cuanto a si creo en esas libertades, le diré que soy comunista pero no soy un dinosaurio. Aspiro a cambiar la sociedad... Este sistema es injusto, porque el capitalismo ya no satisface las necesidades mínimas y básicas de los ciudadanos, y por lo tanto hay que cambiar. Yo soy comunista desde los 17 años y aspiro a cambiar la sociedad, que es un trabajo arduo.

¿Pero no cree que los medios de comunicación deban estar al servicio del pueblo a través del Estado?

— No soy un estatalista, tan solo considero que el Estado tiene que tener medios suficientes para poder atender a los ciudadanos. Es decir, yo no estoy en contra de la sanidad privada, estoy a favor de la sanidad pública; con lo que no estoy de acuerdo es con que recursos de todos los españoles vayan a la sanidad privada. No estoy en contra de los colegios privados, pero no quiero que el dinero que hay que destinar a la escuela pública vaya en conciertos a la escuela privada. Yo no me opongo a que la Iglesia tenga colegios —siempre que los paguen ellos—, pero sí estoy en contra de que en los colegios públicos se dé Religión, por ejemplo; o estoy en contra de que la Iglesia no pague el IBI como cualquier ciudadano. En Almería, sin ir más lejos, tiene más de 500 cocheras que está explotando económicamente y por las que no paga IBI.

¿Cuáles son, en su opinión, los tres mayores problemas de la ciudad de Almería? ¿Qué propuestas plantea su candidatura para afrontarlos?

Esta ciudad tiene más de un 30 por ciento de tasa de paro, unas 25.000 personas.
— Esta es una ciudad muy desigual; en 12 años del Partido Popular no se ha avanzado lo más mínimo para convertirla en una ciudad igualitaria, en una ciudad compacta. Existe una atención muy desigual en los barrios en cuanto a limpieza y mantenimiento, y a zonas e infraestructuras. Además, hay problemas de movilidad, los barrios no están conectados perfectamente entre ellos, y eso afecta a la movilidad de las personas. Es también una ciudad que carece de algunas de las infraestructuras básicas que debe tener un ciudadano. Es verdad que tenemos muchos complejos deportivos que son de gestión privada, pero carecemos de otras infraestructuras en los distintos barrios donde estén al servicio del ciudadano, ya sea para actividades participativas, culturales, administrativas... Es uno de los grandes déficits de Almería: la desigualdad. Por otra parte, el equipo de Gobierno no ha cuidado el patrimonio. Almería no tiene mucho, pero el que tiene está abandonado. El Hospital Provincial, por ejemplo, y aunque sea de la Diputación, se encuentra totalmente abandonado. No podemos aspirar a tener un casco histórico en condiciones cuando tenemos uno de los grandes edificios de esta ciudad, el más grande, en esa situación. Y luego está el problema del desempleo... Esta ciudad tiene más de un 30 por ciento de tasa de paro, unas 25.000 personas. Es una de las cuestiones que más hemos criticamos al Partido Popular, que ha mirado para otro lado en cuanto a políticas sociales, en cuanto a políticas activas de empleo o programas de empleo; y no ha colaborado para solucionar o paliar el problema que tienen miles de familias. Por último, otro de los problemas, común a muchas ciudades y muchos pueblos, es el de los desahucios de la gente que ha quedado sujeta en un corralito hipotecario, que no puede pagar la hipoteca y ha quedado en tierra de nadie...

¿Y cree que esas cuestiones son responsabilidad municipal?

A la gente que defiende el sistema capitalista le interesaría solucionarlo, porque si no se puede crear conflicto social...
— No es responsabilidad municipal, lo que yo estoy diciendo es que el Ayuntamiento puede hacer algo más. Un político de la derecha te dirá: "el empleo no es competencia mía, la sanidad no es competencia mía, los servicios sociales no son competencia mía"; y yo, que soy un candidato de Izquierda Unida, digo que el Ayuntamiento sí tienen competencias: la primera competencia es atender a sus ciudadanos. Si en esta ciudad hay 25.000 ciudadanos en paro y con poca perspectiva de trabajar, y hay problemas sociales, un Ayuntamiento no tiene que volver la espalda, sino empezar a hacer política activa en cuanto a políticas sociales para paliar coyunturalmente esa situación. A la gente que defiende el sistema capitalista le interesaría solucionarlo, porque si no se puede crear conflicto social... pero yo no quiero conflicto social, yo lo que quiero es que se solucionen los problemas.

¿Pero qué medidas concretas propone Izquierda Unida para resolver esos problemas?

— El Ayuntamiento tiene que generar empleo buscando inversiones en nuestra ciudad. Por ejemplo, en turismo proponemos ir a un turismo de calidad. El turismo es también un nicho de empleo, y si tenemos una ciudad bien atendida, una ciudad que sea amable para que la visiten, con un patrimonio visitable, tendremos una oportunidad de creación de empleo... Además se puede fomentar la generación de puestos de trabajo creando un vivero de empresas, haciendo que empresas de fuera vengan a invertir aquí y, también, de manera coyuntural, con planes municipales de empleo. En ese sentido, proponemos poner encima de la mesa un dinero para afrontar un plan de empleo que permita trabajar a jóvenes que no hayan trabajado nunca, a personas que se encuentren al borde de la exclusión social o a parados de larga duración. Eso, junto a los planes que tenga la Junta de Andalucía. Puede que no se trate de un empleo estable, pero ayudará a solucionar los problemas de la gente... Quien no tenga ningún tipo de trabajo y encuentre la posibilidad de trabajar seis meses con un sueldo digno en tareas municipales... Claro, a eso hay que ponerle imaginación, pero yo creo que se le estará solucionando el problema a mucha gente.

En cuanto al vivero de empresas, ¿conoce alguna experiencia que haya funcionado?

— Nosotros lo que decimos es que haya un observatorio. Vamos a ver qué debilidades o fortalezas tiene la ciudad en términos económicos, qué puede atraer a la ciudad a las empresas, y entonces, a partir de ahí, de ese llamémosle diagnóstico económico, empezar a trabajar en el sentido de atraer inversión. Por otra parte, el Ayuntamiento también puede colaborar en la creación de empleo mediante sus inversiones, es decir, cuando el ayuntamiento tiene 14 o 15 millones de euros para invertir en la ciudad, efectivamente se está generando empleo. Creo que hay que hacer un esfuerzo mayor en afrontar un problema que, desgraciadamente, es el problema que tienen muchos españoles.

Almería es la sexta capital de provincia con menor renta per cápita, la primera por tasa de desempleo y la cuarta, sin embargo, con el IBI más caro... ¿Qué hará con el IBI si es alcalde? ¿Y con el resto de impuestos y tasas?

— Respecto al IBI, hay que hacer una nueva ponencia de valores, porque eso viene por el catastro, y lo único que hace el Ayuntamiento en ese caso es aplicar un tanto por ciento. Nosotros —los almerienses— estamos ya a seis décimas de llegar al máximo aplicable...

Pero Rodríguez-Comendador nos aseguraba en una entrevista reciente que se encuentra prácticamente al mínimo...

— Sí, el Ayuntamiento está cobrando el 0,46 y lo quiere bajar al 0,40 por ciento, se bajaría el 0,06. Entonces, ¿qué es lo que hay que hacer? Una nueva ponencia de valores, efectivamente, en la que el valor catastral se ajuste al valor real, porque cuando se realizó la anterior aún estábamos entrando en la burbuja, y hay gente que está pagando en base a una valoración superior a la real.

Por concretar, ¿el IBI hay que revisarlo al alza o a la baja?

— A la baja. Lo que sí llevamos en nuestro programa es que a aquellas viviendas vacías que están en manos de los bancos, que son viviendas que se han quedado porque han desahuciado a la gente que vivía en ellas, se les suba el IBI.

Pero también hay muchas que han sido embargadas directamente a las promotoras y que no se habían vendido...

— Los bancos tienen cientos de casas a causa de los desahucios, y están desocupadas, ahí habría que incrementar el IBI. No le haríamos ningún daño a la banca y sí un gran favor a la sociedad...

¿Y el resto de tasas e impuestos, son partidarios de subirlas o de bajarlas?

Hay margen para bajar los precios de las instalaciones deportivas a las personas sin empleo.
— Nosotros somos partidarios de una fiscalidad progresiva. Por ejemplo, en su día presentamos en el Ayuntamiento una moción donde pedíamos que se contemplara a las personas que están en desempleo, porque puede darse la paradoja de que un pensionista, que no paga el transporte público, esté cobrando una pensión de 2.000 euros; mientras un ciudadano que está en desempleo, o que está trabajando por 300 euros, tiene que pagarlo. Nosotros proponemos que los parados tengan bonificado el transporte público, y creemos que también hay margen para bajar los precios de las instalaciones deportivas a las personas sin empleo o a las familias. Es que es la realidad, hay familias que no pueden... Un bono familiar de una piscina, de una instalación deportiva, pues a lo mejor vale 40 euros; hay gente que está trabajando y puede pagarlo, pero también hay gente que no. En definitiva, lo que nosotros pretendemos es que ningún ciudadano deje de disfrutar de las instalaciones y servicios municipales, de los complejos deportivos, el transporte urbano, etc. por motivos económicos. Es un principio de solidaridad.

¿Pero si el IBI baja, y baja el resto de impuestos y de tasas, cómo va a sufragar las políticas de empleo?

— El Ayuntamiento tiene capacidad, además, luego subiríamos el IBI, por ejemplo, a los que tienen los pisos desocupados, como la banca...

Perdone, ¿sólo a la banca o también a viviendas vacías de particulares?

— Bajar los precios de disfrute de las instalaciones deportivas, por ejemplo, a las familias que estén en desempleo, no supone la ruina de la concesión administrativa ni del Ayuntamiento. ¿Es que ha supuesto alguna ruina el que los pensionistas no paguen el transporte urbano? Lo que haríamos es una política de fiscalización más solidaria... No estoy diciendo que se vaya a bajar absolutamente todo, no, no estoy diciendo eso, estoy diciendo que determinados precios sí habría que bajarlos...

Determinados precios bajarían, ¿el resto subirían?

— No, el resto se mantendrían, solamente subirían lo que suba el IPC.

No tiene pensado subir impuestos, pero habla usted de planes de empleo y políticas de gasto...

— Esa es la dinámica de la derecha, de los economistas de la derecha: "¿cómo va a mantener usted el Estado de bienestar? Pues no hay que mantener el Estado de bienestar, que cada uno se pague los suyo", y acto seguido te dicen que hay que darle una subvención al colegio privado... El Ayuntamiento tiene capacidad para llevar esas políticas, porque lo estamos viendo, y luego hay que aplicar políticas de austeridad en lo que haya que ser austero, en los gastos suntuosos, en los gastos inútiles, pero hay que dar prioridad al gasto que suponga el bienestar de los ciudadanos. Yo no estoy diciendo que nadie pague las pistas deportivas o por ir a una piscina, lo que nosotros decimos es que el que tenga dinero lo pague, y el que por motivos económicos, por una situación de desempleo... a ése hay que bajarle los precios. Y es lo mismo que defendemos en el caso del suministro de agua: no decimos que no se le corte el agua a ningún ciudadano, decimos que no se corte el agua a ningún ciudadano por motivos económicos...

¿Y por qué otro motivo se le habría de cortar?

Defendemos que por motivos económicos no se le pueda cortar el agua a nadie.
— Si tú eres un caradura, que no quieres pagar el agua y tienes medios, tendrás que pagarla. Aquí no estamos hablando de café para todos... Otra cosa que defendemos en relación con el agua es que haya un suministro básico para todos los ciudadanos, y a partir de ahí se pague. Tú, como ciudadano, tienes derecho, por ejemplo, a cien litros de agua, porque es un derecho humano, y a partir de esos cien litros diarios, tú pagas; pero es que hay gente que no tiene dinero ni para pagar eso... Entonces, nosotros defendemos que por motivos económicos no se le pueda cortar el agua a nadie; ahora, si tú tienes un yate y no quieres pagar el agua, vas a pagarla.

Ha dicho usted anteriormente que quiere subir el IBI a los pisos vacíos como los que tienen los bancos, ¿quiere eso decir que se le subirá sólo a los bancos o también a las viviendas vacías de particulares?

— En un principio, decimos que hay que revisar el IBI de aquellas viviendas que están en manos de la banca por motivo de desahucio, y luego ya veríamos si también se revisa para casas de segunda residencia que lleven tiempo sin ocupar... que, efectivamente, habrá que subir.

Y ya para cerrar ya el capítulo económico: ha hablado usted de eliminar los gastos suntuosos, ¿incluye eso el gasto en asesores?

— Hay mucho que hablar sobre ese tema. Los grupos municipales deben tener el nivel mínimo de asesores y de administrativos. No vamos a ser ingenuos... Un grupo municipal debe tener un administrativo y debe de tener un asesor.

Pero ustedes tienen varios asesores...

— Nosotros tenemos uno, el resto son administrativos. En ese sentido, creemos que hay que reducir el número de asesores, y hay que diferenciar entre lo que es el asesor que tiene por ley un grupo municipal, eso viene regulado por ley, y luego los asesores que están ocupando plantilla del Ayuntamiento. Por ejemplo, el Partido Popular tiene, bueno, no sé exactamente cómo se les denomina, pero tiene asesores que son directores de museo, el director de la Banda, que están en Hacienda...

¿Cargos de libre designación?

Detrás de la publicidad institucional se esconde lo que se esconde.
— Claro. Lo que no va a tener un grupo son 20 asesores... Y luego, estoy hablando de eso, pero estoy hablando también de gastos inútiles. El Ayuntamiento no puede gastarse 20.000 o 30.000 euros en dar una comilona, aunque sea a la tercera edad, o, por ejemplo, gastarse 60.000 euros en camisetas para celebrar el día internacional de lo que sea... o el gasto en publicidad institucional, porque detrás de la publicidad institucional se esconde lo que se esconde. A mí me llama la atención cómo a última hora —en campaña— aparece toda la publicidad del mundo. Claro, sabemos que eso es financiación... Y no estoy diciendo tampoco de llegar a la barbaridad de no poner ningún anuncio, lo que estoy diciendo es que hay que terminar con el abuso, la financiación, que en el fondo lo que se esconde es que en las campañas aparezcas en una veintena de... En fin, todos sabemos de lo que estamos hablando.

La preocupación por el deterioro del patrimonio, especialmente por el de la Alcazaba, parece estar cada vez más presente en la sociedad almeriense. ¿Qué propuestas recoge su candidatura para protegerlo?

No se puede utilizar el patrimonio en la confrontación partidaria de las administraciones.
— Nosotros proponemos que la Alcazaba tenga un tratamiento especial, y proponemos un patronato. No se puede utilizar el patrimonio en la confrontación partidaria de las administraciones. Hemos tenido el caso últimamente del desprendimiento de parte de la muralla, y la única preocupación —de Ayuntamiento y Junta de Andalucía— era echarse el muerto unos a otros. En un caso como ese, lo primero que hay que hacer es determinar técnicamente las causas, y eso no lo puede hacer un político, el político se tiene que dedicar a lo suyo, a solucionar los problemas y a no tocar a la gente la moral. Deben ser los técnicos los que investiguen por qué se ha caído eso y tomen las medidas pertinentes, y ahí tienen que colaborar todas las administraciones, en lugar de convertir la Alcazaba en un arma arrojadiza. Que cada uno cumpla con su obligación, en este caso, la Junta de Andalucía manteniendo el monumento, y el Ayuntamiento cuidando el entorno. Me hace gracia que el Ayuntamiento ponga el grito en el cielo con el estado de conservación de la Alcazaba cuando es incapaz de limpiar el entorno de la misma. Lo que hace falta es que las administraciones colaboren, a ser posible, en un patronato donde el monumento se ponga absolutamente en valor, porque es uno de los monumentos más visitados de nuestra ciudad.

¿Y qué ha hecho IU desde el Gobierno de la Junta para evitar ese deterioro y proteger la Alcazaba?

— En ese gobierno, nosotros tuvimos unas competencias... Bastante teníamos también con parar los desahucios, parar los dramas familiares que había... pero nosotros no nos hemos despreocupado. En Izquierda Unida, tanto a nivel local como a nivel andaluz, hemos sido beligerantes. Cuando se empezó a decir de cerrar la Alcazaba, explicamos que era una aberración que el monumento más importante de la ciudad se cerrase por las tardes. Lo dijimos aquí y lo dijimos en la Junta de Gobierno; ahora, cada uno tiene una competencia... Efectivamente, no íbamos a romper el Gobierno por... pero no hemos estado callados, hemos sido beligerantes en ese tema y además, nosotros llevábamos las competencias de Turismo, ¿cómo vamos a permitir que se cerrase? Al contrario, hemos defendido que hay que abrirla y darle contenido. Es un monumento que tiene unas posibilidades impresionantes, es cuestión de imaginación, de poner en valor lo que se tiene... Es cuestión de prioridades, nos gastamos 5 millones de euros en la compra de naves a la entrada de la ciudad, gastamos en comprar el antiguo Hospital Virgen del Mar, en hacer el Parque de las Familias... que, por cierto, aún día tendrán que explicar qué es lo que hay detrás de todas esas inversiones...

¿Alguna otra medida destacable de IU en relación al patrimonio?

— Sí, apostamos muy fuerte por la recuperación del Hospital Provincial. A menudo hemos hablado de la Plaza Vieja y las dependencias municipales, pero una ciudad que aspira a tener un casco histórico cuidado y un patrimonio en condiciones no puede permitir que el Hospital Provincial, un edificio impresionante con una capacidad impresionante para tener allí lo que queramos, desde un centro cultural a dependencias administrativas, se encuentre en ese estado. Nuestra propuesta es que seamos más beligerantes en este tema con la Diputación, llegar a algún tipo de acuerdo y empezar inmediatamente porque hay posibilidades de recuperación de ese edificio con fondos que igual vienen de Europa. Aquí la cuestión es ponerse a trabajar, ponerse a trabajar de manera eficaz para poner ese edificio en disfrute de los ciudadanos. Nos estamos gastando 14 millones de euros del Plan Urban para arreglar el casco histórico. Entonces, ¿de qué nos sirve arreglar el entorno, el Mesón Gitano, parte del casco histórico, si tenemos un edificio que es impresionante por dentro, que tiene una capacidad impresionante, y lo tenemos abandonado? Vamos a ponernos a trabajar para arreglar ese edificio, buscar sinergias, y dejarnos de pretextos de que si la Junta me lo entregó con hiervas, o que si el Ayuntamiento... No, sea cual sea el color del Ayuntamiento y de la Diputación, pongámonos, porque ese edificio tiene unas características impresionantes, y estoy convencido de que se puede compatibilizar el aspecto cultural, de contenido, con el administrativo... Tiene muchas posibilidades, y está en pleno casco histórico, que no tenemos un edificio tan singular. Si no lo hacemos así, no podremos empezar a potenciar el turismo, porque no tenemos nada que enseñar.

A menudo, ha reprochado a Rodríguez-Comendador que su condición de senador le impida dedicarse plenamente a la ciudad ; sin embargo, el otro día nos aseguraba en una entrevista que actuaciones como el Parque de la Estación o la regeneración de la playa de Costacabana han sido posibles gracias a las gestiones realizadas cuando acudía al Senado. ¿Cuánto cree que hay de cierto en sus palabras? ¿Pueden realizarse ese tipo de inversiones sin salir del Ayuntamiento?

El alcalde descansa en el Senado, que no se justifique.
— Por esa regla de tres, todos los alcaldes deberían ser senadores... No, en serio, ¿hace falta ser senador para eso? El alcalde no tiene razón; lo único que hace es justificar el poco trabajo que tiene en el Senado. Si fuera senador de un grupo pequeño, todavía, pero siendo senador del PP... Con todos mis respetos, el alcalde va al Senado a descansar. Su trabajo está aquí, en el Ayuntamiento de Almería. Él se justifica porque sabe que es una de sus debilidades. Desde el primer momento, IU ha estado volcando la agenda del alcalde, porque tampoco hay transparencia... Cuando se marcha de la ciudad —si lo hace por más de 24 horas— tiene que decir adonde va, pero nosotros tenemos que volcar la agenda del Senado para saber dónde está el alcalde. Para trabajar por la ciudad no hace falta ser senador, se necesita tener vocación pública, llamadas telefónicas, ir a Sevilla —el no va a Sevilla—, ir a Madrid... No hace falta ser senador, entonces todo el mundo tendría que ser senador... No, el, como alcalde de Almería, lo que tiene que ser es más reivindicativo, y si hay que ir una semana a Madrid, se va una semana a Madrid, si hay que ir a Londres, se va a Londres, siempre defendiendo a su ciudad, pero que justifique su desatención, su poco tiempo dedicado a la alcaldía y su tiempo dedicado al Senado porque dice que hace gestiones, mire usted, eso son pretextos. Además, en los tiempos que estamos es una persona, un cargo. No se pueden tener dos cargos, ser senador es muy serio, y es muy serio ser alcalde de Almería. Una ciudad como la nuestra, con casi 200.000 habitantes, necesita un alcalde que esté al cien por cien, porque ni está en el Senado ni está en el Ayuntamiento. Además, lo digo claramente: el alcalde descansa en el Senado, que no se justifique. Las gestiones de su ciudad se pueden hacer desde un teléfono o viajando. Si a mí me dice el alcalde que ha tenido que ir veinte veces a Madrid para conseguir algo, chapó; y que vaya también a Sevilla, y a donde tenga que ir, pero que no justifique que porque sea senador, que le da posibilidad de pavonearse por allí por los pasillos donde hay ministros... Eso son pretextos.

Bueno, ¿y qué tal lo ve de cara al día 24? Los sondeos no parecen muy halagüeños, de hecho señalan que podría quedarse fuera del Ayuntamiento...

Vamos a ser determinantes para quitarle el concejal de la mayoría absoluta al Partido Popular.
— El último sondeo de La Voz de Almería nos da uno seguro y con opción a dos, con los números esos, aunque las cuentas digan lo contrario. La encuesta tiene tela marinera, esa encuesta tienen poca credibilidad, se ha hecho para justificar la salida en la prensa, no se habla de nada, yo creo que está hecha a mogollón... Incluso con esos datos que dan ellos en el periódico a nosotros nos sale otra cosa. Vamos a obtener más votos de lo que se está publicando, y vamos a ser determinantes para quitarle el concejal de la mayoría absoluta al Partido Popular. Puede pasar lo que sea, pero la percepción que tenemos nosotros en la calle no es ésa. Estamos haciendo cosas a pie de calle. No hay ninguna fuerza política que haya ido a la calle a poner una silla, un micrófono y que el candidato esté allí; nosotros hemos estado en la Colonia de los Ángeles, hemos estado en la Nueva Andalucía, hemos estado en la Plaza Pavía, dando la cara, y cuando se da la cara te expones a que te llegue alguien y te diga "usted es un sinvergüenza". Lo que hemos percibido es que la gente tiene ganas de hablar y de que la escuchen... Yo no he visto que el alcalde, al margen de en alguna inauguración —que ya hemos denunciado porque está aprovechando la institución para su campaña— haya ido a los barrios a que le digan lo mismo que me dicen a mí, a que la gente le cuente sus necesidad... No, este alcalde vive en una urna de cristal donde su única preocupación es la caquita de perro, y no de una manera figurada, es que lo dijo, yo mismo lo escuché: "al ciudadano de Almería lo que más le cabrea es la caca de perro". Sinceramente, ¿alguien puede creer que a un almeriense lo que más le cabrea es la caca de perro? Que diga eso es insultar a los ciudadanos, a mí nadie me ha contado en una calle su preocupación por la caquita, me hablan de la falta de limpieza, del desempleo, del estado de conservación de patrimonio... de eso me hablan, pero no de la caquita. Es de risa, el alcalde de la ciudad vive en otro mundo, porque aunque sea verdad, aunque se lo hayan comentado dos vecinos, es preferible que no lo mencione, porque eso es faltarle al respeto a la gente que realmente lo está pasando mal.

El PCE publicaba recientemente en su web un llamamiento «Por la unidad de la izquierda en torno a una Alternativa Social Anticapitalista (ASA) a la crisis», sin embargo en Almería esa izquierda concurre bajo las siglas de Izquierda Unida, Ganemos Almería, Ahora Almería y Equo... ¿No ha sido posible la integración? ¿Por qué motivos?

Ni Ahora Almería es Ahora Madrid, ni Ganemos es el Ganemos de Barcelona, están jugando a la confusión.
— Desde el primer día, nosotros fuimos leales y claros en ese proceso de convergencia. Queríamos ir a una coalición, pero sin perder nuestras siglas. Una persona que se mueve a nivel individual no puede exigirle a un colectivo que se disuelva y que quite sus logotipos, su historia... Insisto en qué queríamos ir a una coalición con el máximo de partidos y de organización, pero no diluirnos, porque nosotros tenemos una historia. De modo que finalmente nos salimos y quedaron ahí otras organizaciones: Podemos y Equo. ¿En qué ha quedado todo eso? Otros tendrán que decir de ese fracaso... La realidad es que aquí, en Almería, solamente hay una fuerza de izquierdas que se presenta con nombre y apellidos, que es Izquierda Unida, los demás son el producto de un fracaso; no es nada organizado, ni son movimientos de convergencia ciudadana, porque no son convergentes. La convergencia fracasó, ya son iniciativas de otro tipo... Te lo voy a decir más claro: ni Ahora Almería es Ahora Madrid, ni Ganemos es el Ganemos de Barcelona, están jugando a la confusión.

¿Cómo cree que afecta a sus opciones esa pluralidad de ofertas anticapitalistas?

— Ya lo veremos el día 24, pero en política, uno más uno no siempre son dos. Yo lamento que no haya sido posible la convergencia, pero insisto en que la culpa no es de IU. Y si hay alguien que piensa que votando a Ahora Almería o votando a Ganemos está votando otra cosa —Podemos— que sepa que no es así, y no porque lo diga yo, sino porque desde Podemos han dejado claro que nadie les representa en las elecciones municipales, salvo en aquellas ciudades donde ha sido posible que converjan con otras fuerzas, como Madrid o Barcelona. Pero aquí no ha sido posible. De todas formas, desde IU se quiere llegar a una coalición con Podemos; es Podemos quien no quiere esa coalición.

Hagamos política-ficción: si la Alcaldía dependiese de su apoyo, ¿a quién preferiría otorgárselo? ¿Y a quién no se lo concedería bajo ningún concepto?

Estamos poniendo el 40% de los presupuestos del Ayuntamiento, que son de 175 millones, para empresas privadas.
— Cuanto más conozco el Ayuntamiento, más radical me vuelvo. Yo ya estoy harto de pasteleo... Si se abre ese panorama, pondremos encima de la mesa cosas que son innegociables. Por ejemplo, todos los servicios públicos deben volver a la gestión pública. Estamos poniendo el 40% de los presupuestos del Ayuntamiento, que son de 175 millones, para empresas privadas. Nosotros queremos abrir un proceso de remunicipalización de las concesionarias: el servicio de transporte, la limpieza, etc. y si ahí encontramos a otras fuerzas políticas, tiraremos para adelante, si no, no.

¿Entonces, solo pactará con quien se comprometa a remunicipalizar los servicios públicos?

— Entiéndaseme, me refiero a iniciar ese proceso... Estaría mintiendo como un cosaco si le dijese a los ciudadanos que, mañana mismo, si yo soy alcalde, rescataré todos los servicios, porque eso no se puede hacer, no hay recursos económicos para rescatarlos, pero sí nos estamos comprometiendo a iniciar el camino de la remunicipalización. Por ejemplo, en el 2018 se cumple la concesión administrativa del transporte público. Políticamente tienes dos decisiones: o lo vuelvo a sacar en concesión administrativa o me lo quedo yo...

Pero eso supondría comprar autobuses, contratar plantilla...

— Una empresa municipal... Tú ten en cuenta que cuando se dio a la gestión privada el transporte público, la empresa municipal tenía una plantilla, esa plantilla pasó a la empresa, igual que en la limpieza de las dependencias administrativas y de colegios hay una parte de la plantilla que eran trabajadores municipales, y cuando se queda la concesión esa plantilla se subroga...

¿Y a quién no le prestaría su voto?

— A los partidos de la derecha que se presentan y a partidos aparentemente progresistas pero que hacen políticas de derechas. Más claramente, no pactaría nunca ni con el PP ni con Ciudadanos.

El candidato del PSOE ha asegurado recientemente que rescatará la concesión administrativa de limpieza en colegios públicos…

El PSOE tiene muy poca vergüenza; llega la campaña y se pone la chaqueta de progresista.
— El PSOE tiene muy poca vergüenza; llega la campaña y se pone la chaqueta de progresista. Juan Carlos Pérez Navas no está diciendo la verdad, se trata de una impostura, de hecho, en el último Gobierno municipal PSOE-IU él votó a favor de la privatización del servicio, al lado del PP y en contra de IU, ¿Ahora se da cuenta de su error? Es puro electoralismo, el PSOE está incapacitado para decir que va a remunicipalizar ese servicio.

Y ya para terminar: ¿Almería es Andalucía?

Esa historia de que Almería es murciana se la han inventado dos frikis. ¿Por qué no es Andalucía?
— Totalmente. Esa historia de que Almería es murciana se la han inventado dos frikis. ¿Por qué no es Andalucía? Eso es como si alguien dice que no se considera almeriense, sino de Benahadux. Yo me siento andaluz, y me siento profundamente español. Bebo de la cultura española, de su lengua, de su pintura, su literatura... No soy tan aldeano. Yo viví diez años en Barcelona, y nadie nos decía almerienses, nos decían andaluces. Ahora hay una manía de unos cuantos que quieren elevar a la categoría de no sé qué el que hay que ser otra cosa, ¿por qué tenemos que ser otra cosa?. Además, yo creo que las comunidades autónomas han sido muy positivas para la construcción del territorio, y han sido una posibilidad de crecimiento. Y el que quiera unirse a Murcia, que se una a Murcia. Sinceramente, son debates forzados, el debate en la sociedad almeriense no es si eres no eres andaluz o quiero estar con Murcia. Respeto a las personas que pueden pensar eso, pero eso no es lo que le preocupa a la gente, no le preocupa a nadie si somos andaluces o no somos andaluces, que si cuando se hizo el referéndum votamos a favor o no sé... Ese no es el debate, el debate es otro, y si algunos quieren entrar en esa dinámica, pues que entren.