Se las cree responsables de 9 hurtos a ancianos de entre 70 y 86 años en viviendas de Vícar, Adra, Balerma y Canjáyar

ALMERÍA HOY / 15·01·2015
La Guardia Civil ha detenido a P. M. F., de 29 años, y a M. C. L. F., de 38, ambas vecinas de Almería, como presuntas autoras de, al menos, 9 delitos de robo y hurto, cometidos sobre personas mayores y a las que seleccionaban entre vecinos de las barriadas vicarias de Las Cabañuelas y La Puebla de Vícar, así como entre los de Adra y la barriada ejidense de Balerma, llegando incluso a cometer algún robo en la localidad de Canjáyar.
Las detenidas seleccionaban como víctimas a personas mayores, de entre 70 y 86 años, ganándose su confianza con distintas artimañas para acceder a sus viviendas o sustraerles las llaves.
La investigación comenzaba mediados del pasado año, con la denuncia de un hurto cometido en la vivienda de una persona de 74 años en Las Cabañuelas (Vícar), a la que le fue sustraída la cartera por una joven que había accedido al domicilio tras pedirle un vaso de agua.
Desde ese momento, la Guardia Civil detecta otros hechos cometidos presuntamente por las mismas personas y utilizando procedimientos similares.
Modus operandi
Ambas mujeres se ganaban la confianza de sus víctimas mediante pretextos como pedirles un vaso de agua, ayudarles con las bolsas de la compra, ofrecerse como cuidadora o limpiadora, e incluso llamándoles por su nombre, fingiendo que las conocían e invitándose a acompañarlas, simulando esa supuesta amistad con efusivas muestras de cariño.
Una vez vencida la desconfianza inicial de la víctima, las detenidas actuaban de distinta manera y según respondiera el anciano o anciana; si eran invitadas a pasar a su vivienda, éstas conseguían quedarse a solas en algún momento para, rápidamente, acceder a las habitaciones y rebuscar en los lugares donde pudieran guardar dinero o joyas; en caso de no hallarlos, tomaban las llaves del domicilio, al que regresaban horas más tarde.
Cuando no conseguían acceder inicialmente a la vivienda, la presuntas ladronas se hacían las encontradizas en la calle o incluso en ambulatorios o centros médicos, saludaban a su objetivo con efusividad y alegría, con besos y abrazos, consiguiendo de ese modo que el anciano bajase la guardia y, en algún despiste, poder robarle las llaves.
El modo de proceder de las detenidas, quienes actuaban tanto en solitario como en pareja, evidencia para los agentes de la Guardia Civil un trabajo de preparación del delito, que incluiría el estudio de los hábitos y costumbres de sus futuras víctimas, conociendo sus nombres y los de algunos de sus familiares, rutas y zonas que frecuentaban, horarios de salidas y llegadas, supermercados o tiendas donde compraban, etc.
Las detenidas seleccionaban como víctimas a personas mayores, de entre 70 y 86 años, ganándose su confianza con distintas artimañas para acceder a sus viviendas o sustraerles las llaves.
La investigación comenzaba mediados del pasado año, con la denuncia de un hurto cometido en la vivienda de una persona de 74 años en Las Cabañuelas (Vícar), a la que le fue sustraída la cartera por una joven que había accedido al domicilio tras pedirle un vaso de agua.
Desde ese momento, la Guardia Civil detecta otros hechos cometidos presuntamente por las mismas personas y utilizando procedimientos similares.
Modus operandi
Ambas mujeres se ganaban la confianza de sus víctimas mediante pretextos como pedirles un vaso de agua, ayudarles con las bolsas de la compra, ofrecerse como cuidadora o limpiadora, e incluso llamándoles por su nombre, fingiendo que las conocían e invitándose a acompañarlas, simulando esa supuesta amistad con efusivas muestras de cariño.
Una vez vencida la desconfianza inicial de la víctima, las detenidas actuaban de distinta manera y según respondiera el anciano o anciana; si eran invitadas a pasar a su vivienda, éstas conseguían quedarse a solas en algún momento para, rápidamente, acceder a las habitaciones y rebuscar en los lugares donde pudieran guardar dinero o joyas; en caso de no hallarlos, tomaban las llaves del domicilio, al que regresaban horas más tarde.
Cuando no conseguían acceder inicialmente a la vivienda, la presuntas ladronas se hacían las encontradizas en la calle o incluso en ambulatorios o centros médicos, saludaban a su objetivo con efusividad y alegría, con besos y abrazos, consiguiendo de ese modo que el anciano bajase la guardia y, en algún despiste, poder robarle las llaves.
El modo de proceder de las detenidas, quienes actuaban tanto en solitario como en pareja, evidencia para los agentes de la Guardia Civil un trabajo de preparación del delito, que incluiría el estudio de los hábitos y costumbres de sus futuras víctimas, conociendo sus nombres y los de algunos de sus familiares, rutas y zonas que frecuentaban, horarios de salidas y llegadas, supermercados o tiendas donde compraban, etc.